El Olvido Como Solución al Problema Cubano
2006-12-19
Wenceslao Cruz Blanco, Corresponsal en España de Misceláneas de Cuba
Raúl Castro preparando la ejecución de un campesino cubano. Foto:
cortesía de Noticiero Cuba.
El gobernante venezolano, Hugo Chávez, aseguró que lo que padece el
dictador cubano, Fidel Castro, es un derrame cerebral y no un cáncer
terminal que ataca sus intestinos. Algo aparentemente diferente a lo que
hasta ahora había dicho la prensa gubernamental cubana - y el propio
Castro - en sus maquilladas intervenciones. Realmente hay poca
contradicción en lo dicho por el dictadorzuelo venezolano.
En Cuba nunca las decisiones políticas, económicas y sociales han sido
tomadas con la cabeza, sino como decimos los cubanos: "de a cojones" -
los del coma andante, por supuesto - y han sido tan catastróficos los
resultados que parecen haberse pensado "con el culo". Pero la desgracia
cubana no se circunscribe solamente a las decisiones equivocadas del
tirano, hay mucha sangre antes y durante esta situación que aún soportan
los cubanos.
La cuestión principal que se avecina no es si Castro está enfermo,
congelado, momificado o camino a serlo - realmente el tirano está ya
acabado mental y físicamente -, lo que importa es como se enfrentará el
futuro.
Si lo hacemos acompañados de la sensatez, no podríamos fijar las
esperanzas en "reformas" que pueda hacer su hermano menor, sean estas
económicas u otras. Es absurdo pensar que Raúl Castro, tan responsable
como su hermano de la desgracia cubana, de los miles de torturados y
asesinados, de millones de exiliados, pueda ser la solución. Si
pensáramos por un momento en esta hipótesis como posible, estamos dando
por sentado que procederemos al olvido y por tanto a la esperanza de
hacer justicia.
Hacer justicia no es recurrir a la venganza, como tampoco es justo, que
tras tanto sufrimiento, los responsables queden inmunes de sus crímenes
en aras de una supuesta concordia nacional. Si las víctimas directas de
la dictadura, a los que han fusilado hermanos, padres o hijos, a los que
han sido torturados, a los que han sufrido largas penas de prisión, a
los que han perdido familiares en el estrecho de la Florida huyendo de
la dictadura o las miles de familias que han sido divididas y
destrozadas por esa tiranía, están de acuerdo en desmemoriar la
tragedia, entonces es posible confiar en los "cambios" del hermano
"pequeño" del dictador.
Pero si los que piensan que la toma del poder por Raúl Castro traerá
esperanzas, son los ex funcionarios de la dictadura, los que en algún
momento tuvieron cierta responsabilidad por formar parte de los cuerpos
represivos o de propaganda del régimen, no debemos confiar. Porque estos
últimos lo que quieren también es borrar su pasado y su corresponsabilidad.
En Cuba hacen falta muchos derrames, necesitamos de mucha bondad, de
mucho perdón, pero también de mucha justicia. Observemos pues, a quienes
mendigan olvido a las víctimas de la dictadura, pues esos tienen el
corazón de harapos y buscan de alguna forma que su mendicidad moral sea
olvidada en el futuro.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8194
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