Thursday, December 28, 2006

Aqui en la lucha

SOCIEDAD
Aquí, en la lucha
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - Me gustaría saber si el
llamado socialismo del siglo XXI será tan obtuso e imperfecto como el
que se estableció en el pasado. Los promotores de la idea continúan
hablando del hombre nuevo, insisten en que éste es posible, como si se
tratara de una consigna u orden militar.

El hombre ruso no pudo, a lo largo de setenta años, ser sustituido por
el homo sovieticus. Y el hombre cubano, lejos de convertirse en el homo
castrense, sigue siendo el mismo de antes a pesar de 47 años de
adoctrinamiento a palos.

Desde que el poder comenzó a levantar un muro infranqueable para que ni
una aguja de libertad entrara por sus grietas, el hombre cubano lucha
por sus derechos: el trabajo privado, la libertad religiosa; por
mantener viva la llama de una oposición organizada, por disfrutar de la
libre información a través de canales de televisión extranjeros y libros
prohibidos, etc. O sea, que al castrismo se le fue el tiro por la culata.

Hace unos días se publicó en la prensa oficialista de Cuba una crónica
del colega Andrés Gómez, escrita en Estados Unidos, donde califica a
Miami, ciudad donde reside, de alucinante y terrorífica. ¿Querrá decir
también que Miami seduce y deslumbra, según el significado de la palabra
alucinante? Si nos uniera un puente por donde poder caminar, millones de
cubanos se irían tras esa alucinación, para trabajar y enviar dinero a
su empobrecida familia en Cuba.

En cambio, La Habana, capital de todos los cubanos, es una ciudad
saturada de contradicciones sociales, y sobre todo, asombrosa y
engañosa. Por una parte, la población no adquiere divisas a través de su
salario o jubilación, y por otra, padece de un constante y loco
consumismo en las bien abastecidas shoppings, las que sólo venden en
moneda convertible.

Las librerías del Estado, por poner otro ejemplo, no son tan asediadas
como esos vendedores ocultos que de forma discreta venden u ofrecen el
canje de novelitas de Corín Tellado, una lectura que tanto ha censurado
el régimen a través de su prensa, llamándola cursi y mediocre. Estos
alquiladores o vendedores exhiben su mercancía, compuesta de libritos
gastados, remendados y editados en el extranjero, a escondidas, en
escaleras de edificios de viviendas o en sus propios hogares.

La lucha constante y absurda del régimen porque todos entren por el aro
y piensen igual, fracasó, porque se niega a reconocer que cada ser
humano nace con su propia y definitiva personalidad.

La Habana, ese collage despintado, deslucido y en ruinas de vendedores
ambulantes clandestinos, travestís, jineteras camufladas, turismo
mochilero, policías orientales en busca de asentamiento fijo en la
capital, y de esos que se escapan de sus centros laborales con el fin de
llevar a cabo sórdidos trucos, como califica la prensa oficialista a lo
que se inventa para sobrevivir, sí es una ciudad no solo alucinante,
sino también una prueba objetiva del fracasado socialismo irrevocable.
La Isla castrista gusta de todo lo que huela a libertad y capitalismo.

Si a eso viene el turista a Cuba, a verlo con sus propios ojos, no
pierde ni su tiempo, ni el dinero del pasaje. Seguramente escuchará a
muchos cubanos que cuando le preguntan cómo están, responden: Aquí, en
la lucha.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/dec06/28a8.htm

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