Friday, December 15, 2006

Los Mayores Temores de los Dos Castro

Los Mayores Temores de los Dos Castro
2006-12-14
Oswaldo Yánez, Periodista Independiente

Ciudad de La Habana. A trece de diciembre del año de la inminente
Libertad para los Cubanos. No crean que a Fidel Castro le iluminó la
llama de la fe católica al mirar de frente a las cuencas vacías de la
cabeza del portador de la guadaña; su terror devino cuando cayó en la
cuenta de que si su infierno personal existiese, acaso sus nueve
círculos infernales, como sugirió en sus poemas de "La Divina Comedia",
Dante Alighieri, podrían consistir en recibir la tortura que les recetó
a los cubanos durante diez lustros una y otra vez. Ab in eternum, ese
pensamiento fue demasiado para él.

Que le atormentaran por toda la eternidad los que él reprimió con saña
revolucionaria, es una idea demasiado terrorífica para tomarla a la
ligera y decidió, por si acaso, intentar congraciarse con el Altísimo.

No sabemos más, a ciencia cierta, pues me temo que su estado es ya una
supervivencia impuesta por las máquinas de soporte vital avanzado, que
mantienen el cuerpo del comandante de la revolución. Su mente, no
sabemos donde andará y su alma, si ha sido encontrada, es probable que
esté siendo sometida al juicio divino que se demorará por largo tiempo,
pues hay mucho sobre lo que dictar sentencia.

El miedo de Raúl Castro es otro: más que miedo pavor si el pueblo que
apoyó el proyecto fallido de su hermano, es el que lo saca del juego a
él y a la revolución, hará real una pesadilla demasiado terrible de
soportar sabiendo que si esto fuera así, recorrería los nueve círculos
del infierno de Dante, junto a su hermano. No existe un castigo peor que
dure toda la eternidad.

Los esfuerzos del MININT para que la celebración del pasado diez de
diciembre, en recuerdo del día de los derechos humanos no fuera un
éxito, resultaron titánicos. Me congratula contarles que su fracaso fue
uno de los mayores que se recuerdan, pues todo el mundo ha podido
contemplar la cruenta represión a que son sometidos los cubanos por
reclamar unos derechos que el régimen presume defender en los foros
internacionales; acta est fabula, la comedia ha acabado.

A los brigadistas y miembros de la DGSI que controlan a los disidentes
pacíficos más notorios, se les dió orden estricta de impedir que estos
elementos asistieran a la conmemoración. Algunos fueron advertidos a
viva voz, otros recibieron visitas amenazantes o llamadas intimidatorias.

Al periodista Ahmed Rodríguez Albacia no le dieron oportunidad, ni de
asistir, ni de narrarlo en sus jugosas crónicas, fue detenido sin piedad
por realizar su trabajo y como de la indignación nace el verso, Facit
indignatio versum, les narro lo que pude averiguar de los métodos de los
segurosos.

La madre de Ahmed, Margarita Albacia Sánchez lleva seis días en huelga
de hambre y su historia está siendo conocida allende los mares. Harían
bien los altos responsables del MININT, en valorar en su justa medida la
indignación de una madre que no entiende como la injusticia se ceba en
su hijo.

Guillermo "el coco" Fariñas, ha dedicado el premio concedido por
Reporteros Sin Fronteras a los presos políticos encarcelados y en
especial a los periodistas independientes. Ahmed y su madre tienen su
parte de este premio.

Tienen todo mi apoyo y toda mi solidaridad y un día espero hacérselas
patentes en persona. Al Coco, a parte de mi enhorabuena, comentarle que
en España tuvo dos defensores acérrimos de su postura en todos los foros
de opinión. Uno de ellos mantuvo informada a la asociación en Francia de
sus padecimientos, ánimo y a recuperarse cuanto antes. Sé que voluntad
no falta.

Siguiendo con la estrategia segurosa, les comentaré que algunos
periodistas independientes fueron sometidos a registros personales,
otros recibieron amenazas verbales e incluso, se les realizaron
decomisos de material presuntamente contrarrevolucionario.

Con los activistas de menor renombre se está empleando una táctica más
cruel y despreciable que las anteriores, si cabe.

Los elementos de la DGSI reparten boniatazos (enseñar el carne del G2),
entre los jefes de los CDR y los responsables de la vigilancia, para
pedir los informes pertinentes sobre los disidentes pacíficos y ordenar
que sean calificados como contrarrevolucionarios activos, con las
posibles consecuencias negativas que ello conlleva, como por ejemplo: la
pérdida del trabajo estatal, la vivienda e incluso, la cartilla de
racionamiento.

No contentos con eso interrogan y amenazan a sus familiares para que
persuadan a cada activista para que deponga su supuesta actitud
presuntamente contrarrevolucionaria pues si no lo hiciere sus familiares
sufrirían las consecuencias.

Los amigos, también son citados en dependencias policiales para que den
buena cuenta de los movimientos, actividades e ideología de los
investigados. El trato es cruel; el insulto su mayor recurso y las
amenazas constituyen su despedida.

Se llega a emplear material fotográfico, para convencer al interrogado
de que ya está probada la condición de des-adepto al régimen del
indagado y se le pone en la disyuntiva de que si no coopera con la
seguridad del estado, será fichado como colaborador de un elemento
contrarrevolucionario.

Así pues, las cadenas de delatores a la fuerza son un terrible lastre
con el que la disidencia pacífica debe caminar a diario y en algunos
casos, llegar a dar el siguiente paso, resulta casi una labor más propia
de los hijos de Hércules, que de comunes mortales.

No se creyó necesario movilizar a las fuerzas antimotines el pasado día
10, más estaban perfectamente preparadas para intervenir. Se usaron a
los brigadistas más fanáticos para reprimir a los pacíficos celebrantes;
las agresiones llegaron hasta periodistas extranjeros e incluso, una
cámara fue sustraída en medio del tumulto de manos de los reporteros. A
pesar de todo, las imágenes llegaron al conocimiento mundial.

Todo por orden expresa de Raúl Castro. Si se hubiera consentido la
realización de la celebración -como ocurriría en cualquier país
democrático-, la próxima podría haber sido de unas proporciones tales,
que hiciera tambalear los horadados cimientos de la revolución
castrista. No está dispuesto a ser recordado como el enterrador de la
revolución, por lo que no cabe duda de que si una presión exterior no
hace que deje su cargo en manos de un gobierno provisional que esté
dispuesto a realizar la transición a la democracia, la dictadura verde
olivo podría perpetuarse ab in eternum.

Debemos recordarle al hermanisimo:
Temora si fuerint nubilla solus eris.
Si los tiempos te fueran adversos, te hallarás solo.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8131

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