Tuesday, December 12, 2006

La ley que mata

SOCIEDAD
La ley que mata
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - En los primeros meses de
1990 me querían fusilar. Así me lo dijo con toda la seriedad del mundo
el teniente coronel Rodolfo Pichardo en una pequeña oficina del edificio
de Seguridad del Estado Cubano. Mis piernas comenzaron a temblar de
miedo, de frío por el intenso aire acondicionado. Mi única culpa fue
haber fundado un partido político y como germinaba dentro de nuestra
población, yo tenía que ser fusilada.

Para defenderme, aunque con un hilo de voz, le dije al teniente coronel:

-Ustedes nunca han fusilado a una mujer.

Rápidamente me respondió: Tampoco a un Héroe de la Patria.

Aquella noche, en mi celda, claro que no pude dormir. Me parecía
escuchar a mis padres cuando, siendo yo una niña, se lamentaban del
fusilamiento del poeta español Federico García Lorca o cuando temían que
Fidel Castro, durante el juicio del ataque al Cuartel Moncada, fuera
asesinado de algún modo, aunque la Pena de Muerte había dejado de ser
una figura delictiva de nuestro Código Penal. En aquellos momentos mi
padre dijo algo que no olvidaré jamás: si existiera la Pena de Muerte,
se la aplicarían y mi madre lloró, yo la vi llorando.

Por suerte, nadie tuvo que llorar mi muerte. Sólo yo aquella noche,
mientras escribía una larga carta de despedida dirigida a mis tres hijos.

A lo largo de su historia Cuba ha sufrido en carne propia el
fusilamiento de muchos de sus hijos: nuestros ocho estudiantes de
Medicina, hace 135 años, el fusilamiento del poeta Juan Clemente Zenea,
llevado a cabo en La Cabaña el 25 de agosto de 1871 y más de cinco mil
fusilados, entre opositores y militares a partir del triunfo del régimen
castrista. Esta cifra de fusilamientos ha sido contabilizada como
resultado de una investigación realizada por el catedrático cubano
Armando Lago, durante sus años de exilio.

La Pena de Muerte en Cuba, abolida unos años después de la instauración
de la República, se puso en práctica, aunque de forma ilegal, en la
Sierra Maestra durante la lucha insurreccional, y de igual forma a
partir del 1ro de enero de 1959. En julio de 1989 se fusiló incluso a un
Héroe de la Patria.

Los últimos cubanos que bajo el régimen castrista sufrieron la Pena de
Muerte fueron tres jóvenes negros que intentaron secuestrar un
transbordador con varias decenas de pasajeros a bordo para emigrar hacia
Estados Unidos. A pesar de que no mataron ni hirieron a nadie, ni
llegaron a realizar el secuestro, fueron ejecutados injustamente el 11
de abril de 2003.

Se trataba de tres cubanos humildes que habían asistido a la escuela
hasta alcanzar el noveno grado, tres cubanos pobres y desesperados por
abandonar su país. Fue, sin duda, un crimen aprobado por ley, al que
quiso dársele un carácter ejemplarizante, aunque, por supuesto, esto no
se logró.

En días recientes fue condenado a morir en la horca en Bagdad el ex
presidente iraquí Saddam Hussein, su hermano Barsan al Tikriti y el
antiguo juez Awad al Bandar. La dictadura de Hussein ha sido una de las
más crueles de nuestra historia contemporánea. Asesinó y torturó todo lo
que quiso. Leer los hechos ocurridos durante sus años de jefe de
gobierno en Irak da deseos de que no se cambie la sentencia.

Sin embargo, no puedo dejar de sentir un desagradable estupor cuando
imagino a un hombre matando a sangre fría a otro hombre, por muy asesino
que este sea. Coincido con esas importantes personalidades de gran
sensibilidad humana, que en el mundo han reclamado enérgicamente la
abolición de la pena de muerte. El resultado de ese esfuerzo de largos
años es que en muchos países la ley que mata ha desaparecido.

Ojalá también en Cuba se respete algún día el derecho a la vida como
algo incuestionable y sagrado.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/dec06/12a10.htm

No comments: