Quieren el poder

SOCIEDAD
Quieren el poder

José Antonio Fornaris

LA HABANA, Cuba, septiembre (Cuba Verdad / www.cubanet.org). En cierta
ocasión escuché a alguien asegurar que el siglo había comenzado el 11 de
septiembre de 2001; lo que no es posible, pues aceptamos el calendario
gregoriano en 1582. Pero, ciertamente, el 11 de septiembre estremeció la
conciencia del mundo occidental.

El ataque que sesgó las vidas de más de 3 mil inocentes dejaba un claro
mensaje: el terrorismo es uno de los jinetes del Apocalipsis. Más allá
del acto de infinita crueldad de asesinar a personas cuyas vidas
transcurrían normalmente, para demostrar que la gran potencia era
vulnerable, se impone una pregunta: ¿qué quieren los terroristas?

En ese mismo año entrevisté a un señor que había perdido las dos piernas
y una mano como resultado de dos bombas que explotaron antes de llegar a
su destino: un pasillo entre dos casas que separaban a personas
simpatizantes de Fulgencio Batista. Esa noche -según sus propias
palabras-, ya había colocado siete bombas en otros sitios del municipio
Artemisa, en la provincia Pinar del Río. El hombre afirmó que "esta
revolución se hizo a base de terrorismo".

Ahora, voceros del régimen de La Habana dicen que la revolución siempre
ha estado en contra del terrorismo, e incluso los miembros de lo que se
conoce como "grupos de acción y sabotaje" son considerados héroes y
mártires. Se les recuerda en tarjas, y muchas escuelas, hospitales y
centros de trabajo llevan sus nombres. Otros, vivos aún, son y han sido
funcionarios gubernamentales.

Los terroristas quieren el poder y una vez que lo obtengan harán lo que
sea para mantenerlo, incluso, negar que fueron terroristas y crear todo
tipo de inconvenientes a la democracia y la libertad. De ahí se
desprende que enfrentar y combatir al terrorismo es un deber y una
necesidad; para ello están los métodos justos y legales que, desde hace
mucho tiempo, forman parte del arsenal para derrotar al mal.

Nadie que se respete quiere parecerse a un terrorista. Ellos
aterrorizan, desestabilizan, intimidan. Pero lo que resulta una
incógnita, al menos para mí, es por qué a veces creen que no habrá una
respuesta a sus actividades. Eso pensaron cuando atacaron a Estados Unidos.

A cinco años de aquel asesinato masivo es necesario honrar a las
víctimas otra vez y también rendir honor a los que combaten ese flagelo,
no importa su nacionalidad; están luchando por los valores que nos hacen
personas.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/sep06/11a6.htm