Tuesday, September 05, 2006

El Castrismo: Propaganda y Falsos Simbolos

El Castrismo: Propaganda y Falsos Símbolos
2006-09-03
Osvaldo Alfonso Valdéz, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los 75

En estos días que corren previos a las elecciones enSuecia, es común ver
en las calles a los activistas de los diferentes partidos realizando
campaña. El centro de estudio al que asisto para estudiar el idioma
sueco ha sido también visitado por estos políticos, a pesar de que, por
llevar menos de tres años en el país, aun no podemos participar como
votantes. En una de las últimas visitas, en la que asistieron los del
Partido Socialdemócrata, al saber que yo era de Cuba, conversamos luego
de terminado el encuentro con los estudiantes. La conversación comenzó
con una pregunta ya habitual en las últimas semanas: ¿Qué pasará en Cuba
cuando Castro muera?

La propia interrogante encierra el reconocimiento implícito de que el
gobernante cubano ha determinado los destinos del país en las ultimas
décadas; y por tanto, no puede ocultarse que en una nación, si es
democrática, ningún Jefe de Gobierno o Estado puede ser tan
determinante que llegue a cuestionarse el futuro seguro del régimen si
este no está. Por otra parte, aun aquellos que simpatizan en alguna
medida con el sistema cubano, no dejan de tener esa misma inquietud.
¿Dónde queda entonces la revolución apoyada por la mayoría si con la
muerte del líder peligra su futuro?

Cuando se intercambia sobre el tema cubano, aquí en Suecia, con muchos
que no tienen otra visión del tema que la que, de modo superficial, han
dado los medios de comunicación, se percibe cuanto ha calado la
propagando castrista en lo relacionado al diferendo con los Estados
Unidos. Muchos que reconocen que en la isla hay falta de libertades y
violaciones de derechos humanos repiten el falso argumento de que en
realidad existe un "bloqueo" por parte de Estados Unidos. Luego de
argumentarse sobre la ineficacia de los regímenes comunistas, demostrada
no solo en Cuba, sino en todo país con ese tipo de sistema como lo
fueron los de Europa del Este, no tardan en quedarse sin ideas y no
pueden sostener lo que afirman.

Aquí he podido comprender que las simpatías con que aún puede contar la
dictadura cubana y sus símbolos, se sustentan en la ignorancia. Tuve
ocasión de dar una charla a estudiantes en un instituto preuniversitario
meses atrás. Todos conocían que el hombre barbudo de la boina con la
estrella en la frente era el Che Guevara. Indagué sobre lo que sabían de
él, no hubo una sola respuesta más allá de que había sido un guerrillero
famoso que murió en Bolivia. Recuerdo que luego del intercambio en que
juntos razonamos sobre que la imagen del Che en la foto atrae más que
su historia, un estudiante expresó:"Si el Che Guevara hubiera sido calvo
y poco simpático sería un desconocido."

Esa ha sido la base de las simpatías hacia el castrismo, la
superficialidad de la mayoría, sin descontar que no dejan de existir
aquellos sin escrúpulos que conocen la realidad pero su sectarismo
ideológico los convierte en cómplices de los crímenes del comunismo en
Cuba y en otras partes del mundo. Es por ello que los demócratas
cubanos, donde quiera que estemos, debemos de ser portadores de la
verdad. No se pueden despreciar ningún sitio donde podamos levantar
nuestra voz por la libertad de Cuba. Mi experiencia en este país me lo
demuestra.

En uno de mis viajes a Estocolmo, traje conmigo varios afiches
confeccionados por el Swedish International Liberal Centre, SILC, donde
aparecen fotos con varios de los presos de los 75. Los regalé a varios
amigos suecos y también de otras nacionalidades que viven en mi ciudad
–Sollefteå-. Un par de días atrás, un profesor se me acercó y me comentó
que se había quedado asombrado por las larguísimas condenas a personas
en Cuba que no habían cometido crímenes. Le pregunté cómo lo sabía, y me
respondió que lo había visto en un afiche en el mural de la facultad
universitaria aledaña a donde estudio. Fui con él, que me indicó dónde
estaba, y efectivamente uno de aquellos afiches había sido colocado en
el mural a la entrada del edificio.

Aquello me llenó de satisfacción: pensar que en una pequeña ciudad sueca
a unos cientos de kilómetros del círculo polar, puede leerse como una
denuncia al castrismo , los nombre de demócratas cubanos que sufren
injusta prisión por sus ideas y por luchar por la libertad y los
derechos de sus compatriotas.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=6801

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