HISTORIA
Una historia vieja de marginados
Juan González Febles
LA HABANA, Cuba – Agosto (www.cubanet.org) - A Mezclilla lo enterraron
una mañana lluviosa en el Cementerio Viejo de Guanabacoa. Fue allá por
1971. Un año muy especial para Cuba y para sus escritores y artistas.
Mezclilla era un icono de la contracultura habanera de la época. Era
hippie, y por esa razón, entre otras, fue confinado a un campo de
concentración, la Noche de las Tres P.
Esa noche fue justificada por un selecto coro de voces intelectuales.
Las posiciones duras a favor de la revolución aullaron su lealtad desde
el Caimán Barbudo e incluso desde la UNEAC. Tales voces conservan aún la
pastosidad, el brillo y el timbre vibrante de aquel momento. Unas siguen
al servicio de la revolución, otras cambiaron de rumbo y servicio, pero
ahí están. Siempre listas y al servicio de algo.
Al entierro de Mezclilla asistió un pequeño grupo de amigos. Para
hippies y rockeros la pérdida fue irreparable. Entre otras cosas, su
poesía irreverente y libertaria se perdió. Esa mañana, el coche fúnebre,
un Volga antiguo, pintado de gris se atascó y no pudo seguir hasta el
sitio del enterramiento. Bajo la lluvia y entre el lodo de esa mañana,
los amigos se echaron el ataúd en los hombros y llevaron a Mezclilla
hasta su tumba. El panteón familiar quedaba a una distancia de unos 25 o
quizás unos treinta metros de donde se detuvo el coche.
A Mezclilla le dio por morirse en el comienzo de eso que han dado en
llamar el decenio gris. El pobre sólo conoció prohibiciones. No vio las
aperturas engañosas, y se fue sin conocer mítines de repudio o estatuas
de John Lennon. No alcanzó a ver la decadencia y la ancianidad de la
horda verdeolivo. Se fue cuando aún el odio era joven y la intolerancia
vital. No conoció Mariel.
Repetía que la tragedia revolucionaria duraría cincuenta años y más.
Algunos dicen que murió contento. A fin de cuentas creía en la
reencarnación. Estaba seguro que reencarnaría en San Francisco, en los
Estados Unidos y de cara al Pacífico.
No pudo peregrinar hasta el Escambray. Al sitio donde la tradición
ocultista señala la confluencia del rayo eólico violeta del Conde de
Saint Germain. Allí el general Batista construyó un hospital. Dicen que
fue aconsejado de la condición especial de ese emplazamiento. Los
sufrientes se beneficiarían de la acción milagrosa de ese rayo.
Años después el sitio fue escogido como lugar de recuperación y descanso
para oficiales del Ministerio del Interior castrista y de sus Fuerzas
Armadas. Mezclilla estaba seguro de que el lugar curaría el asma que al
final le mató.
Mezclilla era amigo de Virgilio Piñera. Ambos tenían mucho miedo.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/ago06/11a8.htm
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