Cuando fue prohibido el jazz

EDUCACION
Cuando fue prohibido el jazz

Tania Díaz Castro

LA HABANA - Octubre (www.cubanet.org) - Tan dogmática, irracional y
perjudicial ha sido la guerra ideológica que sostiene el gobierno cubano
contra Estados Unidos, anunciada de antemano por Fidel Castro en una
carta dirigida a Celia Sánchez, que durante casi veinte años hasta el
jazz estuvo prohibido en Cuba.

La población negra del barrio newyorkino de Harlem, que en más de una
ocasión le ha manifestado calurosas bienvenidas al ex gobernante cubano,
seguramente no sabe que su música tan querida estuvo desaprobada por el
gobierno del hombre a quien recibían con los brazos abiertos.

A partir de su ascenso al poder, el siempre prejuiciado gobierno
revolucionario canceló el jazz en los medios de difusión, todos de su
propiedad, y clausuró además el Club Cubano de Jazz, una organización
sin ánimo de lucro, fundada en 195l y dirigida por los músicos Horacio
Hernández, Roberto Toirac y otros. También se impidió la entrada al país
de álbumes de discos de las más famosas agrupaciones jazzísticas.

Para el régimen, el jazz era un virus capaz de contaminar al hombre
nuevo que aún se pretende crear, algo que podía provocar diversionismo
ideológico o una cierta preferencia hacia la cultura norteamericana.

A los que fuimos jóvenes y amantes del jazz por aquellos primeros veinte
años de gobierno revolucionario, se nos negó el derecho de disfrutar de
la maravillosa trompeta de Louis Armstrong, de las inolvidables voces de
Billie Holiday y Ella Fitzgerald y de los Boogie Woogie de nueva creación.

Sin embargo, por aquellos mismos años de absurda represión contra este
género musical, nacido precisamente con el siglo XX y en el seno de las
comunidades afro americanas de New Orleans, en el estado de Luisiana,
surgen excelentes músicos cubanos inconformes con la política cultural y
empeñados en conquistar poco a poco un pequeño espacio en la capital
habanera para que el jazz no fuera silenciado del todo.

Nicolás Reinoso, destacado saxofonista, creó un grupo en el que
participaban de manera espontánea figuras como Paquito de Rivera,
Emiliano Salvador, Boby Carcasés, Arturo Sandoval y otros. Durante más
de veinte años lograron mantener cada noche aquellas inolvidables
descargas de jazz, donde se destacaba la emoción de sus improvisaciones
junto a una magistral e insuperable técnica.

Paquito de Rivera, Nicolás Reinoso y Arturo Sandoval marcharon al exilio
junto a muchos otros. Sufrieron en Cuba, no hay duda, muchas
limitaciones para el desarrollo de su profesión como músicos de primera
línea. Hoy gozan de un prestigio internacional bien merecido.

Sería injusto no reconocer que gracias a ellos el jazz no murió del todo
en una ciudad donde el discurso oficial era la mejor música para los
aplausos. Tanto por la labor desinteresada de aquellos músicos cubanos,
como por el tiempo transcurrido, se logró que la pelea entre el jazz y
las autoridades políticas de la Isla tuviera su fin.

Un poco después de 1975 se abrieron las puertas oficialistas. Se creó la
Orquesta Cubana de Música Moderna, dirigida por ese otro gigante del
jazz que es Chucho Valdés; comenzaron a celebrarse anualmente festivales
nacionales de Jazz, donde participaban prominentes figuras de Estados
Unidos y en la radio y la televisión los cubanos volvimos a disfrutar de
esas inolvidables melodías interpretadas por grandes músicos
norteamericanos.

Sin embargo, hoy la intransigencia gira hacia otra dirección. El pueblo
no puede escuchar en la radio y la televisión a los músicos cubanos que
se han ido del país. Nada fuera de lo común. Lo sabemos bien los que nos
perdimos uno de los períodos más fértiles del jazz.

Si alguien en Cuba ha podido olvidarlo, ese alguien no soy yo.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/oct06/02a9.htm