Publicado el viernes 30 de mayo del 2008
Cubanos se niegan a trabajar para el gobierno por salarios irrisorios
Redacción de The Miami Herald
CARDENAS, Cuba
Loraicys tiene 27 años, nunca ha trabajado y no está dispuesta a aceptar
cualquier trabajo. Y no está sola.
Raúl Castro se ha embarcado en un ambicioso plan para echar a andar la
economía de esta nación comunista pero enfrenta un enorme desafío:
muchos cubanos simplemente no trabajan.
Décadas de bajos salarios y vastos subsidios gubernamentales han
mantenido a muchos jóvenes fuera del mercado laboral porque es más
lucrativo trabajar en la calle. Otros viven cómodamente de las remesas
que vienen de Miami y otros lugares.
Loraicys no quiere trabajar como limpiapisos en el barrio con la
esperanza de conseguir un mejor empleo en hoteles cercanos para
turistas, donde pudiera conseguir propinas en dólares.
"No lo voy a negar, aquí en Cárdenas, donde yo vivo, hay trabajos.
¿Haciendo qué? Limpiando hospitales por 150 pesos ($7) al mes'', dijo
Loraicys, una madre soltera. "Por 150 pesos prefiero quedarme en la casa
con mi hijo. Estoy dispuesta a trabajar duro pero no a cambio de nada''.
Mientras Cuba lucha por aumentar la productividad, tendrá que encontrar
una forma para estimular a cientos de miles de jóvenes a buscar trabajo.
El dilema es una de las mayores dificultades que Castro afronta en lo
que trata de crear una llamada economía socialista moderna.
El gobierno dice que hay muchos trabajos, simplemente trabajos de bajos
salarios que los jóvenes no aceptan. Hasta educados profesionales
prefieren trabajar en la industria turística como camareros o choferes
de taxi donde ganan mucho más dinero que en empleos estatales, donde
generalmente tienen salarios de unos $10 mensuales.
Loraicys dijo haber inundado todas las agencias estatales que
administran centros turísticos cerca de su casa con solicitudes y
resumés, pero que carece del título de secundaria que hace falta para el
más modesto de los trabajos. Así que se pasa la mayoría de los días
frente a su casa, viendo pasar coches de caballos en esta ciudad
colonial al este de La Habana. Cárdenas es conocida como la Ciudad
Bandera porque aquí fue donde se izó por primera vez la bandera nacional
el 19 de mayo de 1850.
"Si Raúl Castro quiere reprimir a la gente que no trabaja, entonces
debería de ofrecer trabajos reales', dijo Loraicys. "¿No cree usted que
la gente preferiría tener independencia, tener algo de lo que se
pudieran sentir orgullosa?"
Oficialmente, las cifras del gobierno cubano dicen que sólo 1.8 por
ciento de su población en edad laboral está desempleada, el índice más
bajo de América Latina. Pero una encuesta del periódico oficialista
Juventud Rebelde mostró que sólo en la provincia de Guantánamo, en el
extremo oriental de la isla, había 18 veces más desempleados que lo que
afirman las cifras oficiales.
El Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas dijo que 90 por
ciento de los jóvenes desempleados quisieran ir a la escuela o al
trabajo si encontraran "condiciones aceptables''.
Según Granma, el periódico del Partido Comunista:
* El 20 por ciento de la población en edad laboral de La Habana está
desempleada.
* Casi la mitad ha rechazado los trabajos que se le han ofrecido.
* El 17 por ciento de los más de 17,000 recién graduados de las escuelas
técnicas no se presentaron a los trabajos que les ofrecieron. Otros 200
de ellos se presentaron pero dejaron de trabajar a los pocos meses.
"Infortunadamente hay un considerable segmento de nuestra sociedad que
quiere vivir sin trabajar y considera que va a tener de todo viviendo de
los demás en el mercado negro'', escribió Lázaro Barrero en un reciente
editorial de Granma.
Cuando Castro asumió su cargo el 24 de febrero --convirtiéndose en el
primer nuevo presidente del país en 49 años-- anunció un aumento en las
pensiones estatales y en los sueldos. En abril, el comentarista
económico Ariel Terrero dijo en la televisión nacional que el gobierno
podría eliminar las límites de los salarios, un cambio importante que
desafiaba la ideología socialista que durante mucho tiempo ha sido la
que dicta la política en el país.
"Por primera vez, se dijo claramente que los salarios no tendrían un
límite, que un salario máximo depende de la productividad'', dijo
Terrero, según la Associated Press.
Terrero agregó que no consideraba esto como una violación del
socialismo, sino más bien el principio "de cada quien según su trabajo,
a cada quien según su capacidad''.
Muchos cubanos le dijeron a The Miami Herald que no trabajaban porque no
valía la pena hacerlo. El sistema actual de moneda doble que paga los
salarios estatales en pesos que casi no valen nada y vende la mayor
parte de los artículos de necesidad en una moneda convertible llamada
CUC, quiere decir que los sueldos promedio mensuales no cubren el costo
de los productos básicos como por ejemplo zapatos, que pueden costar
tres veces el salario promedio mensual de $10.
Eduardo, de 30 años, que trabaja como tramoyista, consiguió su primer
empleo hace cuatro años. Dijo que la mayoría de sus amigos comenzaron a
trabajar por primera vez cuando tenían 20 y tantos años, después de
emigrar a la Florida.
"¿Por qué voy a trabajar? El dinero que me pagarían no va a satisfacer
las necesidades que tengo'', dijo Eduardo. "Mi madre, que vive en
Orlando me envía $100 mensuales, y con eso tengo para sobrevivir''.
Los expertos afirman que Castro tiene que cambiar por completo el
sistema de pago para dar a los cubanos un incentivo para trabajar. "En
su vida laboral, los cubanos tienen dos formas de enfrentar el trabajo.
En el sector estatal, para muchos, la actitud es: 'ellos pretenden que
nos pagan, así que nosotros pretendemos que trabajamos' '', dijo
Archibald Ritter, que es maestro de Economía Cubana en la Universidad
Carleton, de Canadá. "Los cubanos pagan por conseguir empleos donde es
posible sobornar o robar. Muchos trabajan duramente. Realmente trabajan
muy duro en actividades casi legales y no oficiales''.
Ritter dijo que el gobierno tiene que crear oportunidades para que más
personas tengan negocios privados y tengan incentivos concretos para
producir y ganar más de los deseados CUC.
"Durante décadas, Cuba ha tratado de crear el hombre nuevo del
socialismo, y lo que han creado sin embargo, es un país de
empresarios'', dijo Ritter. Aunque los salarios aumenten, las leyes
están hechas para incrementar la productividad. Como presidente inte-
rino, Castro ordenó que debía haber eficiencia en los centros laborales
e instauró penalidades para los que llegan tarde o no se quedan las
horas requeridas.
"En el pasado, si uno cometía alguna infracción en el trabajo, los jefes
se hacían los de la vista gorda o a lo mejor le rebajaban a uno el
cargo'', dijo Ariel, que trabaja de cajero en una tienda. "Ahora si
atrapan a uno cambiando los precios de un producto lo botan de inmediato
del trabajo''.
Ariel dijo que las mismas reglas que gobiernan los centros de trabajo
están afectando a los desempleados. A los que encuentran en la calle sin
hacer nada se les aplica la "Ley contra la vagancia''.
"El argumento que utilizan es que si uno no trabaja, no hace nada,
entonces, ¿de qué vive? '', dijo Ariel. "Lo consideran a uno peligroso.
Antes, la peligrosidad equivalía a un año de cárcel, después fueron
cuatro. Ahora son ocho años''.
The Miami Herald no revela el nombre del corresponsal que escribió este
reportaje ni los apellidos de algunas de las personas entrevistadas, ya
que el periodista no tenía la visa que exige el gobierno cubano para
reportar desde la isla.
http://www.elnuevoherald.com/167/story/217730.html