SOCIEDAD
El expediente gay en Cuba
Marcelo Jiménez Jiménez, Jóvenes sin Censura
HOLGUIN, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) - Cada vez que a los
estudiosos de género en Cuba se les ocurre reargumentar una polémica
nueva para sus experimentos de laboratorio echan mano a la primera
especie que les parezca mas cómoda, y como suele suceder, los negros,
las mujeres y los gays son los conejillos de Indias.
Sin que sea una digresión muy marcada me permito anotar que hace una
semana cayó en mis manos la santiaguera revista literaria y cultural
SIC, en su atrasada edición del 2005. La misma abordaba la marginalidad
desde el acercamiento a un grupo de escritores que viven cerca de la
carretera central, casi al borde, como ellos mismos apuntan.
Y aunque ésta es una nueva línea de suavizar esa inaccesibilidad a los
centros de poderes imperial, lo remarcan y lo justifican, con la
perspectiva del universo. Lo anterior me reafirma que en cuestiones de
género la política editorial oficialista de la isla hará de todo por
evitar tropezarse con ese niño malcriado, que es el tema gay.
Esto lo digo sin asomos alarmistas ni tratando de animar fantasmas,
aunque el abordaje de la homosexualidad ya toque los ribetes de
aproximación como las telenovelas de turno, tanto en los espacios de
factura nacional como en los habituales de procedencia latinoamericana.
Las vallas y cartelones pululan en los locales de las recién estrenadas
policlínicas y se ha llegado al punto de aparentemente permitir fiestas
de travestismo y bonchecitos (relajitos) al estilo liberación sexual de
los años 60. Hay quienes no creen en los falsos apaciguamientos del
hostigamiento.
Los profesionales de estilo de vida gay en Cuba siguen sin acceder a los
mejores puestos de dirección en las empresas altamente productivas de
claros incentivos económicos y de ascenso, como el turismo o al frente
de centros de altos estudios del sector educacional, como lo son los
institutos pedagógicos o los centros vocacionales.
Claro, en todo hay una excepción. Pero no les basta a estas personas con
las engañifas de unos lemas y consignas que no pasarán de los días
hábiles que componen a una campaña cualquiera. Ellos saben que en cuanto
pasen las primeras horas, vuelven a ser mirados de reojo, y las antiguas
moratorias de días atrás, se les convierten en verdaderas espadas de
Damocles para su resistencia a prueba de casi todo.
Es cierto que la literatura nacional los dimensionó, lo redimensionó, y
hasta los sobrestimó en la reciente década, también es cierto que los
pequeños espacios logrados han sido a fuerza de empujones y codazos, sin
miramientos.
Los gays cubanos tomaron unas plazas, aunque provincia siga siendo peor,
pero han tomado lugar como seres humanos que son. La Cuba contemporánea
se queda absorta, y los mira, testigos oculares de la parametración de
los años 70, se llevan las manos a la cabeza, de la mano de ellos Cuba
se limpia el rostro y anda.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/oct06/19a6.htm
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