Cuba y sus 50 años de revolución. Una visión alemana
Fidel ya no es presidente, pero sigue presente en la vida de los cubanos.
Al cumplir 50 años, la Revolución Cubana tiene a Raúl Castro como
presidente. No obstante, la figura fundamental de la vida política en la
isla es la misma de hace medio siglo, dice ex embajador de Alemania en Cuba.
La Revolución Cubana cumple medio siglo de vida. Desde aquel 1 de enero
de 1959, cuando Fidel Castro anunció la huida del dictador Fulgencio
Batista, muchas cosas han cambiado en la isla. Otras muchas, sin
embargo, permanecen inalteradas desde entonces.
Entre la memoria nostálgica del pasado y las esperanzas puestas en el
futuro, el presente es, probablemente, lo que menos importe a los
cubanos. Mientras tanto, en el exterior se multiplican las voces que
piden al régimen que emprenda las ansiadas reformas. La Unión Europea y
Estados Unidos son los dos principales actores que pretenden arrogarse
un papel protagonista en la transición cubana.
Fidel, la figura en la sombra
El artífice de la Revolución ya no ocupa el liderazgo visible del país.
Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl en julio de 2006, tras una
cirugía intestinal de emergencia. Desde entonces, sus apariciones son
contadas.
Los cubanos sólo pueden verlo en esporádicos mensajes televisivos, pero
su sombra sigue siendo alargada. Raúl Castro es formalmente el
presidente de Cuba desde el pasado mes de febrero, pero la figura de
Fidel sigue siendo la referencia.
En los dos últimos años y medio, Raúl ha acometido reformas que para
muchos no son suficientes. De las esperanzas de un rápido aperturismo en
la isla se ha pasado a un cierto escepticismo que sólo gestos decisivos
desde Estados Unidos o Europa parecen capaces de romper.
El hermano de Fidel, Raúl, es el encargado de llevar las riendas del
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El hermano de Fidel, Raúl, es el encargado de llevar las riendas del país.
Es la opinión de Bernd Wulffen, embajador de Alemania en Cuba entre 2001
y 2005. Pese a algunos signos de apertura que se han dado en los dos
últimos años -aumento de inversiones extranjeras, levantamiento de la
prohibición para comprar ordenadores o celulares o una cierta libertad
de expresión a través de blogs en Internet, por ejemplo- "Raúl aún no ha
hecho el paso que se espera de él, Fidel aún influye", considera Wulffen
en declaraciones a DW-WORLD.
¿Para cuándo los cambios?
Es cierto que han pasado ya más de dos años sin Fidel en el poder, pero
también es verdad que en ese lapso la administración estadounidense, uno
de los interlocutores del cual se exigen más gestos, apenas ha dado un
sólo paso al frente. Es por ello que la llegada de Barack Obama al poder
parece abrir nuevas perspectivas.
El presidente electo de los Estados Unidos podría revertir medidas
adoptadas por su predecesor, George W. Bush, como la exigencia de
prepago en las importaciones de alimentos estadounidenses o reanudar
conversaciones migratorias, interrumpidas bajo el mandato de Bush.
Sin embargo, y pese a que Obama puede decidir rápidamente modestos
cambios en la política hacia Cuba, los analistas dudan que vaya a ser
levantado el embargo impuesto en 1962 o la prohibición que impide a los
turistas estadounidenses visitar la isla. Sí que puede relajar, en
cambio, las restricciones para los envíos de remesas de cubanos
residentes en Estados Unidos a sus familias en Cuba.
La postura europea
Los cubanos, a la espera de reformas. Bildunterschrift: Großansicht des
Bildes mit der Bildunterschrift: Los cubanos, a la espera de reformas.
Ante el riesgo de quedar eclipsada por el "efecto Obama", ¿cuál debe ser
la postura de la Unión Europea respecto a Cuba? En opinión del
exembajador alemán en Cuba, Europa debe dialogar a toda costa con el
gobierno de la isla.
Pese a reconocer que se trata de una dictadura, Wulffen considera a Cuba
"un caso especial", muy vinculado con Europa, especialmente con España,
con una población "muy bien formada, que ha estudiado en muchos casos en
la Universidad", y también muy vinculada a Europa y a la cultura occidental.
Respecto al papel concreto de Alemania, Wulffen cree que Berlín debería
poner sobre la mesa el respecto a los derechos humanos en su diálogo con
Cuba, "igual que el gobierno alemán hace con otras dictaduras para
conducir a una mejora de la situación".
El balance
Lo que está claro es que, cincuenta años después del triunfo de la
Revolución, Cuba sigue levantando pasiones encontradas. Detractores y
partidarios casi a partes iguales hablan de la situación en la isla y
sus valoraciones distan unas de otras como la noche del día.
Los partidarios del régimen recuerdan, por ejemplo, que la expectativa
de vida en Cuba es de 77,9 años, apenas por debajo de los 78 de Estados
Unidos. O que la tasa de alfabetización es del 99,8 por ciento, sólo
inferior a la de Georgia, que es del 100 por ciento.
Los detractores hablan de la falta de libertades, de los presos
políticos y de la situación económica en la isla. Los cubanos ganan de
promedio 20 dólares mensuales, lo que obliga a muchos a aumentar sus
ingresos comprando o vendiendo en el mercado negro.
Además, explican que los tan ensalzados servicios públicos de la isla se
deterioraron con la crisis que siguió al derrumbe de la Unión Soviética,
en 1991.
Una opinión en la línea de lo que explica Wulffe, que considera que en
aquel momento Cuba desaprovechó la oportunidad de emprender un cambio.
Aspectos positivos y negativos de cincuenta años de Revolución que hay
que poner obligadamente en la balanza. También lo hace el exembajador
alemán. "Pese a las escuelas y los hospitales, la Revolución no hizo
realidad sus promesas", asegura Wulffe. (el)
Emili Vinagre / Entrevista: José Ospina Valencia
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