Los milagreros y los pacienzudos
julio 8, 2015 9:45 am·
Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Estos tiempos que
corren, o que más bien se arrastran, reptan, no son de milagros -no hay
que exagerar ni guiarse por espejismos-, sino de milagreros.
Milagreros, y de los más cándidos, de los que se dejan deslumbrar por
cualquier truco de feria, son los compatriotas que esperan que todo
cambie para mejor porque las secciones de intereses sean embajadas, con
bandera izada y todo.
Milagreros grandes los que lo esperan todo en cuanto a democratización
de Internet, las áreas con wi-fi, el servicio Nauta, twitter, las
memorias flash y el resto de la cacharrería y los artilugios digitales.
Milagreros los que esperan que Obama, en el tiempo que le queda en la
Casa Blanca, resuelva todo lo que no pudieron resolver en Cuba diez
presidentes norteamericanos anteriores, demócratas o republicanos, los
Castro, los anti-Castro, los cubanos de uno y otro bando o los sin
bando, porque por no tener, no tienen ni opinión propia, y ni hablar de
timbales para atreverse a otra cosa que no sea obedecer.
Milagrero Obama, si cree que con su buenismo gradualista va a conseguir
que la dictadura castrista deje de serlo, y que los cambios económicos
–si es que puede llamárseles cambios a lo que no es mucho más que
parches y retoques- poco a poco traerán las libertades políticas. Como
si China y Vietnam no bastaran para probar que eso no funciona así. Pero
ahí va el bueno de Obama, que por culpa de los republicanos, no adelanta
mucho el Obamacare o la reforma migratoria, pero consigue seguir, como
un disc jockey, complaciendo in extremis las peticiones del general
presidente y va y hasta logra –ojala- el levantamiento del embargo, lo
que queda de él, que todavía es bastante, como para servirle de
justificación para la gritería al castrismo y los camaradas solidarios,
y la devolución de la base de Guantánamo, solo que ojala antes de
devolverla, desmantelen antes hasta los cimientos la cárcel para
talibanes, no vaya a ser que la utilice el MININT para encerrar disidentes.
Milagreros son los que esperan que mejore algo la situación de los
derechos humanos en Cuba por las declaraciones difusas del gobierno
norteamericano sobre el tema. Y qué va a decir y qué puede hacer el
gobierno norteamericano por las Damas de Blanco y los opositores
cubanos, tan ocupado como está en monitorear las cámaras de vigilar
policías para que cada semana, por su excesivo celo en el cumplimiento
del deber, no muelan a golpes o maten a otro adolescente afronorteamericano.
No llamo milagreros a los mandamases verde olivo, porque ellos, por
mucho que esperen del pragmatismo yanqui, saben bien lo que se traen
entre manos y el mejunje que resultará. Y va y hasta le dan el Premio
Nobel de la Paz a Raúl Castro, no a Obama que ya se ganó uno por sus
buenas intenciones y sus discursos bonitos; eso, si no le dan el Nobel
al presidente Juan Manuel Santos por seguir enfrascado en negociar con
los narcoguerrilleros de las FARC-EP.
Tampoco son milagreros Saladrigas, Fanjul, los lobistas del Engagement y
los inversionistas que ya se afilan los dientes y se refuerzan los
bolsillos, porque esos son sinvergüenzas, que aspiran a convertir a Cuba
en una maquiladora gigante, con la mano de obra más barata, sumisa y sin
derechos que exista. Es sabido, lo dijo alguien: la economía no tiene
corazón.
Pero están tan bien los más que milagreros, pacienzudos de la Unión
Europea, que ya reconocieron que el tema de los derechos humanos de los
cubanos puede esperar. No obstante, tienen la cachaza de estar
dispuestos periódicamente a reunirse con los representantes del régimen
castrista para discutir de derechos humanos, o mejor, de los diferentes
modos de interpretarlos. Total, si ya hay una Ley Mordaza en España, que
no será como las de la época del franquismo o su tocaya cubana, la ley
88, pero por ahí se empieza…
Y nada de reunirse los políticos europeos con los opositores cubanos
cuando viajen a La Habana para intercambiar cumplidos con los capitostes
de la dictadura.
Ojala los políticos de las democracias europeas que tan fácil capitulan
ante la dictadura castrista y tan comprensivos son de sus defectos,
tuvieran la misma paciencia para tratar con los desesperados africanos
que arriesgan sus vidas en el Mediterráneo para buscar refugio en
Europa, ante los no se les ocurre mejor solución que los barcos de
guerra y las amenazas de hundir a bombazos las barcazas que los transportan.
Ojala tuviera la Unión Europea la misma paciencia que con Raúl Castro,
para tratar con Grecia, que es de la familia, y convencerla y ayudarla a
que cumpla sus obligaciones y deberes, en vez del golpe de estado
financiero que preparan contra el gobierno de Tsipras, similar al que en
su momento y por otras razones, prepararon contra el gobierno de Berlusconi.
Afortunadamente, también somos pacienzudos y testarudos, aunque sigamos
tan desunidos, desmañados y poco fotogénicos como de costumbre, los
disidentes, que no nos damos por vencidos, ahora que todos los vientos
parecen soplar en contra nuestra.
Source: Los milagreros y los pacienzudos | Primavera Digital -
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