Monday, January 29, 2007

La futura subsistencia alimentaria en Cuba

Posted on Sat, Jan. 27, 2007

La futura subsistencia alimentaria en Cuba
JORGE SALAZAR CARRILLO

La situación precaria de la producción azucarera en Cuba le ha costado
al país su desaparición entre los puros exportadores del dulce --que no
tienen a su vez que importar-- y una reducción del consumo interno de
700,000 a 350,000 toneladas anuales.

Aunque no tan bien diseminado, no ha sido muy diferente al resultado
para el otro tradicional producto cubano de exportación: el puro. Hoy en
día la industria tabacalera está prácticamente en manos de la firma
española-francesa Altadís, que hasta ha asumido la asistencia técnica a
los vegueros cubanos, ahora más independientes dado el fracaso del
comunismo en la agricultura del tabaco.

Hoy en día la gran mayoría de los cubanos se alimenta peor que los
esclavos cuando Cuba era una colonia española. En aquella época ingerían
libremente ñame, casabe y tasajo, cuyo contenido calórico y proteínico
era superior a los depauperados niveles que inclusive Cuba reporta a las
Naciones Unidas. No en balde los macheteros cubanos de hoy rinden 80 a
90 arrobas de caña de azúcar por día, en vez de las 120 a 150 antes de
la era revolucionaria.

Cuando Cuba se libere de su comunismo del siglo XX, tendrá que
preocuparse de su agricultura, ganadería y pesca de subsistencia. No
debemos olvidar las estadísticas que muestran que el consumo por
habitante de pescado en Cuba antes de la robolución era mayor que en
Estados Unidos, y que entonces exportábamos más langosta y camarón que
ahora.

Para aumentar la producción del campo y el mar Cuba tendrá que ofrecer
crédito a sus productores. Créditos a la producción (refacción);
préstamos para el almacenaje, transformación y eventual distribución
intermediaria del producto (pignoración). Con ellos los productores
podrán adquirir los insumos necesarios para aumentar la oferta de estos
bienes en mercados liberalizados. Se necesitarán semillas registradas y
mejoradas, al igual que fungicidas, herbicidas y fertilizantes para los
pequeños agricultores y cooperativas independientes, para emprender
cultivos de tres meses a un año de duración. El desarrollo porcino y
avícola también podrá rendir en el corto plazo con apoyo financiero,
requiriendo las necesarias raciones alimentarias para los cerdos y aves.
Los pescadores podrán responder igualmente a similares incentivos
crediticios. Por supuesto, todo ello tendrá que acompañarse con hacer
disponibles las facilidades básicas de transporte, los frigoríficos y
los sistemas de distribución, nuevamente con el financiamiento. Este
deberá consistir de una nueva red de entidades bancarias y de
microcrédito, parte privada y parte pública. Una significativa
proporción de este financiamiento tendría que ser en divisas, ya que
habría un componente importado en este esfuerzo, proviniendo las mismas,
a corto plazo, de donaciones del exterior. Una buena parte de la
asistencia técnica también necesaria podría venir de los exitosos
agricultores cubanos del sur de la Florida.

Para tener una idea de lo que pudo haber sido y no fue, y lo que
debieran ser nuestros primeros objetivos, ilustremos con dos productos
esenciales para el consumo cubano. En 1957 Cuba cosechó más o menos
1,100,000 quintales de café, y exportaba pequeñas cantidades del
producto. Hoy día continúa exportando algo similar, pero sólo produce
250,000, con una población de casi el doble. Esto significa que el café
que se toma actualmente en la isla es mezclado con achicoria y hasta
semillas de aguacate.

Refirámonos ahora a otro producto esencial: el arroz. Antes del
totalitarismo castrista se consumían cerca de siete millones de
quintales. Y se estaba llegando a producir casi 4.5 millones. Dadas las
características de las fincas arroceras cubanas, con técnicas
adelantadas y altos rendimientos, se podía prever hasta posibles
exportaciones futuras. Actualmente la cosecha de arroz en Cuba arrostra
una gran crisis.

Para revertir este proceso inexorable de destrucción de la producción
primaria de subsistencia en Cuba, es necesario hacerla atractiva para
los productores. Los sacarócratas comunistas cubanos la abandonaron,
dedicando dos millones de hectáreas a la caña de azúcar. Además, se
llegó a concentrar hasta el 85 por ciento de la población en las zonas
urbanas. Por ello es también necesario el crédito y la asistencia
técnica que, de verdad, mejore la vivienda, la salud, la educación y las
condiciones sanitarias para los que producen estos bienes primarios.

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/16556532.htm

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