Monday, December 05, 2005

Cuba, el pais mas seguro para la desinformacion

Cuba, el país más seguro para la desinformación
Apropiación y tergiversación de conceptos: ¿Cómo es posible que La Habana exija la democratización de Internet?
Manuel Cuesta Morúa, Ciudad de La Habana
lunes 21 de noviembre de 2005

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Por estos días se celebró en Túnez el segundo encuentro internacional sobre la sociedad de la información. Como es una reunión internacional auspiciada por Naciones Unidas, Cuba participó en calidad de país miembro. Democráticamente tiene el derecho a exponer sus opiniones, presentar sus experiencias y proponer un punto o una agenda dentro del temario de discusión.
Y todo parece indicar que las autoridades de la Isla intentaron entrar de a saco en la discusión por uno de los temas más candentes: la democratización de Internet o de la información.
Hubo otros temas interesantes relacionados con la reducción de la brecha entre países de acceso ancho y países de acceso estrecho, o con las políticas más apropiadas para facilitar Internet en comunidades remotas, más los programas necesarios para garantizar la formación y la conectividad entre empresas, países, personas y sociedades.
También se efectuaron paneles para discutir programas de inversión en la Red de redes auspiciados por la ONU, o sobre comercio por Internet, en una era de economía de servicios. Todo ello en un mundo donde el libre acceso a la información no es tema ya de controversia —más bien la discusión se centra en cómo gestionar la inmensa cantidad de información que todos los ciudadanos del mundo, cubanos y coreanos inclusive, reciben por sus correos o a través de sus sitios particulares—.
Pero no, ninguno de los temas anteriores parece merecer la debida atención del gobierno de Cuba. Parecen tópicos de poca monta que no van al meollo del asunto. Lo que sí es importante es la democratización de Internet obstaculizada, según él, por el predominio estadounidense.
La pregunta salta a la vista: ¿cómo es posible que las autoridades de la Isla esgriman el tema de la democracia, de cualquier cosa que sea, en los foros internacionales?
¿Cómo es posible que en asuntos de información, que implica una complejidad de elementos —desregulación, prontitud informativa, pluralidad de fuentes para garantizar objetividad, diversidad de puntos de vista para contrastar la verosimilitud de la información y la lógica argumentativa, y la posibilidad de acceso individual y directo a las fuentes de información—, se hable en Cuba, y desde el poder, de la democratización informativa?
Es posible por una razón. Más allá del cinismo, que supone la amoralización de la conducta humana, la técnica del poder incluye la apropiación de aquellos conceptos o ideas que pueden ser racionalmente utilizados en su contra mediante su simple contraste con la realidad.
Con las armas de su enemigo

En eso el poder se desplaza un poco más allá del adagio popular que reza: dime de que presumes y te diré de que careces. Cuando se apropia de esos conceptos, trata y logra pervertirlos en un registro amplio de situaciones y contextos. Dicha apropiación actúa entonces como un tipo específico de fuga hacia delante, en la que el poder se defiende con las mejores armas del enemigo.
Por eso, entrar en el debate con otros temas equivale a dejar el flanco más débil al descubierto. Y antes de que me atrapen, ataco y confundo.
No obstante, el gobierno cubano no puede hablar de democratización de Internet en ninguno de los conceptos posibles. Recordemos que después de la primera de estas reuniones, celebrada en Suiza, a las autoridades de la Isla se les ocurrió implantar un catálogo de restricciones en Internet que provocaron el escándalo del mundo.
La secuela más importante de aquellas prohibiciones ha sido la dificultad de acceso a la Red de aquellos que no están debidamente autorizados dentro de una corporación particular.
En Cuba, como en algún momento el Rolex, el Alfa Romeo y la pistola, el acceso a Internet es un símbolo de poder político o económico. Este último poder ejercido también con restricciones, porque cualquier cubano que pueda sufragar los excesivos emolumentos que se cobran por este servicio, no puede sentarse en ninguno de los Telepuntos que la empresa estatal de Telecomunicaciones (ETECSA) tiene disponibles en muchos lugares de la capital y de otras provincias. Algo insólito para un medio intrínsicamente social como Internet, que cobra sentido sólo cuando una multiplicidad de actores privados y públicos se conecta individualmente entre sí.
Sin embargo, la prueba de que Internet en Cuba no es democrática no está en sí misma, sino en argumentos externos a ella. Si un ciudadano cualquiera no puede consultar en ninguna biblioteca del país la prensa anterior a los años ochenta del siglo pasado, y si el acceso a la Biblioteca Nacional José Martí requiere de un sistema de pases, con colores y todo, de modo que hay personas que simplemente no pueden acudir a este recinto "público", aunque siendo extranjeros puedan acceder a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, ¿desde qué criterios se puede hablar de la democratización de Internet, en un país donde las bibliotecas no son democráticas?
Qué publicó el periódico Granma el 19 de febrero de 1979, puede ser tan importante para mí como lo que hoy mismo está diciendo el periódico El Mundo de España. A ninguno de los dos tengo acceso, desde Cuba, por una simple disposición del Estado, que nada tiene que ver con la estrechez o anchura de las bandas, en esta era de saturación informativa.

URL:
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