Sunday, September 24, 2006

Nefasto y la poesia como arma de combate (final)

Septiembre 22, 2006

Nefasto y la poesía como arma de combate (final)

Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba, septiembre (Lux Info Press / www.cubanet.org) -
Continuando con los aportes de Hemistiquio Guerra de la Paz al género
poético en función del combate, y al retomar el alcance político de una
poesía dirigida a favor de la causa revolucionaria y en contra de
quienes ponen en duda si la musa de nuestros "bardidos" (bardos heridos)
es cubana o extranjera, o sus versos son por encargo oficial, pongo a
disposición de los dudosos lectores esta muestra de identidad.

Liberación

¡Toma, Revolución!
A ti te entrego lo mejor de mis zapatos: ¡sus cordones!
La parte más querida del pantalón: ¡su pata izquierda!
El más alto valor de mi camisa: ¡sus botones!
Y mi cuerpo colgando: ¡de una cuerda!

¿Alguien podría alcanzar tan tormentosa inspiración? ¿Desprenderse de
todo por una causa si realmente no la sintiera suya, carne de su carne
hecha pellejos, en falta, perdida o normada por la libreta de racionamiento?

Y más allá de las insignificancias materiales como una muda de ropa, un
bistec, o la propia vida si es para el bien de otros -¡apretó
Hemistiquio-, está el subliminal mensaje de la renunciación, la entrega
sin temor a un camino que no sé por qué carajo no siempre conduce a
Roma, pues a veces se desvía y concluye en el pasillo interior de una
galera.

Desde que "Ana murió de un sonetazo", como dijo Guillén, nuestra poesía
se abre a cualquier contingencia -o contingente, que para el tiempo es
igual- y lo mismo cabe en un poema la historia de un constructor que
cayó de un andamio por falta de protección, que un significativo aumento
en la cuota de huevos, la entrega de las llaves de una casa que aún no
existe, la victoria sobre los americanos en un torneo de béisbol o
dominó, aunque siempre identificada con nuestro proceso -no el de Kafka-
y en función de las masas oprimidas por un corsé patriótico.

Veamos si no un canto a la lucha por la vida, al enternecedor holocausto
de una joven que se entrega para salvar el techo de su casa, comprar un
colchón para sus siete hermanos, salir de viaje más allá de los fangales
de El Cotorro, y sobre todo, por su patriótica intención de ayudar a la
economía del país con el envío de remesas desde Lima o Estambul,
Pointe-à-Pitre o Birmania, a falta de Madrid o California.

Romanza de un lagarto en verdes

Por un bar allá en Mantilla
(que también "Bonche" le llaman)
comía galletas duras
con pasta de ocas blandas
una jinetera oscura
con licras de listas blancas,
navegando en su cerveza
que de espumas, nada-nada,
mientras mira al policía
que cruza desde la otra cuadra.

Altas gotas de sudor
le crecen por la garganta,
no por aspirante es libre
de hacer lo que le dé la gana,
pues necesita de un yuma
que le prenda la mañana,
no con guarapo y frituras
sino con yogur de manzana,
y para que el poli se calme
le aderece la macana
con un fajo de billetes
tan verdes como las palmas.

Por un bar allá en Mantilla
(que también "Bonche" le llaman)
comiendo aceitunas sin huesos
con una laguer de lata,
termina el jamón con queso
y el helado que añoraba
la jinetera mulata,
no con licras enlistadas
si no con vestido verde
que el yuma le regalara,
tan verde como las palmas.

No me irán a decir que no se le aguaron los ojos ante un cuadro tan
inusual en nuestro país. Ante el desgarramiento del poeta frente a un
hecho insólito en la nación más pura del universo, con una juventud
dedicada sólo al estudio y al trabajo, a la batalla de ideas, y a la
exigencia de vivir aquí, en una sociedad tan sana y primitiva donde
tener una bicicleta resulta tan asombroso como viajar a la Luna en un
tren, sólo valen las lágrimas.

Y esas son nada más que algunas muestras de la libertad de creación de
nuestros poetas, y sobre todo del carácter integral de sus musas, que lo
mismo le disparan a un velorio que a un festín, siempre tratando de
mantener al son entero, pues de lo contrario no sólo se alejarían del
país y de la revolución, sino también de sus parques y calles y de sus
casas, para ir a dar con sus huesos y piernas quién sabe dónde, quedando
Fuera del Juego.

Pero para culminar la muestra de poesía de combate entregada por el sin
par Hemistiquio Guerra de la Paz, reseñaré el fragmento de un poema que
a ritmo de parodia nos regaló el insigne poeta cubano Sometido
Redondilla, al considerarlo un retrato de su vida real:

Informe urgente a los comunistas reciclados

Qué voy a hacer si me he pasado la vida
zurciendo el marxismo-leninismo,
y al crecer olvidé
que tengo hasta los tobillos llenos de fechas
y una bola de humo en el bolsillo de atrás,
y que muy bien me podría conseguir una balsa
y que no soportaría estar cinco minutos
en una lista de espera para emigrar.

Como habrán podido notar, la poesía de combate revolucionaria, si bien
actúa como el marañón -que aprieta la boca-, nace de cualquier país
donde un elegido esté dispuesto a sumir en el terrorismo lírico y el
atentado épico a los lectores, bajo una sarta de palabras trascendentes
por lo letal, como aseguro yo, Nefasto "El catador", con título de
nobleza a prueba de versos malos.

LUX INFO-PRESS
Agencia Cubana Independiente de Información y Prensa
E-mail: Fsindical@aol.com

http://www.cubanet.org/sindical/news/y06/09220602.html

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