Posted on Fri, Sep. 01, 2006
¿Es un peligro para Estados Unidos la sucesión raulista?
FRANK CALZON
Anadie se le escapa que los Estados Unidos enfrenta hoy múltiples
amenazas que van del islamismo radical al armamento nuclear de Corea del
Norte. Sin embargo, existe una amenaza --una de las más cercanas
geográficamente-- que continúa siendo ignorada por mucha gente: Cuba.
¿Cesará esta amenaza con la muerte de Fidel Castro? Ciertamente, no es
muy probable, al menos mientras su hermano Raúl continúe en el poder.
La Cuba de los hermanos Castro, no lo olvidemos, llegó a convertirse en
una plataforma de lanzamiento de misiles nucleares soviéticos a
principios de los años 60, desatando la crisis de los misiles. Fidel,
lejos de alegrarse por la solución de la crisis, se ofendió
profundamente cuando Jrushchov retiró aquellas armas que amenazaban al
mundo con una tragedia nuclear. Nadie debe hacerse ilusiones sobre lo
que serían capaces de hacer los hermanos Castro. No dudarían en
convertir la isla en un apoyo a quienes quieran amenazar a Estados
Unidos, llámense Hezbolá, Hamas, Chávez o Kim Jong-Il. Como en 1961,
poco les importaría poner en riesgo la vida de los once millones de
cubanos en la isla, y menos la de sus vecinos norteamericanos. No en
balde el lema criminal de socialismo o muerte continúa vigente en Cuba.
La muerte de Fidel difícilmente cambiaría las cosas. Desde el comienzo
de la dictadura castrista, el general Raúl Castro ha ocupado el cargo de
ministro de Defensa y por mucho tiempo ha sido responsable de la agencia
de espionaje cubana. Raúl en persona ordenó el asesinato de ciudadanos
americanos que realizaban labores de misión humanitaria en el Estrecho
de la Florida. Así lo evidencian las pruebas irrefutables presentadas a
la comunidad internacional bajo la administración de Clinton y una
grabación dada a conocer por la prensa recientemente. El compromiso de
Raúl Castro con el marxismo leninismo soviético era públicamente
conocido a principios de los años 50, adelantándose a su hermano Fidel
en su antiamericanismo.
Washington ha reconocido desde hace mucho tiempo la amenaza que la
dinastía castrista representa. Su régimen ha sido clasificado como un
estado delictivo por el Departamento de Estado y está incluido en la
lista de ''Estados que apoyan el terrorismo'' junto a países como Irán,
Corea del Norte o Siria. Es una cuestión en la que coinciden ambos
partidos políticos americanos y los gobiernos de Reagan, Bush, Clinton y
la actual administración.
Esta clasificación ha irritado a los Castro y su régimen ha solicitado
en múltiples ocasiones que se les quite de esta lista. Tanto es así, que
no han dudado en utilizar sus espías para lograr quitar a Cuba de ella.
Un caso llamativo fue el de Ana Belén Montes, alta analista de la
entidad que asesora al Pentágono --la Agencia de Inteligencia de
Defensa--, que insistió durante muchos años que La Habana no
representaba una amenaza. Los informes, en cuya redacción Montes
participó, agradaron a Fidel, quien comentó que por primera vez el
Pentágono tenía razón sobre Cuba. Más tarde la señora Montes fue
condenada por realizar labores de espionaje a favor de los Castro.
Procesada, juzgada y condenada en Washington a 25 años de prisión,
confesó que había realizado labores de espionaje para La Habana por
muchos años.
Ahora que ha enfermado su hermano mayor, la discusión sobre la política
norteamericana sobre Cuba refleja qué poco se sabe sobre el joven Castro
de 75 años. Más allá de la evidencia --Raúl ha vivido bajo la sombra de
su hermano durante toda su vida y su nombramiento como presidente
provisional nada tiene que ver con su carisma y personalidad-- la
historia nos puede iluminar con unas breves pinceladas:
• Mientras Fidel estaba en la Facultad de Derecho, inmerso en las
reyertas estudiantiles de los años 40 y haciendo política por un partido
político anticomunista y reformista, Raúl era un activo comunista que ya
había apostado por la Unión Soviética.
• Desde el comienzo Raúl mostró una tremenda crueldad. Ya antes de
partir de México en la expedición que reinició la revuelta, Raúl
personalmente ejecutó a un cubano al que acusaron de ser un espía de
Batista.
• Más tarde, en 1957, como si se tratara de una premonición de sus
actividades futuras, 28 miembros de la Marina americana fueron
secuestrados mientras viajaban en un autobús en la provincia de Oriente.
El grupo estaba liderado por Raúl Castro. The New York Times reportó que
el cónsul americano tuvo que comunicarse con los rebeldes para conseguir
la liberación de los rehenes.
• El general rumano Ion Mihai Pacepa, el oficial de mayor rango del
bloque soviético que jamás haya desertado, escribió hace unos días que
cuando visitó La Habana en 1973 Raúl le mostró una fábrica inmensa en la
que elaboraban maletas con doble fondo y otros utensilios para poder
transportar en secreto armas y explosivos con objetivos terroristas. El
general Pacepa cuenta que estaba presente cuando los hermanos Castro
acordaron con el dictador rumano Ceaucescu comenzar una operación de
tráfico de drogas: un camino mucho más efectivo para ``dañar al
imperialismo que las armas nucleares''.
Sin conocer sus antecedentes, algunos sostienen que ''Raúl no es
Fidel'', sugiriendo que, con el hermano mayor enfermo, éste es el
momento de hacer concesiones a La Habana. Y no son sólo los agentes
pagados por Castro los que abogan por suavizar la política
norteamericana hacia esta atroz dictadura. A muchos bienintencionados
les gustaría ver a Estados Unidos invirtiendo en Cuba y mandando
turistas para allá. Pero nadie debe hacerse ilusiones, Cuba bajo Raúl
Castro --incluso con más razón que bajo su hermano Fidel-- representa un
peligro actual y claro para la seguridad de los Estados Unidos.
Director ejecutivo del Centro para Cuba Libre.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/15410896.htm
No comments:
Post a Comment