Fidel en coma, exilio catatónico
Néstor Díaz de Villegas, Hollywood
martes 8 de agosto de 2006 6:00:00
Juanita Castro ha salido de su farmacia. Las turbas que suenan trompetas
en las calles de la Ciudad la han sacado de su ensueño. Es una Bella
Durmiente a quien a cada rato despierta el hedor de un cadáver: del
cadáver más zarandeado del mundo. Olvida que la muerte, para los
tiranos, no termina en el lecho, en la agonía, en el salón de
emergencias o en la pompa fúnebre.
Que han de ser arrastrados por el fango, despeñados por los
desfiladeros, cosidos al pellejo de un burro, para público escarnio y
escarmiento. Que, al fallecer, su misma materialidad cae presa de un
aberrante materialismo histórico y que las víctimas, como auras tiñosas,
quisieran poseer esos huesos, esos mondongos. Tocar al intocable:
comérselo, en una especie de teofagia. Canibalismo de los días últimos.
Postrimerías del Reprimero, como diría Reinaldo Arenas, si estuviera vivo.
Hemos olvidado, en estos días, el encargo que nos dejó Reinaldo:
restregarle nuestras muertes en la cara al tirano agonizante. "Sólo hay
un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del
destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el
destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi
país". Parece mentira que sea otro muerto el que deba recordarnos estas
cosas…
Mientras tanto, los viejos camajanes del exilio histórico no saben qué
hacer con tanta rumba, con tanto júbilo desbordado. ¿Pero quién se
asombra ya de la catatonia de Pérez Roura, de la ligereza de Mas Santos?
Sobran ejemplos de la ineptitud del exilio, de su talento para
desaprovechar cada oportunidad histórica, para dejar pasar cada momento
culminante del drama político cubano.
No saben qué hacer con esas espontáneas brigadas de jóvenes, de sangre
fresca nacida en el exilio, que se lanza a las calles en busca de
tareas, de consignas y que ya muestran las cámaras de los noticieros.
Las manifestaciones callejeras han estado signadas por su energía, por
su música, por la belleza juvenil de sus rostros: el rostro nuevo del
exilio y la idea misma de la Cuba libre.
Se ríe de la muerte, como debe ser
Mientras en La Habana la juventud se calla y hace cola para recibir su
banderita y su porra; mientras que los ojos duros de los jóvenes
asaltadores ni pestañean; mientras las turbas grises, arengadas por los
matones, se aprestan a apalear y marchar obedientes, en las calles de
Miami la juventud cubana goza, ríe y descarga. Se ríe de la muerte, como
debe ser.
Nunca sabremos a qué estarían dispuestos los jóvenes que enarbolan la
bandera de Martí y de Maceo en las calles de Miami porque,
sencillamente, nos hemos dado el lujo de no preguntárselo, de no darles
algo que hacer, de ignorarlos como número, como fuerza, como posibilidad.
Recuerdo que, a raíz de la debacle de Eliancito, hubo reuniones de
emergencia en la casa de ciertos millonarios cubanos, coleccionistas de
arte y aficionados a la política —diletantes en ambos terrenos— y que se
nos pidió, a un grupo de escritores y artistas, a fin de evitar
humillaciones futuras, la creación de una revista, un órgano o
publicación local que diera batalla a la maquinaria propagandística del
castrismo.
Estaba allí la crema y nata de la cultura exiliada —escritores,
pintores, periodistas, filósofos… y hasta un cura de visita, recién
llegado de la Isla—, pero nada salió de aquello, ni entonces ni nunca;
ni siquiera un miserable periodiquito. Antes de dos semanas, a los
mecenas se les había enfriado su ardor patriótico-cultural.
Y otra vez, en esta debacle en ciernes, en este funeral de las
ilusiones, los artistas son ignorados olímpicamente; los intelectuales,
postergados; los filósofos, despedidos; los pensadores, olvidados; los
críticos, acallados; los revoltosos, controlados. Sólo la basura
vociferante es escuchada. Pareciera que estamos presenciando una riña de
putas barrioteras sobre la herencia de un anciano millonario.
De un lado, los curanderos políticos de Castro, los que lo cuidaron y lo
bañaron en su larga y embarazosa agonía; del otro, los primos ricos que
viven en Washington. Estos últimos no podrían negar, ni aunque
quisieran, el parentesco —se parecen más al finado que hasta la misma
Juanita Castro—. El órgano de vomitar demagogia y cáscara de piña exhibe
el mismo rictus; el dedito parado y el brazo enhiesto señalando un
perpetuo surco o camellón, que parece extenderse delante de ellos hacia
un infinito cerrado. ¿Por qué no nos reímos de esos hermanitos
Pimpinela, como los llamó el genial Max Castro? Y, ¿dónde está Max
Castro ahora, cuando más necesitamos su tozudez política?
La tumba de Fidel Castro
Nada se presta más al performance y a la deconstrucción que un funeral;
nada más apropiado que la reflexión escatológica en esta hora de
desparramos y estampidas. Por poner sólo un ejemplo que llora —hace
años— ante los ojos del cielo: el Castroleum. Mi querido amigo Rafael
Fornés, profesor de arquitectura de la Universidad de Miami, ha
concebido, en colaboración con sus alumnos, una serie de mausoleos o
proyectos de tumbas para dar albergue eterno a los restos mortales del
tirano.
Algunos de los diseños de Castroleum son verdaderas obras maestras,
dignas de ser erigidas inmediatamente. Pero eso no es lo genial. Lo
verdaderamente inspirado y revolucionario del proyecto Castroleum de
Rafael Fornés, es que se trata, únicamente, del primer paso en una
convocatoria mundial, abierta a todos los arquitectos del planeta, para
diseñar la tumba de Fidel Castro.
Sé que hace unos años Rafael trató de interesar a León Krier en el
proyecto Castroleum, aunque no sé cuál fue la respuesta del belga, el
arquitecto favorito del Príncipe Carlos. O cuál sería su respuesta hoy.
Sé también que Rafael Fornés era uno de los invitados por aquellos
diletantes millonarios de Key Biscayne que mencioné, los que trataron de
concebir un plan artístico de acción anticastrista, y fracasaron.
Y me pregunto ahora, ¿por qué nuestros millonarios no ponen su dinero
donde han puesto con tanto alarde sus lenguas? ¿Por qué nuestros
representantes no se enteran de que hay iniciativas mucho más inspiradas
y mucho más geniales que todas las que conciben sus sucias cabecitas, y
de que hay una brigada artística que trabaja ahora mismo en cómo
enfrentar creativamente la muerte de un dictador?
URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro_en_la_red/cuba/cuba_hacia_donde_y_como/fidel_en_coma_exilio_catatonico
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