Posted on Sat, Aug. 19, 2006
El cadáver exquisito
BELKIS CUZA MALE
Fue Jorge Mañach quien estudió como nadie el comportamiento de los
cubanos en su ya clásico ensayo Indagación del choteo. Y es lo que ha
estado pasando con esa muerte anunciada de Fidel Castro, puro choteo
criollo. Una verdadera catarsis social y personal. ¿De qué otro modo
hubiera podido ser ante la abdicación del viejo dictador, que tanto daño
a hecho al pueblo cubano?
Y con el sentimiento de ''dulce venganza'' han aparecido en el exilio y
la isla todo tipo de chistes, algunos muy buenos, otros pesadísimos. Ese
es nuestro carácter, la idiosincracia que nos ha acompañado siempre, un
inconsciente colectivo a ratos chavacano y grosero, otras, comiquísimo.
Los surrealistas idearon lo que se llama un ''cadáver exquisito'', donde
cada cual va poniendo un verso. Al final, tenemos un poema muy bien
articulado, no importa que las líneas sean distintas y la mayoría de las
veces dentro del género del disparate. Yo he escogido esa expresión
''poética'' para llamar de algún modo a Fidel Castro. No me cebo en su
dolor, no le deseo la muerte, no lo odio, no voy a mandarlo al paredón
de fusilamiento allá en el infierno (como él hizo con miles y miles de
cubanos). Simplemente lo pongo en manos de Dios, que es el que ha de
juzgarlo. Como se dice: cada uno con su condena.
Pero el cadáver exquisito que han confeccionado los que gobiernan hoy en
Cuba es digno de estudio. Una inteligente jugada que --debo decirlo--
merecería aplausos, si no fuera porque se trata de algo serio y
siniestro a su vez.
¿A quién se le ocurrió todo esto? Verdad o mentira, muerto o a punto.
Convalesciente o sanado, la estratagema es fantástica. Nos ha mantenido
a raya, a la expectativa, a todos. A los de allá y a los de aquí. Nadie
se ha movido de su lugar, como en los juegos. Con esta gran encuesta de
opinión sobre lo que han de ser los momentos post mortem del tirano, los
que gobiernan ahora en Cuba han demostrado que no son idiotas. Lo han
pensado todo.
Mientras, las preguntas se agolpan en la mente del cubano: ¿Son esas
fotos de Fidel Castro o de su doble? ¿Es ése el viejo tirano, ahora con
cara de ''yo no fui''? ¿Quién sabe? Todo es posible. Hoy día se pueden
inventar discursos, y falsificar fotografías sin que nadie perciba la
tomadura de pelo.
Lo cierto es que los nuevos amos de Cuba se han estado preparando desde
hace mucho para estos momentos. No son unos improvisados. Saben lo que
hay que hacer para mantenernos en la intriga. Tienen un Plan A y un Plan B.
Desde el mismo día que se supo de su gravedad, por ejemplo, mi
computadora fue tomada virtualmente por la Seguridad cubana. Desapareció
mi página Yahoo y en su lugar me encasquetaron como página principal
mía, la asquerosa de La Jiribilla. De modo que cuando abro mi Internet
Explorer ahí aparecen ellos, la maldita firma de Fidel Castro, sobre su
uniforme de habichuela. Y hasta tengo que agradecérselos, porque de otro
modo no me molestaría en ir a mirar qué dice la prensa oficial cubana
(la única que puede tener web site en Cuba).
Quizás me lo merezca por esa profecía que publiqué en enero 17 de 2006 y
que dice: ``No, no se muere Fidel Castro, pero habrá un intento de golpe
de estado por parte de una fracción del ejército, al frente de la cual
estará un general de división cuyo nombre empieza con F. Todo quedará en
secreto. Fidel Castro sufrirá parálisis y tendrá que ser internado y
difícilmente podrá seguir gobernando a partir de junio. Sí, Raúl Castro
asumirá el mando, pero intentará crear un gobierno de apariencia civil,
nombrando a algunos de los que hasta ahora han estado más cerca al
tirano. No ha de faltar mucho para que se decrete una especie de
amnistía para los presos políticos''.
Dos cosas: gracias también a la ''gentileza'' de La Jiribilla (¿habría
que llamarla quizás La Ladilla?), pude leer el comentario del poeta y
cura nicaragüense, Ernesto Cardenal, donde ponderaba las virtudes de
Fidel Castro: gobernar durante tantos años (y no por las armas, según
él), y hablar mucho, durante horas, sin aburrir. Lo curioso fue que a
las pocas horas, el comentario de Cardenal desapareció como por arte de
magia de La Jiribilla. Estuvo dos días así, hasta que parece que alguien
decidió que era mejor volverlo a colocar. Para mí que, como yo, ellos
también se percataron de la ''fina ironía'' del cura.
Pero miren, más me extraña la desaparición durante esta muerte
anunciada, de su gran amigo y compañero de trinchera, el escritor
Gabriel García Márquez. ¿Cómo es que no ha enviado ni una nota amistosa
a su querido ''patriarca''? ¿Se habrá muerto y yo no me he enterado?
Bueno, no le deseo nada malo al Gabo, en fin de cuentas, cualquiera se
equivoca. Con todo lo dicho acá y allá, las tonterías y las ridiculeces,
los horrores, y los insultos, los desatinos, los insinceros deseos de
recuperación del viejo Castro, al final del castrato, me he ido
confeccionando un ''cadáver exquisito'', uno de esos más surrealista que
el del mismo Bretón. Si quieren, añádanle ustedes de su cosecha. La
primera línea, por ejemplo, podría ser aquella que he tomado del poeta
peruano César Vallejo, de su poema Masa:
``Pero el cadáver, ay, siguió muriendo''.
belkisbell@aol.com
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/15308769.htm
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