POLITICA
Crónica de una sucesión anunciada
Raúl Soroa
LA HABANA, Cuba – Agosto (www.cubanet.org) - La noticia sorprendió a
todos. Un enorme y pesado silencio se cernió sobre La Habana. Algunos no
pudieron evitar un suspiro de alivio. El comentarista lee la proclama
que anuncia el posible fin de uno de los más largos gobiernos personales
en la historia americana, y la gente se mira sin dar crédito a lo que
escuchan.
Muchas veces hemos pensado en este día, unos con temor, otros con
esperanza. Pero el impacto no deja de tener un efecto inicial
desconcertador. Una chispa podría hacer brotar las pasiones contenidas,
y la gente se contiene, prefiere esperar, ser cuidadosa. Nadie quiere
sangre, nadie quiere venganzas, nadie quiere caos.
Algo raro se apodera del ambiente, un sentimiento difícil de explicar.
Los cubanos, nobles por naturaleza, no celebran la muerte de un ser
humano. Eso es contrario a su educación, a sus valores, a su cultura.
Pero un destello de esperanza comienza a brillar en los ojos.
Muchos comienzan a valorar las opciones. ¿Qué hacer? ¿Hacia dónde mirar?
Puede haber muerto el gran líder, y los que nunca se cuestionaron
comienzan a pensar. ¿Acaso queremos a otro gran líder? ¿Dónde está la
famosa dirección colectiva anunciada? ¿Dónde el poder repartido entre
los cuadros de más experiencia? ¿Qué pasó con los jóvenes y prometedores
discípulos del Jefe? Nada, simplemente se aplicó la fórmula a Rey
muerto, Rey puesto, y pasamos de un comandante en jefe a otro.
En la calle las miradas interrogadoras de la gente se cruzan. ¿Está vivo
o muerto? Y comienzan las especulaciones: los que consideran a Raúl un
hombre dispuesto a las reformas, los que creen que puede dirigir un
proceso de cambio, los que consideran que apoyado por los generales
puede organizar el proceso y hacerlo más represivo, los que piensan lo
contrario, los que miran con esperanza hacia los jóvenes generales que
hicieron carrera en Africa, y esperan una reacción positiva de su parte,
los que aguardan la señal para tomar las riendas o para seguir a todo
aquél que presente una agenda política diferente, transformadora,
democrática. En lo que coinciden todos es en el deseo del cambio. Todos
saben, todos o la gran mayoría necesitan ese cambio, y lo piden ya desde
el fondo de sus corazones.
Algunos creen que se tomarán medidas represivas contra los opositores al
estilo del año 1961. Cuidadosamente, el sucesor ha movilizado al
ejército antes de la lectura de la proclama, ha amarrado cortico las
riendas, y se prepara por si alguien intenta disputar su hegemonía.
Mientras, muchos se preguntan: ¿Dónde está la oposición? Este puede ser
su momento histórico, el momento de olvidar diferencias, rencores y
divisiones, el momento de presentarse ante la opinión pública nacional
como un bloque unido, como una opción valedera. Es el momento de mostrar
madurez política y convertirse en una fuerza con la que, sea quien sea
el sucesor o quienes pretendan ser los sucesores, hay que sentarse en la
mesa política a discutir el rumbo de la isla. ¿Por qué no aprender de la
experiencia chilena y crear una concertación de partidos por la
democracia? ¿Por qué no unirnos en un plural Comité de Salvación
Nacional donde participen todas las fuerzas del país dispuestas a
cambiar las cosas, independientemente de credos e ideologías?
Podemos y debemos dar al mundo una muestra de nuestra capacidad, fuerza
y madurez como nación.
El puede estar estar vivo o muerto, puede estar en coma, puede estar
listo para levantarse de su cama y aparecer en la televisión riéndose
muy campante de partidarios y adversarios. Lo que sí no puede pasar es
que demos muestra de desunión. Ese es un lujo que la oposición en Cuba
no se puede gastar. Es vitar para el presente y para el futuro de
nuestro país que eso no ocurra. Dejar pasar este momento puede ser fatal.
Si el gobernante falleció, mientras la oposición resuelve sus
diferencias o sencillamente sigue esperando, el nuevo Jefe Supremo
consolida su poder. Puede estar esperando el momento propicio, el
instante ideal para anunciar la muerte del gran Líder Mundial, del
Timonel del Tercer Mundo, del Gran Revolucionario, y qué mejor momento
que la próxima Cumbre de los Países No Alineados, en medio de líderes
tercermundistas y no tan tercermundistas, ante las cámaras de cientos de
agencias de prensa y televisoras extranjeras. Sería un final y una
despedida muy acorde con su trayectoria y además serviría para
catapultar al nuevo Jefe el ansiado puesto de Gran Timonel del tercer
mundo, teniendo en cuenta que no posee las cualidades políticas ni el
carisma del hermano. Ese sería el momento ideal rodeado de presidentes y
delegados extranjeros, de aliados y deudores, con gran cobertura de prensa.
Hay que estar muy atentos y sobre todo muy dispuestos a asumir nuestra
responsabilidad como ciudadanos, sea cual sea el escenario en que se
desarrollen los próximos actos de la sucesión, tan diferente a la
anunciada, tan sabida de antemano.
De nuestro comportamiento en estos días cruciales puede depender el
futuro inmediato. Construir una democracia, vivir en democracia es un
acto de responsabilidad y de madurez. Demostremos de qué somos capaces.
Este es el momento de todos los cubanos, desde los fiordos de Alaska
hasta Australia, desde Canadá hasta la Patagonia, en Miami, Nueva York,
Madrid o La Habana, donde quiera que estén viviendo su cubanidad y sus
sueños de una patria libre y democrática.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/ago06/08a6.htm
No comments:
Post a Comment