Sunday, June 18, 2006

Sobre el especulador en jefe

Posted on Fri, Jun. 16, 2006

Sobre el especulador en jefe
NICOLAS PEREZ

Los cubanólogos del pueblo han desatado sus imaginaciones tratando de
adivinar que está pasando con la Sección de Intereses en La Habana. La
respuesta no es fácil, pero si tomamos un bisturí y dividimos el
despelote en pequeñas secciones, podemos tener si no la verdad completa
al menos una parte jugosa de ella.

Por lo pronto, con un corte ligero a la carne de la trama, lo más
alejado posible del hueso, podemos chocar de nariz con el primer axioma:
esta crisis es obra de Fidel Castro, no hay nadie en el gobierno de La
Habana que tenga las suficientes agallas de dirigir la orquesta en una
sinfonía de esta envergadura con una batuta que sólo pertenece al tirano.

Bien rápido, para no cansarlos con lo insustancial, tampoco esta crisis
existe como tal. No ha habido varias batallas entre Washington y La
Habana, sino una sola guerra que se ha desarrollado ininterrumpidamente
de 1959 a la fecha, y calmada o agravada no por las razones endógenas
del conflicto diplomático en sí, sino por los motivos del lobo,
objetivos directos de Fidel Castro para mantener ocupado el cerebro del
pueblo de Cuba, y sobre todo el cerebro de los miembros de su bunker, no
con lo que está sucediendo, sino con lo que el creador de especulaciones
en jefe está interesado que se piense, ya que su máxima aspiración no es
controlar física sino mentalmente todo lo que lo rodea.

La mayor virtud de Fidel Castro es que ha descontrolado el circuito
eléctrico cerebral del pueblo de Cuba, a un punto tal que él oprime un
switch en Pinar del Río y se enciende el bombillo más inesperado en
Cienfuegos, oprime el botón del microwave y se calienta el horno de la
cocina, enchufa el refrigerador y comienza a rugir la batidora. En Cuba
lo que pasa nunca es lo que pasa, y el mundo real donde hay que ir a
buscarlo, como decía Platón, es en el mundo de las ideas de Fidel Castro.

¿Qué está sucediendo de hecho con esta burda violación de las más
elementales normas diplomáticas como el corte de la electricidad y agua
a la Sección de Intereses de Washington en La Habana?

Me atrevería a decir que hay que prestar atención a que para Castro lo
cierto, efectivo e innegable no son los hechos aislados; él contempla el
mundo en su mente torcida como un todo en que la muerte de un colibrí en
China puede desatar un ciclón en el Caribe o una serie de asesinatos en
serie en Sri Lanka. Recuerdo que en la cárcel de Isla de Pinos, cuando
el ejército norteamericano le propinaba pateaduras contundentes al
Vietcong, nos reprimían a los presos políticos con golpizas brutales
como si fuésemos directamente responsables de lo que estaba sucediendo
en las selvas de Vietnam. Al día siguiente de la Guerra de los Siete
días, en que los israelíes derrotaron de un modo patético a los árabes,
con una proporción de fuerzas de 10 a 1 en contra, durante una requisa
en la prisión de Agüica sin razón alguna ni previo aviso abrieron fuego
de ametralladora contra nosotros, cayendo a mi lado con una rodilla
destrozada Ramiro Lorenzo de La Vega.

Creo que la derrota de Ollanta Humala en Perú no ha sido evaluada en
toda su magnitud ni por la prensa ni por los expertos. Creo es la más
costosa que han sufrido Castro y Chávez desde que iniciaron sus
tropelías a lo largo y ancho de América. Se dividen los humalistas.
Quién sabe si este affair marque el comienzo del retroceso de una
corriente nefasta para Latinoamérica. Y lo más grave, el eje
Habana-Caracas no ha perdido un peón en el tablero de ajedrez; mucho
peor, ha hecho el ridículo. Y esta confrontación directa con el
imperialismo quién sabe está montada por Castro para que el pueblo de
Cuba no piense ni en Alan García, ni en el Machu Pichu, ni en el vuelo
del cóndor, porque cuando Cuba piensa, él pierde.

nicop32000@yahoo.com
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/14828041.htm

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