Wednesday, January 04, 2006

Un documental responsabiliza a Cuba del asesinato del presidente Kennedy

Venganza. Un investigador asegura que el mandatario fue ultimado por encargo del gobierno de Fidel Castro
Un documental responsabiliza a Cuba del asesinato del presidente Kennedy
Afirman que Lee Harvey Oswald consideraba a EEUU como paradigma del mal. No era un neurótico solitario

Un documental de la televisión pública alemana ARD responsabiliza al servicio secreto cubano del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy -el 22 de noviembre de 1963- en Dallas, Texas. "Fue la venganza de Castro por el intento de la CIA de asesinarlo con un bolígrafo envenenado", afirma Wilfried Huismann, director del documental "Rendezvous mit dem Tod" (Cita con la muerte), que será emitido mañana por la noche en la televisión germana.

En la cinta, para la que ha investigado durante tres años, Huismann asegura que Lee Harvey Oswald no fue un psicópata que actuó en solitario, sino que lo hizo por encargo de Cuba. El director alemán llegó a dicha conclusión cuando al rodar su documental "Querido Fidel. La historia de Marita" (2000) se encontró con un hombre que había estado presente en los interrogatorios de Oswald.

La conversación con aquel testigo hizo que se desvaneciera la imagen que tenía de Oswald hasta entonces: "No era un neurótico que no superaba una relación anormal con su madre, como se había dicho oficialmente desde la primera conferencia de prensa. Era un hombre inteligente, bien formado, incluso con mucho humor. Pero al mismo tiempo era un fanático de la idea de que el capitalismo estadounidense es el paradigma del mal".

¿Se dejó convencer por ese motivo para perpetrar el asesinato? Huismann se puso a buscar pruebas pruebas históricas que corroboraran la teoría. En algunos momentos, la búsqueda parecía no avanzar, según explica el director, pero finalmente dio con la persona correcta.

El redactor de la televisión estatal alemana Heribert Blondiau recuerda: "Por la noche, a eso de las tres de la madrugada, me llamó Wilfried completamente aliviado y algo orgulloso y me dijo: «Tengo mi testigo principal»".

Era el cubano Oscar Marino, un agente secreto y aliado de Castro en la lucha guerrillera contra el dictador cubano Fulgencio Batista, pero ahora estaba decepcionado porque a su parecer el ex compañero estaba dejando la causa cubana demasiado condescendientemente en manos de la Unión Soviética.

Marino, un hombre muy anciano y enfermo, estaba ahora dispuesto a conceder una entrevista, ya que "de lo contrario nadie conocería la verdad". Sus declaraciones fueron rodadas en un automóvil en marcha y constituyen el núcleo del documental de Huismann.

En la película se pronuncian también ex agentes secretos de Estados Unidos, colaboradores de la administración Kennedy y agentes secretos mexicanos. La documentación se completa con actas del archivo del servicio soviético KGB.

Los fuertes costos se los repartieron las emisoras de televisión regionales alemanas WDR y SWR y la japonesa NHK. Huismann no consiguió sin embargo ganar a una emisora estadounidense para el proyecto: "El tema allí es tabú".

Según las investigaciones de Huismann, en Estados Unidos, el gobierno del sucesor de Kennedy, Lyndon B. Johnson, estuvo ya muy bien informado sobre el trasfondo del atentado. Sin embargo, Huismann cree que se ocultó la verdad por varios motivos.

"Johnson no quería un nuevo conflicto con Cuba y temía además por el futuro del Partido Demócrata. El partido era considerado ya demasiado liberal y los opositores podrían haber dicho: «Miren los cobardes. No sólo no pueden acabar con Castro sino que además lo dejaron matar al presidente»", asegura el director. (DPA)
 

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