LA HABANA, 1 (AFP) - El presidente de Cuba, Fidel Castro, esperó la llegada del 1 de enero en una céntrica gasolinera del Malecón de La Habana para celebrar el 47 aniversario del triunfo de la revolución con un grupo de trabajadores sociales: "Viéndolos a ustedes, me lleno de esperanza", les dijo.
Vestido de verde olivo, el líder de la revolución cubana acudió poco antes de la medianoche a la estación de gasolina de la esquina de Línea y Malecón, a 100 metros de la sede de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA).
Castro, que en agosto próximo cumplirá 80 años, esperó las 12 de la noche para entonar las estrofas del Himno Nacional, junto con el grupo que representaba a los más de 10.000 jóvenes desplegados en todas las estaciones de suministro de combustible del país.
Por encargo del mandatario, los trabajadores sociales sustituyen, desde mediados de octubre, a los llamados "pisteros" -empleados que despachaban en las gasolineras- para frenar el robo de combustible al Estado.
Con los puños en alto, los trabajadores sociales, uniformados con camisetas negras y azules, y miembros del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) lanzaron consignas de apoyo a la revolución.
Ante el grupo de jóvenes militantes, Castro evocó el histórico 1 de enero de 1959, cuando proclamó el triunfo de la revolución en la oriental Santiago de Cuba, donde la madrugada de este domingo se izó la bandera en una ceremonia especial.
"Han sido 47 años de luchas constantes, pero también de grandes victorias para nuestro pueblo", aseguró Castro, al hacer un recuento histórico de la revolución en plena madrugada en la estación de gasolina.
"Basta para darnos cuenta de eso, analizar lo que han sido estos 47 años de luchas contra ese monstruoso imperio, que era mucho peor de lo que nosotros imaginábamos. Pero han sido 47 años de bloqueo para honra y gloria de nuestro país, pues nos ha hecho resistir y nos ha hecho mucho más fuertes", sentenció.
En el singular acto en la gasolinera, los trabajadores sociales le entregaron al mandatario un libro en que reseñan sus compromisos con la revolución, mientras que una estudiante universitaria leyó un mensaje en el que expresó la solidaridad con sus colegas y el apoyo para las nuevas tareas.
Castro felicitó a los jóvenes por el trabajo que realizan, pues además de controlar el suministro de combustible, han acudido casa por casa levantando un censo para distribuir equipos electrodomésticos y bombillos ahorradores de energía.
"Estoy convencido de que con las medidas que estamos tomando, lograremos sobrepasar los cálculos iniciales de ahorrar la mitad de lo que hoy gastamos en energía. Creo que el ahorro será mucho más, hasta de un 70%", les manifestó.
Al explicarles que aún les esperan nuevas tareas, Castro ratificó su convicción de que 2006 "será un año de cosecha, aunque la verdadera cosecha la veremos más bien en el 2007", agregó.
La labor de este ejército de voluntarios se enmarca en una gran campaña contra la corrupción y en favor del ahorro -sobre todo de electricidad- que estará de lleno en 2006, nombrado por el propio Castro como "Año de la Revolución Energética en Cuba".
Cientos de fiestas se celebran en toda la isla y 21 salvas de artillería fueron detonadas en la Fortaleza de La Cabaña, en La Habana, para conmemorar, en coincidencia con el Año Nuevo, la fecha en que el dictador Fulgencio Batista huyó de Cuba ante el avance de la guerrilla de Castro.
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