Thursday, June 01, 2017

Prohibido!

¡Prohibido!
Desde ayer en la mañana un grupo de policías, ubicados en la explanada
de La Punta, prohíben el acceso
Jueves, junio 1, 2017 | Ana León

LA HABANA, Cuba.- Desde que en Cuba comenzó a hablarse de cambios, da la
impresión de que estos ocurren al margen o por encima de la vida
ciudadana. Crecen los negocios privados, se levantan hoteles y La Habana
recibe un flujo casi insostenible de turistas. Sin embargo, este
florecimiento no es percibido por la población. Todo lo bueno que sucede
o comienza parece destinado a otra gente, y la ciudad que supuestamente
pertenece a los cubanos parece invadida por visitantes poderosos que
llegan y disponen, mientras el común de los mortales, la gente sencilla
y asalariada, se siente cada día más desposeída.

Con los cambios han llegado también regulaciones y prohibiciones, sin
que se ofrezca una explicación a los hijos de esta tierra que cada día
entienden menos; pero consideran que existen ciertos espacios urbanos
que les son propios, queridos, necesarios y sagrados.

Desde ayer en la mañana un grupo de policías, ubicados en la explanada
de La Punta, prohíben el acceso de las personas a las escalerillas que
conducen a las pocetas donde, durante años, se han bañado los vecinos
para escapar del sofocante calor; los pescadores se han dedicado a su
faena; los angustiados han encontrado calma y los devotos han presentado
sus ofrendas a los orishas. Todo bajo la "vista gorda" de las
autoridades y haciendo caso omiso de la señal que expresamente prohíbe
bañarse y pescar en ese lugar. Por eso los transeúntes que ayer
intentaban bajar al "dienteperro", no entendían que los policías les
cerraran el paso.

Ninguno ofreció una explicación. "Está prohibido", fue la seca respuesta
de un uniformado a una joven que traía un melón para cumplir un voto
religioso. Pero tras ella llegó otra y luego una pareja, cada uno con
sus respectivas ofrendas. Entonces el policía comprendió que no podría
deshacer en un día una costumbre arraigada por décadas, y flexibilizó su
postura.

"Háganlo rápido", les dijo, y todos bajaron para honrar a la virgen con
una prisa acompañada de incomodidad y desconcierto. Una joven que solo
quería sentarse en el muro, a la entrada de la roída escalinata, tuvo
que soportar que el policía caminara a su lado varios metros hasta
asegurarse de que venía a eso y nada más. Otra que necesitaba llenar dos
galones con agua salada tuvo que pedir permiso, sin entender por qué
debía pedir autorización para acceder a un lugar que visitaba desde su
más tierna infancia.

Todas esas personas preguntaron al policía si había algún problema; pero
este solo repitió que no se podía bajar. Es cierto que más de un
adolescente se ha ahogado mientras nadaba en la costa, muy lejos del
dienteperro; de ahí la prohibición de usar la zona como balneario. Sin
embargo, la semana pasada, y la anterior, había muchachos bañándose allí
mismo, o en lugares aún más peligrosos y contaminados de la bahía. A
pesar del fuerte despliegue policial que se aprecia en la capital desde
hace un par de meses, ni un solo oficial fue a reprender al grupo de
chicos -algunos menores de diez años- que tan osadamente combatía el
calor con chapuzones.

Nadie se explica por qué desde ayer está prohibido el acceso a las
pocetas; pero una cubana lenguaraz insinuó que "todo ese artistaje es
por el Día del Medioambiente", que se conmemorará el próximo 5 de junio.
La suposición no resulta descabellada, máxime cuando el proyecto de
saneamiento de la bahía de La Habana se está llevando a cabo con dineros
foráneos. Al parecer, los dirigentes de la Isla -tan ecologistas- no
quieren que algún "enviado" vea el área de la bahía repleta de latas y
botellas vacías, jabas de basura o animales ofrecidos en holocausto a
deidades del panteón yoruba.

Se trata, probablemente, de una maratón de cinco días para aparentar que
tenemos conciencia verde. Y como los cubanos acatan tales imposiciones
con apenas una mueca de contrariedad, cualquier día de estos el malecón
se convertirá en un paso peatonal flanqueado por hoteles, bares y
restaurantes; y en cuyo muro nadie podrá desgranar sus horas de ocio,
mirando el horizonte.

Source: ¡Prohibido! CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/prohibido/

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