En Cuba hoy se transita: del tovarich ruso al míster yanqui
Pero de momento, el Secretario de Estado John Kerry deberá izar la
bandera de las barras y las estrellas en el edificio que ocupa desde
1953, diseñado por los arquitectos estadounidenses Max Abramovitz y
Wallace Harrison, de la firma Harrison&Abramovits. De estilo
minimalista-brutalista, es similar al Lincoln Center y la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York, de los mismos arquitectos
CUBA | 10 de Julio de 2015
LA HABANA.- IVÁN GARCÍA
Especial
Por ahora, la impresentable mole de concreto de la antigua embajada
soviética, hoy sede de la Federación Rusa, emplazada en la hermosa
Quinta Avenida de Miramar, al oeste de La Habana, seguirá siendo la
mayor edificación de una cancillería extranjera en Cuba.
Puede que en el futuro, cuando el Congreso de Estados Unidos apruebe
fondos, la Casa Blanca subaste entre arquitectos de vanguardia la
iniciativa de diseñar un edificio singular y estupendo para su embajada
en La Habana.
Pero de momento, el Secretario de Estado John Kerry deberá izar la
bandera de las barras y las estrellas en el edificio que ocupa desde
1953, diseñado por los arquitectos estadounidenses Max Abramovitz y
Wallace Harrison, de la firma Harrison&Abramovits. De estilo
minimalista-brutalista, es similar al Lincoln Center y la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York, de los mismos arquitectos.
El edificio, de seis pisos, tiene amplios ventanales a un costado del
malecón habanero. Los cristales son verdiazules, para que la luz solar
no moleste. Tiene aire acondicionado central, pero las ventanas se
pueden abrir y disfrutar de la brisa marina.
Las paredes fueron revestidas con piedra de Jaimanitas color rosa-gris.
Los jardines son obra del arquitecto californiano Thomas D. Church. En
1997 el edificio recibió una reparación capital.
La futura embajada se ha quedado pequeña para atender a las más de 50
mil personas que cada año acuden a solicitar visas para reunificación
familiar o de turistas.
Los vecinos que residen en los alrededores de la SINA han emplazado un
racimo de pequeños negocios que van desde gastronomía, hospedaje hasta
rellenar formularios electrónicos de visa.
En el sótano de un edificio de tres pisos, a tiro de piedra de la
embajada, funciona una hamburguesería donde con frecuencia acuden
funcionarios y diplomáticos estadounidenses.
Pensando en los nuevos tiempos que se avecinan, su dueño tiene previsto
ampliar la oferta y cambiar el look del lugar. "Pondré banderas de
Estados Unidos y videos de jazz en un televisor de pantalla plana".
Antes del 17 de diciembre de 2014, ya la bandera estadounidense formaba
parte de las prendas de vestir de no pocos cubanos. Leggings, jeans y
camisetas con el águila y la bandera roja, blanca y azul de las 50
estrellas matizaban la capital y ciudades del interior. Es habitual ver
en los bicitaxis y los parabrisas de taxis colectivos y autos privados,
las banderas de Cuba y Estados Unidos.
La apertura de embajadas el próximo 20 de julio no fue sorpresa para la
los cubanos de a pie. Era una jugada cantada.
"Solo se esperaba la fecha. Algunos pensaban que sería el 4 de julio,
por ser el día de la independencia en Estados Unidos. En la recogida de
la bolita (lotería clandestina) muchísimas personas apuestan por números
y cábalas que tienen que ver con lo que está pasando entre los dos
países", afirma un recogedor de bolita.
Aunque las expectativas de los cubanos de café sin leche se han
enfriado, tras la apatía del gobierno deRaúl Castro a implementar una
hoja de ruta que permita a emprendedores privados acceder a
microcréditos e importar insumos de Estados Unidos, la gente
mayoritariamente aprueba el deshielo.
Se percibe un sentimiento de simpatía y admiración hacia todo lo que
viene de la 'yuma'. Un móvil inteligente, una tableta, computadora u
electrodoméstico Made in USA tiene garantizada su venta a buen precio en
el mercado subterráneo.
"Siempre fue así. Antes de la revolución y después, cuando éramos
aliados de los soviéticos y cuando se derrumbó el muro de Berlín. Los
cubanos seguimos siendo fanáticos de los productos yanqui. Aquí no caló
la comida rusa, ni sus modas y costumbres. Quedaron algunos nombres y
los autos Lada, Volga y Moskovich, incomodísimos. Hasta el himno
americano nos gusta ", comenta un bodeguero de la barriada habanera de
Lawton, y tararea una estrofa de The Star-Spangled Banner.
Ha sido una pirueta de 180 grados. Del pueblo gritar, azuzado por el
régimen, consignas contra Estados Unidos, a ser objeto de una
infructuosa campaña mediática del partido comunista contra la sociedad
de consumo norteamericana.
"Todos los días en el periódico aparecían titulares sobre el aumento de
la pobreza o los sin techos en ciudads americanas. En los años 70 llegué
a pensar que el Ku Kux Klan linchaba a los negros en cualquier esquina
de Nueva York. Hasta Fidel alardeaba que en una década, Cuba iba a tener
un nivel de vida más alto que el de Estados Unidos. ¡Qué manera de
atracarse!", señala Eulogio, jubilado.
Si el nuevo panorama ha pillado descolocado al gobierno, sin una
estrategia coherente, ya los cubanos se venían preparando para el día D.
Filmes, series y musicales piratas se ven por toneladas en los hogares
de la Isla.
Las escuelas de inglés, privadas o estatales, se han multiplicado y el
destino favorito de un futuro emigrante sigue siendo Estados Unidos. De
la otrora URSS solo queda en pie una economía que hace agua,
planificación estatal, burocratismo y el manicomio ideológico.
Un reguero de autos antiestéticos y una edificación horrorosa en Miramar
que es la antípoda de la arquitectura. Además de un puñado de ancianos
que se aferran al poder. Y para de contar.
Source: En Cuba hoy se transita: del tovarich ruso al míster yanqui ::
Diario las Americas :: Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/3213981_cuba-tovarich-sovietico-mister-yanqui.html
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