El penoso silencio de la prensa oficial

El penoso silencio de la prensa oficial
julio 8, 2015 11:02 am·

Cuba actualidad, Capdevila, Boyeros, La Habana, (PD) Como corderos, los
más que obedientes, dóciles y serviles periodistas oficialistas no se
atreven traspasar la línea roja de la censura impuesta por el pastor del
rebaño, el coronel Osvaldo Borges, jefe del Departamento Ideológico del
Partido Comunista. Tal es su control que ni los más díscolos se atreven
a apartarse del rebaño.

La arquitectura informativa de Cuba está conformada por las emisoras
radiales, las televisoras nacionales, los telecentros que funcionan en
provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud, los diarios
nacionales, los semanarios provinciales y uno nacional, el órgano de la
Central de los Trabajadores de Cuba (CTC).

Telesur es el único medio internacional al que tienen acceso los cubanos.

En Cuba está prohibida la televisión satelital y por cable. De 11 238
300 habitantes, solo medio millón gozan del privilegio de estar
conectados a Internet. Los abonados a la telefonía celular al concluir
2014 eran 2 530 800, el 20 % del total de la población. Esa es la
explicación de por qué la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en
su informe del año 2014, haya ubicado a Cuba en el puesto 126 de los 166
países miembros. Algo realmente vergonzoso.

Al atraso en todo lo relacionado con el acceso a las TIC, hay que sumar
la despiadada censura que se aplica a todas las informaciones que
reciben los cubanos. Por lo general, están mutiladas o convenientemente
manipuladas si tratan de temas sensibles o molestos al régimen.

Pero como Cuba forma parte de la aldea global, por mucho que le pese al
régimen, el redil donde están encerrados los cubanos tiene rendijas, por
donde pasan las noticias y lo que era considerado un rumor o chisme
puede dejar de serlo.

Los dóciles corderos de la prensa oficialista se ven entre la espada y
la pared cuando hay informaciones que ocupan las primeras planas de los
medios internacionales y en las que aparecen implicados personeros del
gobierno o gobernantes y líderes políticos de otros países con los que
La Habana mantiene vínculos estrechos.

Sobre el reciente viaje de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff a los
Estados Unidos y su reunión con el presidente Barack Obama, los medios
oficiales cubanos mantuvieron el más riguroso silencio.

Por estos días, la comidilla en Cuba, que circula de boca en boca y de
una memoria flash a otra, es una información de la agencia de noticias
turca Dogan, reflejada en la popular revista alemana Gala, cuyos mayores
lectores son las féminas (86%). Se trata de un detallado reportaje sobre
las costosas vacaciones del hijo menor del exgobernante Fidel Castro,
Antonio Castro Soto del Valle, quien junto con un selecto grupo de
amigos, pernoctó por varios días en uno de los hoteles de lujo de la
península turca de Bodrum, cerca de la entrada noroeste del golfo de
Gökova, frente a la isla griega de Cos.

En dicha información se dice que Antonio Castro se trasladó a dicho
centro turístico desde la isla griega de Mykonos a bordo de un yate de
lujo de 50 metros de eslora y que se alojó en el hotel más caro del
complejo turístico.

Esta información de ser cierta, desacreditaría al ex gobernante Fidel
Castro, pero en especial al jefe de estado Raúl Castro, que en una
reciente reunión del Consejo de Ministros se refirió a las limitaciones
financieras por las que atraviesa el país. Imaginen, en esta situación,
que los medios internacionales publiquen informaciones y fotos de las
costosas vacaciones y los altercados en los que se dice estuvo
involucrado Antonio Castro durante su estancia en Turquía.

Los medios oficiales cubanos no pueden permanecer callados ante este
hecho. Están en la obligación, si no es cierto, de desmentirlo. Mientras
no lo hagan, el gobierno cubano está en una situación verdaderamente
difícil.

Para Cuba actualidad: origenesmadiba@gmail.com

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