Carnival, paradigma de los nuevos tiempos
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | 09/07/2015
Hay varias formas de reaccionar ante la holgura económica ajena. Una de
ellas es la que nos enseñó el castrismo desde que éramos pequeños y que
se basa en la rabia y el estigma hacia el próspero. Una intransigencia a
lo Robin Hood cuyo fin es arrebatarle al otro aquello que "le sobra" o
"tiene de más". Esa ojeriza al que progresa, acumula propiedades o
disfruta de cierta holgura material, ha terminado por convertirse en un
componente inseparable de nuestra idiosincrasia, aunque los tiempos
parecen estar cambiando.
"Nunca me voy a subir en un crucero, pero que vengan más... que estamos
ganando", decía ayer un jubilado de tabaco masticado y camisa tan
deteriorada que se transparentaba sobre su piel. Recién habían anunciado
en el noticiero oficial que la empresa estadounidense Carnival recibió
la autorización de Washington para viajar a Cuba y ya el señor exponía
su propia postura ante los lujos que disfrutarán otros. El símbolo de un
capitalismo de placeres, diversión y despilfarro está a punto de atracar
en La Habana y llama la atención que tampoco el oficialismo lo recibirá
con gritos ni consignas, sino con beneplácito.
No parecen escandalizados los cubanos cuando conversamos sobre esos
colosos flotantes que arribarán con suntuosidades y dinero, mucho
dinero. Más bien, la gente calcula el beneficio que le tocará cuando el
gigante de los mares toque tierra y descienda una andanada de turistas
de billetera abultada y crema solar por todos lados. Los dueños de
restaurantes cercanos al puerto habanero se frotan las manos y los
vendedores de baratijas esperan mejorar sus ventas.
Otros, como el señor de la camisa gastada y el tabaco mordido,
probablemente no se beneficien en nada con el arribo de la firma
Carnival. Sin embargo, a diferencia de otros tiempos en los que hubiera
escupido de ira ante esos "burgueses explotadores que vienen a dejarnos
su basura", ahora parece dispuesto a sobrellevar tanta exhibición de
ostentación y glamour. Al indagar por su tolerancia ante el lujo ajeno,
el viejo detalló que "ya aquí hay gente que vive así, a lo grande, pero
son los de arriba", mientras señalaba con el dedo hacia el cielo para
indicar a la nomenclatura. "Ahora la diferencia es que los veremos
llegar por mar y no esconder lo que tienen", sentenció.
Para conservar los suculentos bienes asociados con el poder, el propio
Gobierno está cambiando su discurso en relación con la riqueza de otros
y tratando de atraer a esos "ricachones, burgueses y apoderados" de los
que renegó y a los que combatió durante décadas. Sin embargo, a la par
que obtiene beneficios del turismo de lujo, le está enviando un mensaje
contradictorio a los ciudadanos que crecieron bajo los llamados al
igualitarismo y la austeridad. Carnival es la última hoja de parra que
se han quitado y la que ha dejado al desnudo su impúdica fascinación por
el dinero propio y ajeno.
Source: Carnival, paradigma de los nuevos tiempos -
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/Carnival-paradigma-nuevos-tiempos_7_1812488734.html
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