Latinoamérica y el problema cubano
[13-03-2014 14:29:08]
Jorge Hernández Fonseca
(www.miscelaneasdecuba.net).- Una secuencia de acciones respecto a Cuba
--directas e indirectas-- han puesto de manifiesto una relación de
Latinoamérica con el "problema cubano", que hasta el presente no se le
había prestado la debida atención, ni figuraba entre los elementos de
peso a tener en cuenta cuando del futuro de la isla se trataba.
Venezuela por un lado --que es el país que actualmente mantiene la
dictadura cubana en pie-- y Brasil por otro, son los dos polos que hoy
por hoy en Latinoamérica "pesan" (y mucho) para el futuro de la
malograda "revolución comunista cubana".
¿Por qué Latinoamérica prácticamente en pleno fue a Cuba para darle el
espaldarazo aprobatorio a los movimientos hacia la transición rauliana?
Hace muy poco tiempo podían identificarse dos tendencias netamente
separables en la izquierda latinoamericana: la izquierda carnívora,
encabezada por los hermanos Castro en Cuba y financiada holgadamente por
Hugo Chávez en Venezuela, a los que le seguían muy de cerca Evo Morales
en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua; y la
izquierda democrática, encabezada por Lula da Silva en Brasil, Néstor (y
Cristina) Kirchner en Argentina, Mauricio Funes en El Salvador y Ollanta
Humala en Perú, trazando una clara línea divisoria entre ambas
izquierdas regionales.
La anterior clasificación de la izquierda --que sumada, es mayoritaria
dentro de nuestro Sub Continente-- no elimina la importancia de los
gobiernos de derecha y de centro que dominan importantes países del
área, encabezados por Enrique Peña Nieto en México, Juan Manuel Santos
en Colombia, Sebastián Piñera en Chile (que desde ayer pasó el mando a
Michelle Bachellet, que va a engrosar la izquierda democrática de
nuevo), Laura Chinchilla en Costa Rica y Ricardo Martinelli en Panamá,
entre otros de menor influencia política en Latinoamérica.
Si hoy en día existe una izquierda fuerte en América Latina (de manera
que incluso la hemos tenido que dividir en dos tendencias diferentes
para el análisis) se debe sin dudas a la existencia de la Cuba de Fidel
Castro, que financió a ambas izquierdas. Eso por un lado, y por otro, a
la política de permisividad de Washington con la isla, que desde los
años 60 del siglo pasado hizo muy poco para erradicar una ideología que
es enemiga irreconciliable de los Estados Unidos y que ahora, a pesar
del desastre cubano, continuamente "le pasa la cuenta".
La introducción de la izquierda en América Latina como gobierno, puede
analizarse en cuatro etapas nítidamente definidas: la primera etapa,
inmediatamente posterior al triunfo de Fidel Castro en Cuba, estuvo
caracterizada por la "exportación de la revolución armada", en la que la
"lucha guerrillera" tanto urbana como rural, jugó un papel primordial.
En la isla eran entrenados hombres que posteriormente eran introducidos
en prácticamente todos los países de nuestra sub región. Fidel Castro
impuso la guerra de guerrillas a toda Latinoamérica cobrado una cuota de
sangre, desasociego, dictaduras militares y un largo etcétera, de muy
triste recordación.
La segunda etapa comenzó con la pretensión de elegir democráticamente un
presidente de la izquierda castrista; la primera experiencia fue con
Salvador Allende en Chile, que fue elegido pero finalmente fracasó.
Tomadas las experiencias del fracaso chileno, Hugo Chávez fue aconsejado
en la Habana para intentar semejante aventura. Fue el primer éxito
castrista con su segunda fase, que incluía entonces "no acelerar" el
proceso político y convocar una constituyente para imponer leyes,
instituciones, y métodos, que permitieran, a medio plazo, la
introducción del esquema castrista. Así, nacía con Chávez el
"bolivarianismo" y el socialismo del siglo XXI. Esta segunda etapa,
contó con éxitos resonantes en Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
La tercera etapa comenzó con la elección exitosa del Partido de los
Trabajadores en Brasil, PT, que llevó a la presidencia del Gigante
Sudamericano a Lula da Silva, no comprometido del todo entonces con el
castrismo, pero aceptando nombrar como segundo hombre de su gobierno a
José Dirceu, hombre (como Nicolás Maduro) entrenado en la Habana y
destinado a concentrar los méritos del gobierno de Lula, para entonces
esperar su turno de elegirse, con similar plan de no apresurarse, de
cambiar la constitución y así, a medio plazo, implantar el castrismo.
Esta tercera etapa falló, Dirceu, más ambicioso de lo normal, fue
descubierto en un esquema de compra de voluntades en el Congreso, fue
apartado del gobierno y finalmente condenado a la cárcel, en el conocido
proceso del "mesualón", que sin embargo no perjudicó a Lula da Silva.
A partir de esta experiencia traumática con Dirceu, del éxito económico
que Lula recogió en sus dos mandatos y de la trayectoria económica
decreciente de Chávez en Venezuela, Lula da Silva formuló un plan
diferente al castrista, para intentar llevar el socialismo a
Latinoamérica. Lula en realidad nunca fue comunista y su experiencia
socialista proviene de sus vivencias de líder sindical. Como su gobierno
tuvo éxito practicando un esquema democrático en la política, y de
mercado capitalista en la economía, Lula propone ahora una "implantación
socialista" usando los mismos métodos democráticos con los que tanto él,
como Chávez, Morales, Correa y Ortega accedieron al poder, pero sin
mudar la constitución y abrazando el capitalismo de mercado en la
economía, yéndose un paso adelante al castrismo y al socialismo del
siglo XXI.
Esta es la cuarta etapa en la que Raúl Castro, a la muerte de su hermano
mayor, intentará entrar con los girones de la Cuba deshecha en un
proceso de transición, primero al capitalismo (de la familia Castro) y
después "sólo Dios sabe". Lula, que es ya un capitalista en sí mismo
--dícese en Brasil que es dueño de una fortuna incalculable-- ha
discutido con los hombres de Raúl un esquema "socialista" como el
mencionado, donde la familia Castro quedaría como heredera del trono
político y económico a la vez (sobre todo en la primera etapa) y donde
se aspira a controlar desde el gobierno las riendas del poder
institucional, de la manera como se pretende hacer también en Brasil con
similar objetivo. Esa es la clave de la inversión brasileña en el puerto
del Mariel y de las presiones brasileñas por el levantamiento del
embargo de EUA.
Los argumentos de Lula son simples: si el socialismo marxista ensayado
en Rusia y Cuba fracasó, hay que tomar las lecciones en la economía y en
la política. Si realmente el socialismo democrático es "mejor" que el
"capitalismo latinoamericano tradicional", no habrá problemas para
llegar al gobierno. Si desde el gobierno se gobierna (sin dictadura)
para la mayoría desposeída (abundante en Latinoamérica) y no para unos
pocos, no habrá como derrotar en las urnas a un gobierno de ese tipo.
Siempre habrá (piensa Lula) muchos "capitalistas honestos" dispuestos a
apoyar iniciativas como estas, con beneficio social y gobernando para la
mayoría.
Lula se empeña actualmente por llevar sus ideas a una Cuba post Castro,
donde la situación es bastante diferente al del resto de los países
latinoamericanos. Allí el trauma no han sido los excesos del
capitalismo, sino precisamente los "horrores" del socialismo. Como de
inicio en la isla se parte de una férrea dictadura, se iniciaría un
proceso lento y gradual del levantamiento del estado policiaco y
represivo, contando con que, a medio plazo, "las aguas tomen su nivel".
Lula trata además de convencer a Nicolás Maduro ahora para abrazar un
esquema similar, abriendo más la economía y dando más accesos políticos
y periodísticos, como única manera de preservar a medio plazo el poder
en manos socialistas. La clave del entendimiento de Maduro está en el
grado de convencimiento que Lula haya conseguido inculcar en la Habana y
que desde allí le llegue la luz verde a Venezuela para iniciar el
proceso de cambios hacia el nuevo esquema, más liberal. En Ecuador las
cosas fluyen bastante en fase con los postulados lulistas, así como en
Bolivia, siempre claro está, con sus particularidades. Lula ha explicado
lo anterior a todos los gobiernos, socialistas y no socialistas del
continente, incluyendo a los Estados Unidos, por eso la afluencia masiva
a la Habana durante la celebración de la CELAC.
Como puede deducirse, todo será hecho (si se hace) a espaldas del
sufrido pueblo cubano.
Source: Latinoamérica y el problema cubano - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5321b2a43a682e0cd0645ad1#.UyHri_ldUx4
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