Wednesday, June 29, 2011

Caricaturitis?

¿Caricaturitis?
Wednesday, June 29, 2011 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – Para no ser cínico, pero
tampoco hipócrita, bastará con afirmar que el delicado estado de salud
que, según voceros oficiales, sufre hoy Hugo Chávez, y del cual intenta
reponerse en La Habana, no ha ocasionado frío ni calor entre los habaneros.

Ya se conoce que él no es santo de la devoción de nuestra gente de a
pie. De manera que su enfermedad –más o menos grave, más o menos
presunta, sólo el diablo lo sabe- no está provocando aquí tristezas ni
alegrías. Sencillamente es asumida como un asunto ajeno o, lo que es
igual, que únicamente importa al régimen.

De hecho, es muy escasa nuestra información al respecto. Lo que más ha
trascendido son unas imágenes de la televisión nacional donde se ven a
grupos de venezolanos patentizando su adoración por Chávez, de una forma
que podría ser muy franca y espontánea, pero que desde aquí nos ha
parecido poco seria, quizá por sus semejanzas con lo que ahora vemos en
los cultos de las iglesias pentecostales, o en ciertos toques de santos
donde sobra histeria y faltan ánimas.

Sin intención de chanza (ya que no es decente, ni siquiera humano
burlarse del mal ajeno), pero sí con la preocupación por ser fiel a los
hechos, refrendamos la trascendencia de otra imagen, pero en el mismo
sentido, pues dio pie para más de chiste negro entre nosotros. Fue la
foto de Chávez convaleciente, vestido con mono, junto a Fidel y Raúl,
que reprodujeron los medios de información.

Y otra más, la de una internacionalista cubana que cumple misión en
Venezuela. Ella exhortaba a Chávez a través del Noticiero Nacional de
TV, diciéndole (más o menos) que le hiciera caso a Fidel, pues él sí
sabe mucho sobre el tema de la recuperación física. Resultó entonces
imposible que la picardía popular de los habaneros dejara de asociar (en
joda) el estado actual del máximo líder con lo que aquella mujer deseaba
para el presidente de Venezuela.

Desde luego que no todos aquí nos tomamos esta novedad tan a la ligera.
No sólo entre los adeptos al régimen, capaces de prever el piano de cola
con pianista y todo que les caería encima si Hugo Chávez tuviera que
abandonar la presidencia. También entre la oposición abundan quienes la
miran muy ceñudos.

Si es triste el padecimiento -para no mencionar la muerte- de cualquier
persona, por antipática que fuere, más triste es que alguien sienta la
necesidad interior de festejarlos. Y peor puede ser que ese mal
represente un bien para alguien.

Pero hablando en plata, aún peor que peor sería que no fuese un mal
auténtico, sino inventado o exagerado por su víctima, con el interés de
sacarle beneficios prácticos.

Y esto último es lo que piensan algunos que por acá no se han tomado a
la ligera la enfermedad de Hugo Chávez, el cual, dicen, está aplicando
otra vez al pie de la letra las lecciones de su tutor, artífice del
suspenso como rejuego político.

De tener razón tales suspicaces paisanos, el nombre real de la
enfermedad que hoy padece Chávez podría ser caricaturitis. Pero para
adivino Dios. Ya veremos.

Lo que sí puede asegurarse desde ya, sin cinismo pero sin hipocresía, es
que en este caso, incluso al margen de su desenlace, otra vez se cumple
aquello de que hay hechos que primero se ven trágicos y luego, al
repetirse, son vistos como comedia.

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfcaricaturitis/

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