AGRICULTURA
El ocaso del mercado campesino en Cuba
Antonio Alonso, ANAIC
El ocaso del mercado campesino en Cuba
Antonio Alonso, ANAIC
SANTIAGO DE CUBA - Noviembre (www.cubanet.org) - A los mercados agropecuarios, sucesores de los famosos mercados campesinos, ya se les vislumbra su ocaso. La resiente ola represiva en La Habana contra varios de estos mercados y el desmantelamiento de sus mecanismos de funcionamiento, como los transportistas privados y los intermediarios, no es más que el final de un proceso de exterminio que se viene fraguando, desde la cúpula del poder, hace mucho tiempo.
Los mercados libres campesinos fueron eliminados después de reiterados ataques de Fidel Castro, quien acusaba a sus participantes de "macetas" (personas con mucho dinero) que se enriquecían a costa de la necedad del pueblo y la corrupción, sustrayendo los productos, muchas veces, de las propias granjas estatales.
Cuando se reinició el debate para reabrir los mercados campesinos, debido a la profundización de la crisis económica de 1993, Fidel Castro mantuvo su oposición, frente a las argumentaciones de Raúl Castro, quien dijo: "Esta guerra hay que ganarla con frijoles, no con cañones".
A pesar de la posición de Fidel Castro, la situación obligó a restablecer los mercados el 1 de octubre de 1994, pero ya no como mercado libre campesino, sino como mercados agropecuarios, con precios varias veces superiores a los que dejaron impuestos sus antecesores cuando fueron cerrados en 1988.
El gobierno constantemente ha tratado de eliminar los mercados agropecuarios privados, pero de forma menos traumática, como el cierre de los mercados campesinos, más teniendo en cuenta que en 1988 Cuba todavía gozaba del subsidio soviético y una mejor situación económica y política, con la que no cuenta hoy. Por ejemplo, los principales mercados agropecuarios de la ciudad de Santiago de Cuba pasaron a ser mercados estatales, so pretexto de ser mercados con precios topados, buscando la aprobación popular, sin tener en cuenta la experiencia acumulada del fracaso de la administración estatal y su incapacidad en la actividad de mercado.
En su estrategia para eliminar los mercados privados, se utilizan las mínimas excusas. El mercado del poblado de Alto Songo lleva más de un mes cerrado, según las autoridades locales por falta de higiene y organización, así como por el mal estado de las instalaciones.
Los camioneros privados son constantemente multados por las mercancías que transportan, ya sea por la característica del producto o su destino. No se puede trasladar viandas, hortalizas o frutas fuera de su localidad y si la carga no va acompañada por el productor, aprobado por la oficialista ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) es confiscada y multado el camionero, que corre el riesgo de que le sea decomisado el vehículo.
Los vendedores ambulantes, que estratégicamente se sitúan en lugares muy discretos para vender algunas viandas que acarrean de los campos, en esta semana han recibido una persecución implacable por parte de la policía. A los que capturan les decomisan los productos, que casi siempre el propio policía se lleva para su consumo, y luego les ponen multas que pueden llegar hasta los 1,500 pesos MN.
Con todas estas restricciones los campesinos no tienen incentivos para producir, y si le sumamos las limitaciones con los insumos y los robos consuetudinarios, estamos en presencia del principio del fin de los mercados agropecuarios, un golpe más para el campesino cubano.
http://cubanet.org/CNews/y05/nov05/17a8.htm
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