Monday, January 07, 2008

Tiene Cuba un gobierno militar?

¿Tiene Cuba un gobierno militar? (Primera parte)
categorias: Columna - Política - Internacional

Cuba ha vivido, casi permanentemente, en armas y analizar su historia
sobre la base del gobierno "castrista" resulta algo simplista si,
previamente, no conocemos su historia contemporánea más a fondo.

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Escrito por Corresponsales El Rancahuaso

Escrito por Alejandro Pino Uribe

Hace algún tiempo publiqué, en este mismo medio, un artículo que ha
causado mucha polémica que se tituló "La Cuba de Fidel", en realidad se
trataba de la primera parte de un trabajo de investigación más profundo
destinado a conocer la vocación "militar" de los gobiernos en Cuba.

La isla caribeña ha tenido la mala suerte de estar cerca de Estados
Unidos y su órbita de influencia. Siempre los gobiernos norteamericanos
pretendieron manejar la política y la economía a su propio amaño, a su
imagen y semejanza.

Por ello desde el periodista, poeta y abogado, que fue José Martí, Cuba
ha vivido, casi permanentemente, en armas.

Analizar su historia sobre la base del gobierno "castrista" resulta algo
simplista si, previamente, no conocemos su historia contemporánea más a
fondo.

La mejor forma de llegar a la verdad es a través de las preguntas,
ejercicio que los periodistas profesionales hacemos todos los días. Lo
importante es hacerlas sin prejuicios o descalificaciones, solo con el
sano propósito de analizar los acontecimientos en su justa dimensión y
contexto.

A la pregunta que nos sirve de titular, la respuesta es claramente sí,
Cuba tiene un gobierno militar desde el momento que, desde hace 48 años,
su más destacada figura es el comandante en Jefe de las FAR (Fuerzas
Armadas Revolucionarias) y que en su historia es un constante, los
cuartelazos y golpes armados contra la autoridad de turno.

Con Castro, su dictadura, ha permitido un cierto grado de estabilidad
con la secuela natural de sacrificio de las libertades que toda
dictadura conlleva, violaciones a los derechos humanos, presos políticos
y sin prensa libre y menos pensamientos diferentes. ¿Ha sido esto bueno
para Cuba? No soy yo quien debe responder esta pregunta, ya lo dirán los
comentarios que este artículo levante.

Por lo extenso de la materia, está dividido en dos partes. La segunda la
podrán leer en algunos días más.

La verdad Cuba ha tenido muchos gobiernos militares antes que Fulgencio
Batista Zaldívar, sargento del Ejército, gobernara como Presidente
constitucional entre 1940 y 1944.

Posteriormente, Batista, el 10 de marzo de 1952, encabezó un golpe de
Estado para instalar un dictadura militar de, aproximadamente, siete
años. No era primera vez que emprendía este tipo de aventura. En su
juventud formó parte de un grupo de militares "revolucionarios",
suboficiales, que combatieron en armas al General Gerardo Machado en
1933. Machado, militar y político, había luchado por la independencia
cubana. Ocupó la presidencia de la República en 1925. Al inicio de su
mandato pretendió obtener la derogación de la enmienda Platt, que
autorizaba la intervención de EE UU en Cuba en determinadas circunstancias.

Pretendiendo prolongar su gobierno introdujo una reforma constitucional
(1928) para permanecer en el poder, parecido a lo que está haciendo
Chávez en Venezuela.

Una huelga general revolucionaria, con una fuerte participación del
partido comunista de Cuba, de la cual formó parte Batista, obligaron a
Machado a entregar el poder al general Herrera (1933) de manera
provisional, asumiendo en cortos días, también como presidente
provisional, definitivamente don Carlos Manuel de Céspedes y Quesada.

Las penurias de la Cuba, gobernada por militares, no terminan allí. Con
un Presidente civil, las reclamaciones revolucionarias, desordenes y
huelgas prosiguieron. También existía fuerte oposición a que el
Congreso, que de hecho había quedado disuelto, continuase legalmente
vigente, permaneciendo en sus puestos funcionarios electivos -
gobernadores, consejeros, alcaldes, concejales y miembros de Juntas de
educación -, así como los altos funcionarios de la administración y
ciertos jefes y oficiales del ejército, todo lo cual sembró el
descontento en la oficialidad joven de las Fuerzas Armadas de Cuba que
amenazaba con rebelarse.

"El movimiento de la oficialidad joven no llegó a producirse, pero el de
las clases y los alistados tomó gran fuerza y entró en acción en la
noche del 4 de septiembre. Representantes del Directorio Estudiantil, la
Unión Revolucionaria, el ABC Radical, Pro Ley y justicia y algunas otras
agrupaciones, se reunieron apresuradamente en el "Campamento de
Columbia" con el grupo de sargentos que habían asumido la representación
de las clases y los alistados del Ejército.

Entre dichos sargentos se destacó como la personalidad más vigorosa y
jefe reconocido de los mismos, el sargento Fulgencio Batista, llegándose
al acuerdo, en la citada noche, de constituir la Agrupación
Revolucionaria de Cuba, exigirle la renuncia al Presidente Céspedes y
confiar el Poder Ejecutivo a un grupo de cinco personas (la Pentarquía),
con un programa de renovación revolucionaria muy amplio. Los acuerdos y
las resoluciones tomados en el Campamento de Columbia, apoyados por la
mayor parte de las Fuerzas Armadas, constituyeron el paso inicial de la
llamada "Revolución de Septiembre", en el orden militar. En el orden
civil, representaron el comienzo de la "Revolución Auténtica". (Historia
General de Cuba Dr. Ramiro Guerra y Sánchez, 1940)

Cuba, que luchó denodadamente contra la dominación de España, comenzaba
a vivir la historia de someterse al gobierno de las Fuerzas Armadas, con
breves períodos de auténtica democracia y la siempre amenazante sombra
de su poderoso vecino del Norte.

¿Cómo llega el sargento Batista a convertirse en Presidente en 1940 y
luego en dictador en 1952, para ser desplazado por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias?

Recurramos a la "Historia Elemental de Cuba".

"El movimiento iniciado por las clases y los alistados, que culminó en
la revolución del 4 de Septiembre, alcanzó inmediatamente en lo militar
resultados que fueron más allá de lo intentado y lo previsto por sus
iniciadores.

Fue el primero, que las Fuerzas Armadas quedasen, de hecho, bajo la
jefatura provisional de las clases de las mismas, con el sargento
Fulgencio Batista reconocido como jefe superior.

El segundo, que los oficiales y jefes de las Fuerzas Armadas se negasen
a cooperar en el movimiento y quedasen, también de hecho, sin el mando
de las mismas.

El tercero, que la anómala situación que hubo de crearse, se resolviese
en firme con un cambio completo en la organización y en el mando de las
Fuerzas Armadas. La jefatura superior de las mismas se confirió por la
Pentarquía al sargento Fulgencio Batista, elevado al grado de Coronel,
único en la nueva organización. Todos los demás mandos y la oficialidad,
de teniente coronel abajo, se confiaron a clases y alistados ascendidos
a sus nuevos cargos.

Esta reorganización y transformación de las Fuerzas Armadas, se llevó a
efecto con gran rapidez y un mínimo de dificultades porque los nuevos
oficiales y los nuevos jefes contaban con la confianza de la tropa.
Gracias a esto, la unidad y la disciplina del Ejército quedaron
prontamente restablecidas".

El gobierno colegiado de cinco miembros (Pentarquía) duró muy poco.
Estados Unidos, una vez más, intervenía. Sus buques de guerra asomaban
en la Habana y marcaban presencia en las Islas Cubanas.

Apoyado por los directorios estudiantiles y las Fuerzas Armadas, con
Batista al frente, asumía el Gobierno Revolucionario del Dr. Ramón Grau
San Martín.

Sin embargo el descontento prosiguió, agregándose a ello el no
reconocimiento del gobierno por parte de Estados Unidos y otras
naciones, con la sola excepción de México.

Atentados terroristas, el fuerte enfrentamiento a mano armada entre los
antiguos jefes y oficiales del ejército con las tropas bajo el mando de
Batista, huelgas generalizadas etc. determinaron que falto de medios
para mantenerse en el poder, el Dr. Grau San Martín se vio forzado a
abandonar la presidencia de la República. Su gobierno logró permanecer
en el poder cuatro meses y cinco días únicamente.

Para entender la Cuba de hoy hay que bucear profundamente en su historia.

Probablemente nunca pudieron encontrar el camino de una auténtica
libertad. Rebeldes por naturaleza no encontraban manera de gobernarse
adecuadamente. La injerencia norteamericana ha sido permanente hasta el
día de hoy.

Nuevamente, la necesidad de un brazo fuerte, llevó a otro gobierno militar.

Caído Grau San Martín, sectores revolucionarios trataron de sustituirlo
como Presidente por el ingeniero Carlos Hevia, cargo que llegó a ocupar
durante algunas horas. Al no encontrar apoyo fue reemplazado por un
nuevo gobierno militar, constituido bajo la dirección del Coronel Carlos
Mendieta y Montefur, el 16 de enero de 1934.

"El Coronel Mendieta unía, a su condición de jefe distinguido del
Ejército Libertador, su larga experiencia en la vida pública como
congresista y figura prominente del partido Liberal. Se había opuesto a
la reforma Constitucional del 1928 y a la prórroga de poderes, había
organizado el partido Nacionalista, y había tomado una activa y
destacada participación en la oposición revolucionaria contra el
Gobierno de Machado. Gozaba, además, de una reputación bien establecida
de hombre de carácter firme y enérgico, y de ciudadano honesto y de
rectos principios.

En las caóticas circunstancias que prevalecían al producirse la caída de
Grau, el Coronel Mendieta parecía ser la personalidad política capaz de
inspirar mayor confianza y de agrupar en torno suyo la gran mayoría de
los elementos de orden de la nación.

Antes de decidirse a aceptar la Presidencia de la República, que le fue
ofrecida en circunstancias que eran grandemente difíciles, el Coronel
Mendieta tuvo la seguridad de que su Gobierno sería reconocido por los
Estados Unidos, de que recibiría ayuda económica del Gobierno del
Presidente Roosevelt y de que el Ejército Constitucional, bajo el mando
del Coronel Batista, le prestaría el apoyo de las Fuerzas Armadas. En
estas condiciones, y respaldado por un fuerte movimiento de la opinión
pública, el Coronel Mendieta asumió la Presidencia en un ambiente de
esperanza y optimismo". (Historia elemental de Cuba)

Durante su gobierno se eliminó la enmienda Platt. Se firmó un tratado
azucarero con Estados Unidos, muy conveniente para Cuba, con una
importante rebaja de aranceles.

El Coronel Mendieta debió renunciar a la Presidencia de la República, el
11 de diciembre de 1935, debido a graves desordenes y falta evidente de
apoyo militar y político, asumiendo el Secretario de Estado, Dr. José A.
Barnet, funcionario que había sido durante varios años miembros del
cuerpo consular y diplomático.

El Gobierno de Barnet comprendió el período del 11 de diciembre de 1935
al 20 de mayo de 1936. Se trató de un gobierno provisional que tuvo como
principal misión la de preparar las elecciones presidenciales que se
habían acordado efectuar durante el período del Gobierno de Mendieta. En
las citadas elecciones fue electo Presidente de la República el Dr.
Miguel Mariano Gómez y vicepresidente el Coronel Dr. Federico Laredo Brú.

Los militares seguían rondando y siendo parte de los sucesivos gobiernos
de la Isla, pero por tratarse de un presidente de transición los ánimos
se apaciguaron bastante entregando el mando, sin mayores apuros, al
Presidente electo, Dr. Miguel Mariano Gómez, en la citada fecha de 20 de
mayo de 1936.

El gobierno del Dr. Gómez duro poco más de tres años formada en ambas
ramas del Congreso una fuerte mayoría contra el Presidente Gómez, se le
acusó constitucionalmente de interferir con las facultades del Poder
Legislativo, en virtud de lo cual el Congreso acordó la destitución del
Presidente el 24 de diciembre de 1936.

El Coronel Dr. Federico Laredo Brú, con una larga lista de servicios a
Cuba en las filas del Ejército Libertador, en diversos cargos
importantes del Gobierno, en las actividades políticas durante largos
años, ocupó la Presidencia en su carácter de Vicepresidente en
funciones, al ser destituido el Dr. Gómez. Su período de Gobierno fue el
más extenso de todos los posteriores al Gobierno de Machado, pues se
extendió desde el 24 de diciembre de 1936 hasta el 10 de octubre de 1940.

Comenzaba el primer período de Fulgencio Batista, durante el cual le
sorprende la II Guerra Mundial. De acuerdo con la política de la
República de Cuba, de amistad y solidaridad con los Estados Unidos, el
presidente Batista envió un mensaje al Congreso en solicitud de que
declarase la guerra al Japón. Así fue acordado el 9 de diciembre, a las
48 horas del ataque japonés a los Estados Unidos. Dos días más tarde, el
Congreso, también a solicitud del presidente Batista, declaró la guerra
a Italia y a Alemania.

Unida a los Estados Unidos y a las demás Naciones en lucha contra las
potencias agresoras, Cuba concertó y firmó en la Habana, el 7 de
septiembre de 1942, un Convenio Secreto de Cooperación Militar y Naval
con los Estados Unidos. De acuerdo con lo convenido, las fuerzas aéreas,
navales y terrestres cubanas cooperaron con las americanas durante toda
la guerra. Además, Cuba dio toda clase de facilidades a los Estados
Unidos para establecer bases aéreas en San Antonio de los Baños, San
Julián (provincia de Pinar del Río y el aeródromo de Camagüey.

Como dato anecdótico de esta participación cubana en la II guerra
mundial podemos mencionar que en operaciones armadas fueron hundidos por
los submarinos enemigos los buques cubanos Manzanillo y Santiago de
Cuba, 12 agosto, 1942 y con pérdida de 31 vidas; Mambí, 13 de mayo,
1943, con 23 víctimas, y Libertad, 4 de diciembre de 1943, con 25
muertos y desaparecidos., entre las pérdidas mas significativas.

http://www.elrancahuaso.cl/admin/render/noticia/12560

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