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JOVEN COMPATRIOTA DEBE VIAJAR DE URGENCIA Y PIDE AYUDA
Sacrificada vida de estudiante en Cuba
La tenacidad y el sacrificio marcan la estadía de muchos estudiantes que
están siguiendo la universidad en Cuba. Rita Paola Gómez Ortiz es una de
ellas y debe presentarse con urgencia el lunes en el país caribeño para
no perder su carrera de Licenciatura en Ortopedia y Traumatología,
iniciada en el 2004. En conversación con ABC relata pasajes de la vida
de los becarios en la isla caribeña.
–¿Qué te cubre la beca en Cuba?
Rita Paola Gómez Ortiz
–La alimentación, desayuno, almuerzo y cena. La enseñanza y los libros.
Ellos nos prestan los libros cada año y al finalizar hay que devolverlos
para otros estudiantes. Te dan el uniforme, que es la bata (pollera a
chicas y pantalón a varones), calzados de estilo militar o botas. Si
tenés dinero, los libros son más baratos que aquí.
–¿Tienen una pensión?
–Sí, todos los estudiantes extranjeros tienen un estipendio de 4 dólares
mensuales, que equivalen a 100 pesos cubanos.
–¿Y qué cosas podés comprar con eso?
–Artículos de aseo y limpieza. Por ejemplo un jabón en polvo de un kilo
sale un dólar, que –si sabes usar– te dura un mes. También hay que pagar
con eso el pasaje de la facultad al hospital para las clases prácticas.
El transporte es malísimo y muchas veces hay que acudir a mototaxis, un
dólar por viaje.
–¿Cuál es el gasto mensual promedio de cada estudiante?
–Unos 30 dólares. A veces la comida es incomible y como estudiantes
tenemos que alimentarnos bien. Hay veces que no te llenás y como estás
quemando calorías y energías tenés que comer un poco más. Por ejemplo,
en el caso del pan, a todos les dan uno para el desayuno. No hay pan en
el almuerzo ni la cena. Si se te cierra el comedor para la cena ya se
terminó todo y no te dan nada. Te quedás sin comer. En estos casos
comprás algunas verduritas que, a veces aunque tengas dinero, no hay en
la calle porque no es época y el suelo no da para cultivar. Entonces,
hay que comprar en tiendas donde todo es en dólares, desde el papel
higiénico, el jabón, la leche...
–¿Toda la comida es muy racionada?
–Todo por medidas. Tenemos una tarjeta de comedor donde se va marcando
cada día. Hay facultades donde está informatizado.
–¿Y si querés repetir el plato...?
–Habría que esperar que se cierre el comedor para ver si sobró. Eso se
podría hacer.
–¿Qué tienen de desayuno?
–Té de naranja o chocolate solo con un pan. Hace dos años que no tenemos
leche en el desayuno. No llega a mi provincia, que es Santiago de Cuba,
la capital del Caribe, y la alimentación es pésima en esa zona. Queda a
14 horas en auto desde La Habana.
–¿Aunque tengas dinero no podés comprar la leche?
–Tendría que ser en forma clandestina porque en las tiendas cuestan 5
dólares la leche en polvo de medio kilo para 15 días y allí se te va
todo tu presupuesto.
–¿Se les puede enviar de Paraguay?
–Se puede llevar todo. Lo único que no permiten ingresar es la cecina,
porque dicen que no saben la procedencia.
–¿Y el almuerzo qué es?
–Poroto y arroz son la base. Luego, el plato fuerte que puede ser pollo,
proteínas vegetales (carne de soja), pescado frito, mariscos. También
nos dan por ahora vaca'i del Brasil. A veces no hay plato fuerte.
–¿Hay cantina o bar en la Facultad?
–No hay, porque sería consumismo y marketing. Ni siquiera, siendo cubano
podés tener un puestito particular para vender sándwiches. El Estado no
te permite. Tenés que pagar un impuesto que es la mitad y para mantener
eso... Por eso, hay clandestinos.
–¿De cenar qué les dan?
–El potaje de arroz y frijol negro o colorado. Después proteínas, que a
veces no nos llegan tampoco.
–¿La limpieza y el aseo personal?
–La beca no cubre pasta dental, papel higiénico, ni toallas higiénicas.
Te dan dos sábanas cada dos años, toallas, y cada tres meses un jabón en
pan para lavar ropa y jaboncitos del Ministerio de Salud Pública para
bañarte. Pero no alcanza.
–Veo que es enorme el sacrificio de estudiar en Cuba para tener el título.
–Hay algunos compañeros que no aguantan y vuelven. Pierden la beca o
renuncian. La gran mayoría fue para cambiarse de carrera porque quería
hacer medicina. Pero justo el año que yo fui salió una ley que no
permite más. Muchos volvieron por eso. Otros dependen de sus padres, que
tienen más medios y hasta vienen dos veces al año de vacaciones. Reciben
mensualmente más de 200 dólares, que es mucha plata. Yo sé muy bien mi
situación económica y me resigné a estar allá hasta terminar.
–¿Qué emergencia te hizo venir?
–Estoy allá desde el 2004 y ahora mi pasaporte venció. Lo debía renovar
en la embajada, pero se equivocaron en la fecha y lo mancharon. La
secretaria de la Embajada del Paraguay, que es cubana, me había dicho
que no tendría problemas. Cuando lo presenté para que el Instituto
Superior de Ciencias Médicas lo enviara al Ministerio del Interior de la
Provincia de Santiago de Cuba me dijeron que iban a procesarme porque
"falsifiqué la fecha de mi pasaporte", ya que estaba borroneada. Me
desesperé y hablé con el cónsul de Paraguay, que es estudiante de
medicina. Así me aceptaron el documento con la condición de que mi
embajada lo renueve. En la embajada hicieron la cancelación y me dan
solo por un año, lo que no me alcanza hasta el 2009. Un compañero me
prestó el dinero y vine.
–Aprovechaste las fiestas...
–En Cuba no festejan la Navidad. El Año Nuevo se celebra sólo porque es
el triunfo de la Revolución. Los estudiantes extranjeros en estas fechas
tienen un pase para prácticas o paseos dentro del país. Yo conseguí un
permiso especial con visa de salida y entrada y mi plazo está venciendo.
El lunes a más tardar debo estar dando clases en Cuba para no perder el
año. Caso contrario, tendría que repetir. Ya adelanté mis exámenes. Pero
la práctica es muy importante en Cuba.
–Más aún para tu especialidad...
–Somos los brazos derechos del traumatólogo para instrumentación en una
operación, diagnóstico de lesión ortopédica, enfermedades degenerativas
o congénitas, curas, suturas, cirugías menores. Todo eso practicamos
desde el primer año y hacemos guardias de emergencias médicas.
–¿Están contentos allá?
–Ya nos acostumbramos. Son cuatro años ya. El primer año fue mortal,
mucha gente no se adapta y se deprime.
–¿Qué es lo más caro que requieren?
–La ropa es muy cara. Un médico especialista gana US$ 30 al mes y un
jeans le cuesta 25 dólares, lo que sería un lujo. Sin embargo, se ven
cubanos muy bien vestidos porque les envían dinero de EE.UU.
–¿Que tal es la enseñanza?
–Como toda universidad nadie va a estar encima tuyo para estudiar. Tenés
que demostrar interés propio. Los profesores son excelentes. No me puedo
quejar del nivel. Son todos cubanos, especialistas de mucha experiencia.
Un médico especialista para enseñarte tiene que tener tres títulos
universitarios: médico, médico general y la especialidad. Además la
práctica y la experiencia son muy buenas.
–¿La vida del estudiante en Cuba significa vivir como ellos?
–Eso sí. Tenes que adaptarte a ellos. Sin embargo, respetan mucho las
creencias y la cultura de los estudiantes.
pgomez@abc.com.py
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