2008-01-13. Página Personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente, Miembro
del Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano
Guerra de Independencia 1895 – 1898
Ciudad de la Eterna Primavera, invierno de 2007. No hay dudas de que la
Guerra de los Diez Años, conocida como Guerra Grande, fortaleció la
identidad y talante de la nación cubana. La Protesta de Baraguá fue un
reflejo de la honestidad y el espíritu independentista de la generalidad
de cubanos, un sentimiento que perdura hasta el día de hoy.
Si bien las victoriosas insurrecciones no fueron suficientes para
alcanzar el triunfo, se logra el establecimiento de algunas reformas
políticas, las que no apagan el descontento con el gobierno peninsular.
Esta insatisfacción aumenta y el 24 de febrero de 1895, con el Grito de
Baire, se revive el movimiento independentista y el inicio de la Guerra
del 95, bajo la dirección del patriota José Martí y del general Máximo
Gómez.
Considerado como el apóstol de la independencia de Cuba, Martí (filósofo
político, periodista, poeta y activista militar) en 1892 fundó el
Partido Revolucionario Cubano y organiza esta guerra, que tendrá mayor
coherencia, un partido político revolucionario y el pensamiento
martiano. Se dice que son precursores de este pensamiento y proyecto
visionario de José Martí: José Agustín Caballero, Félix Varela, José
Francisco Lemus.
Aunque fracasa el plan de La Fernandina, que Martí prepara celosamente,
lejos de desalentar a los patriotas los convence de que había llegado el
momento y el 29 de enero de 1895 se firma la orden de alzamiento para el
24 de febrero.
A finales del mes, unos dos mil 500 mambises combatían en la provincia
de Oriente, mientras esperan a los grandes jefes militares como Antonio
Maceo y Máximo Gómez, que en abril arribaron por diferentes puntos de
Baracoa. Por la costa de Duaba, llegó Antonio Maceo con 22 hombres y
algunos veteranos como José Maceo. Gómez y Martí, lo hacen por Playitas
de Cajobabo, con dos dominicanos y dos veteranos de la Guerra del 68.
Antonio Maceo se une a las fuerzas insurrectas en Mayarí, y anuncia, el
21 de abril, a todos los jefes del Ejército Libertador, que asume el
mando y da la orden de "fuese ahorcado cualquier emisario de paz sin
independencia".
En el ingenio La Mejorana, el 5 de mayo, se produce la reunión de Maceo,
Gómez y Martí. En el combate de Dos Ríos, 14 días después del encuentro,
se produce la muerte de José Martí, alma de la revolución y el más
iluminado de todos los cubanos. No obstante la muerte de Martí, la
guerra se extenderá por todo el país, bajo la dirección del general
Máximo Gómez, Calixto García y Antonio Maceo.
Arsenio Martínez Campos desembarca en Guantánamo con 50 mil hombres y
armamento moderno y con ayuda naval refuerza las guarniciones de esa
ciudad, Manzanillo, Bayamo, Holguín y Santiago de Cuba. Maceo, que se
había quedado en la región oriental, logra sobresalientes victorias en
esta contienda "combinando todo tipo de lucha" en Guantánamo, Las Tunas,
Nipe y Manzanillo, y obliga a los españoles replegarse. Gómez retoma el
camino hacia el Camagüey para exacerbar el espíritu patrio de la región
y desarrolla la llamada "campaña circular", que se fundamenta en una
estrategia para multiplicar el desgaste del enemigo.
En la contienda oriental son trascendentales las victorias de Jobito (13
de mayo), Peralejo (13 de julio) y Sao del Indio (finales de agosto).
Estas derrotas peninsulares dejaron como balance la muerte del brigadier
Santocildes y el teniente coronel Joaquín Bosch. Las perdidas en hombres
y materiales son grandes en cantidad y número. Se puede asegurar que es
aquí donde comienza el punto de quiebre de la guerra a favor de los
cubanos por los sistemáticos fracasos de los peninsulares y la ausencia
de recuperación moral y material ante las arremetidas de los mambises.
Cuando se confirmó la llegada a la isla de Gómez y Maceo, los villareños
comienzan las acciones en abril. Otros, cumpliendo órdenes del
Generalísimo, lo hicieron en julio. Desde el 30 de octubre, Gómez
operaría en Las Villas, tras cruzar la Trocha de Júcaro a Morón,
burlando la vigilancia de los españoles.
El 25 de julio, en Punta Caney, en el Sur de Santi Spíritus, desembarcan
―con los pertrechos que Martí pudo recuperar de La Fernandina― los
generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez, y se incorporan a las filas
independentistas en suelo villareño. También, está en las filas mambises
el general oriental José María Rodríguez, que Gómez designa para que
esté al frente del Camagüey. Por estas fechas, Las Villas y Camagüey
habían organizado las condiciones para que en esos territorios tuviera
éxito la invasión. En septiembre, la Asamblea y Constitución de
Jimaguayú sientan las bases imprescindibles para impedir una clonación
de lo acontecido en Guáimaro durante la "Guerra Grande".
Los dos principales objetivos estratégicos de esta guerra serán: que la
guerra se extienda por todo el país y destruir las principales fuentes
de riqueza para el sostenimiento del colonialismo peninsular. Esto se
hace realidad en pocas semanas, porque "la tea mambís recorrió toda la
isla".
Las fuerzas peninsulares permanecían a la defensiva después de las
derrotas en la provincia de Oriente. La campaña de Gómez "había
resucitado la lucha en la región central y dado organización, disciplina
y belicosidad a los camagüeyanos", y había generalizado los alzamientos
de Las Villas. Para los españoles, práctica y psicológicamente, era
imposible contener la "caballería invasora" que evitaba los combates
directos. Ejemplos de esta realidad son dos combates de irrisoria
importancia en Lavado y Guaramanao, en la región oriental.
Durante toda la guerra, el ejército español será un buen proveedor de
armamentos, medicinas, y alimentos. Así ocurrirá en los primeros meses
con la derrota del jefe peninsular Santocildes en Jucaibana, los
enfrentamientos en El Guanábano, El Caney y Ramón de las Yaguas. Los
pertrechos prácticamente arrebatados a los peninsulares sirvieron para
dotar a las tropas insurrectas.
El Capitán General de Cuba, Martínez Campos, trató infructuosamente de
limitar la insurrección en el Oriente, pero la prontitud del plan mambis
hace risible las intenciones de este jefe español, experimentado militar
de la anterior contienda y cuya fama viene de haber derrotado al último
ejército carlista en la península ibérica.
Maceo partió el 22 de octubre de 1895 con una columna de 3 mil hombres,
para encontrarse con Gómez. Esto acontece el 24 de noviembre, a las 4 de
la tarde, en El Laurel, en territorio de Las Villas. Horas antes los
invasores cruzaron sin novedad la célebre "Trocha de Júcaro a Morón",
mientras hacían como que lo llevarían a cabo por un punto, cruzaron por
otro cerca de Ciego de Ávila.
El Generalísimo había anticipado la llegada de Maceo y la columna
invasora, aumentando su tropa con algunos insurrectos y crea nuevas
partidas en la región. Empero, lo más significativo de la labor de Gómez
es que en su avance deja avivado el volcán de la revolución designando
jefes a los que delega territorio en los que se comprometían golpear y
distraer a los peninsulares. Martínez Campos, en Las Villas, decide
interceptar el avance, pero no logra su propósito. Desde Iguará, sobre
el río Jatibonico, hasta la sangrienta batalla de "Mal Tiempo", los
cubanos guerrearon día y noche contra nueve mil enemigos.
Más de 4 mil peninsulares ataca la columna el 11 de diciembre y "según
Gómez anota en su diario, convence a Maceo que no conviene resistir sino
hostigar a los peninsulares de noche y emboscarlos de día". Con esta
estrategia se logra neutralizar la ofensiva de los españoles y
ocasionarles muchas bajas.
El día 15, Gómez con 400 de sus mejores hombres "cargaron al machete
durante apenas 15 minutos contra 600 españoles, 200 de los cuales
resultaron muertos y el resto heridos. Además, allí ocuparon 150 fusiles
Máuser, 60 Remintong, seis cajas de municiones, caballos y mulos,
equipos y hasta el botiquín y la bandera. Los cubanos, tuvieron cuatro
muertos y 40 heridos".
Más tarde, después de la victoria del Ejército Libertador en "Mal
Tiempo", en la región de Cienfuegos, las columnas invasoras irrumpen a
todo galope en la región de Matanzas, y donde se libran "los
estratégicos combates de Coliseo y Calimete, los días 23 y 29 de
diciembre", contra tropas dirigidas por Martínez Campos. Estos combates
pasan a la historia militar como de excelente creatividad; en el
primero, los insurrectos simularon que se replegaban hacia el este y el
jefe español lo presumió embarcando sus tropas para atajar supuesta
retirada y es aquí donde ocurre el "lazo de la invasión".
Este descalabro de las fuerzas peninsulares hace que sea imposible
detener la invasión y abre las puertas para miles de insurrectos puedan
"cabalgar más de 16 horas diarias a través de las fértiles llanuras
sureñas de la región Habana-Matanzas donde las bestias eran fáciles de
reponer".
Los destacamentos invasores "tea en mano persuadieron a los hacendados"
a pagar impuestos a la "República en Armas". La producción azucarera
descendió un 80 por ciento, por la destrucción de ingenios y
plantaciones cañeras, privando a España de su más importante fuente de
ingresos.
El 1 de enero de 1896, los invasores acampan cerca de la población de
Nueva Paz, en la provincia de La Habana. Posteriormente, en días
sucesivos, ocupan Güira, Melena del Sur, Güira de Melena, Alquizar,
Ceiba del Agua y Vereda Nueva. Una nueva manipulación de sus verdaderas
intenciones ocurre cerca de la costa norte cuando insinúan que van a
atacar a la capital y cerca de Hoyo Colorado el Ejército Libertador "se
divide en dos fuertes columnas, cada una de 2 mil hombres".
La maniobra estratégica consistió en que Máximo Gómez hace una
contramarcha en La Habana para interceptar y distraer a los
peninsulares, en tanto que el lugarteniente general Antonio Maceo
encaminaba la invasión a Pinar del Río, donde sobre la marcha toma el
poblado de Cabaña, San Diego de Núñez, Bahía Honda y las Pozas. Maceo,
desde la cordillera pinareña dirige la tropa hacia el centro de la
provincia y cruza cerca de la ciudad de Pinar del Río, tiene un combate
en Las Taironas, para luego tomar Guane. El 22 de enero de 1896 la
columna gira al norte para tomar sin dificultad Mantua, el pueblo más
occidental de Cuba.
Por estas fechas, todo el país estaba en guerra y los mambises habían
alcanzado un indiscutible triunfo militar y político.
¡NAMASTE!
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13492
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