Emigrar Es un Derecho Que Debe Ser Respetado
2006-11-09
Miriam Leiva, Periodista Independiente
La Habana, 8 de Noviembre de 2006. Migraciones y Desarrollo fue el tema
central de la XVI Cumbre Iberoamericana efectuada en Montevideo,
Uruguay, del 3 al 5 de Noviembre. Por el Gobierno de Cuba asistió
Carlos Lage Dávila, vicepresidente del Consejo de Estado.
El Dr. Lage comenzó su discurso con la aseveración de que emigrar es un
derecho que debe ser respetado. En Cuba, se requiere un permiso de las
autoridades para salir y regresar. Miles de personas esperan el
beneplácito del totalitarismo, desde profesionales de la salud y la
educación hasta opositores políticos, como la Dra. Hilda Molina y su
enferma anciana madre.
El vicepresidente continuó: "Tener que emigrar, que abandonar la Patria
y la familia para garantizar la alimentación, la salud y la educación de
los hijos, es injusto y cruel." De ello se desprende que ningún cubano
se encuentra en esas situaciones. Nada más ajeno a la realidad. La
mayor parte de la población cubana se crió escuchando que si no le
gustaba el sistema, se tenía que marchar; una forma práctica de
garantizar obediencia y doble moral hasta que se logren modos de
evadirse, así como deshacerse de la oposición política.
En Cuba, se ha profundizado la crisis económica, política y social en el
curso de la última década, debido al voluntarismo de las autoridades.
La población no puede alimentarse adecuadamente porque los salarios y
pensiones son muy bajos, y los productos muy caros. Los sistemas de
salud y educación acusan un deterioro progresivo, tanto por el
movimiento del personal calificado hacia el turismo y otras labores en
búsqueda de mejores salarios, el envío por el gobierno al extranjero y
la emigración voluntaria, como por el ruinoso estado de los hospitales,
y la inexistencia de medicamentos y materiales escolares.
Es realmente penoso que los cubanos participantes en esas ¨misiones en
el extranjero¨, con su altruismo hacia los necesitados, sacrifiquen la
compañía de sus familias y reciban míseros emolumentos, cuando
usualmente el gobierno cobra elevadas sumas por su labor.
El Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo, suscrito por
los dignatarios en la Cumbre, en su Punto 5 señala que "la migración
guarda estrecha relación con la falta de desarrollo, la afectación de
los derechos humanos, la pobreza, los desastres naturales, la
inestabilidad política, la búsqueda de mejores condiciones de vida, la
inequidad en la distribución de la riqueza y la falta de oportunidades
para el desarrollo humano, que son las causas que la provocan." Esos
problemas se dan en Cuba con gran crudeza, solapada por la represión y
el totalitarismo político.
En el Punto 8 se reconoce la importancia de la contribución del trabajo
de los migrantes al crecimiento de las economías de los países de
acogida y de origen. En Cuba, se difunde y critica la incentivación de
los países desarrollados a las personas calificadas para que emigren,
pero se esconde que los cubanos de adentro no tienen estímulo para
crear y desarrollar sus potencialidades humanas e intelectuales. Eso
explica porque la misma persona languidece frustrada en este país y de
pronto florece en cualquier otra sociedad, a pesar de lo competitiva que
pueda ser.
"Remesar dinero a las familias es un noble empeño que debe ser
facilitado. Que una nación tenga que vivir de las remesas es una
humillación", expresó el Dr. Lage. En Cuba, las remesas constituyen la
fundamental entrada neta de divisas; un salvavidas imprescindible de la
economía hasta que llegara Venezuela, permanente humillación. Pero, más
aún, la diáspora cubana que se sacrifica por sus familias ve cercenados
sus esfuerzos arbitrariamente gracias al elevado gravamen que el
gobierno isleño impone al canje por moneda libremente convertible (CUC),
fundamentalmente al dólar, mientras los receptores deben pagar precios
exorbitantes en las tiendas estatales de venta en divisas.
"Procuraremos incentivar oportunidades que motiven el mejor
aprovechamiento de esos flujos en actividades productivas y de inversión
que favorezcan a las familias y comunidades de origen de los
emigrantes", se señala el Punto 12 del Compromiso. Evidentemente los
cubanos no conocerán los compromisos contraídos por sus gobernantes. En
el archipiélago, ningún nacional puede tener negocios. Además, quien
emigra pierde sus pertenencias; si no entrega todo al Estado, no recibe
la tarjeta blanca
En el Compromiso se hacen muchas referencias al respeto y promoción de
los derechos humanos, y se cita el contenido de la Declaración de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los Principios y
Derechos Fundamentales en el Trabajo. Previsiblemente, los
representantes cubanos pensaban sólo en las obligaciones de los países
receptores. Los trabajadores en el archipiélago no tienen esos
derechos, y cuando procuran promoverlos, pueden ser enviados a la
cárcel, como son los casos de Pedro Pablo Álvarez, condenado a 25 años
durante la Primavera Negra del 2003, y otros sindicalistas independientes.
La reunificación familiar de los migrantes, contemplada en el Punto 25,
inciso e) del Compromiso, es muy difícil. El gobierno de La Habana no
permite el retorno del emigrante permanente, y no le otorga
autorización de visita si considera que incumple los requisitos
políticos elementales, como criticar al gobierno, o vincularse a
organizaciones y familiares opositores
"Adoptar las medidas necesarias para la pronta y adecuada puesta en
vigor del Convenio Interamericano de Seguridad Social y fomentar
acuerdos en esta materia, con el objetivo de que los migrantes puedan
gozar, en sus países de origen, de los beneficios generados con su
trabajo en los países receptores", está contenido en el acápite k) del
Punto 25. Las decenas de miles de cubanos dispersos por Venezuela,
Bolivia y otros países seguramente no sabrán que el gobierno que los
envía ha suscrito este compromiso, mucho menos podrán beneficiarse
quienes "se marcharon".
Defrauda que los mandatarios de Iberoamérica no hayan plasmado ninguno
de los graves problemas que afronta el pueblo cubano hoy. Se limitaron
a aprobar una declaración y muchos párrafos impuestos por los
representantes de Cuba, pero resultaron incapaces de solidarizarse con
el pueblo, cuyos derechos humanos se violan sistemáticamente.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=7668
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