Música
«Llegó la hora de llamar las cosas por su nombre»
Gorki Águila, líder del grupo Porno Para Ricardo, afirma que no necesita
ningún recurso poético para señalar al culpable del 'infierno que vive
Cuba'.
Petr Placák, Ciudad de La Habana
martes 29 de agosto de 2006 6:00:00
Después de pagarle a nuestro taxista, entramos en un rascacielos de
concreto de la era soviética, descascarado y en muy mal estado. Los
rockeros nos esperan dentro. Han estado discutiendo cómo podrán seguir
de ahora en adelante con su música. Ayer recibieron una citación de la
policía que no presagia nada bueno para su objetivo de poder continuar
produciendo un arte libre.
El documento acuñado, que yace visible sobre la mesa, no tiene la menor
traza de ser una invitación amistosa.
¿De qué se trata exactamente?, le preguntamos a Gorki Águila Carrasco,
cantante del grupo Porno Para Ricardo, en entrevista para 'Encuentro en
la Red'.
Se trata de una citación de la policía acuñada con el sello de la
República de Cuba, del Ministerio del Interior, de la Policía Nacional
Revolucionaria. Está firmada por un tal teniente Torres. Me han dado la
orden de presentarme allí mañana a las once.
¿Qué es lo que ellos quieren exactamente de ustedes? ¿Quieren obligarlos
a que no vuelvan a tocar más?
Gorki: Todo esto comenzó cuando fuimos acusados de perturbar la paz y la
tranquilidad —la policía nos dijo que los vecinos estaban protestando
por el ruido que hacíamos de noche. Ahora quieren decirnos algo acerca
de las letras de nuestras canciones que atacan a Fidel Castro. Una vez
un policía muy cínico nos dijo: "Cualquier cosa que sea lo que ustedes
piensen sobre la revolución en Cuba, está prohibido que lo digan en
público".
¿Entonces, las letras que ustedes escriben hablan directamente sobre Castro?
G: Sí. Tenemos una canción dedicada a nuestro comandante en jefe, que
menciona su nombre completo y dice bien claro que es un hijo de puta.
Todo el arte que se produce en este país está, de alguna manera,
enmascarado con un doble sentido, y ya yo me cansé de esas letras
poéticas llenas de insinuaciones indirectas. Ya llegó la hora de llamar
las cosas por su verdadero nombre. Lo que más nos interesa decir en
nuestras letras es que el infierno en que vivimos tiene un nombre y
apellidos: Fidel Castro Ruz. Ya no necesito de ningún recurso poético
para decirlo.
¿Le puedo citar literalmente en el artículo?
G: Claro que sí, por eso es que lo estoy diciendo.
¿Han tocado la canción de Castro en público?
G: No, porque eso sería virtualmente un suicidio. Pero sí la grabamos y
al final acabó en las manos de algún oficial. Por eso es que hemos sido
citados por la policía. La estrategia de ellos es intimidarnos y
obstaculizarnos con la mayor cantidad de medios posibles. Nos han
prohibido ya tocar en conciertos y ahora quieren que ni tan siquiera
ensayemos.
¿Esta es la primera vez que los interrogará la policía?
G: Esta es la primera vez oficialmente con mi grupo actual, Porno Para
Ricardo. Pero sin tener en cuenta que, estando ya con ellos, estuve preso.
¿Por qué fue encarcelado?
G: Usaron el falso pretexto de las drogas. Una chica no me dejaba
tranquilo ni un momento pidiéndome drogas, entonces para quitármela de
arriba, me las arreglé para conseguirle dos pastillas de anfetaminas. Y
resultó que ella era una informante de la policía. A pesar de eso las
anfetaminas son legales aquí: las puedes conseguir con una receta médica
en cualquier farmacia.
Gorki Águila, líder del grupo
Gorki Águila, líder del grupo. (PETR PLACÁK)
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¿Cuánto tiempo le echaron de condena?
G: Me echaron cuatro años, pero sólo cumplí dos —tanta gente escribió
sobre eso fuera de Cuba que al final me dejaron salir antes de cumplir
la condena total.
¿Hacer música punk es algo fuera de lo común en Cuba?
G: Sí, incluso entre los rockeros cubanos no está de moda. Hay cinco o
seis grupos punk en Cuba, pero ninguno de ellos ha llegado tan lejos
como para decir las cosas que nosotros decimos. Muchos de ellos viven
una doble vida, moviéndose entre la escena musical oficial y la
extraoficial, algo que a mí no me interesa hacer para nada. Algunos de
los raperos hablan más abiertamente, como es el caso del grupo que se
llama Aldeanos. Ellos también usan el nombre y los apellidos de Él y no
recurren al uso del doble sentido.
¿Cómo llegó a la música rock en un medio comunista y lleno de hip-hop
afrocubano?
G: Gracias a algunos amigos de la escuela. Al principio me gustaba la
música popular cubana, pero cuando escuché los discos de rock de mis
compañeros de escuela, supe inmediatamente que esos músicos hablaban por
mí. Fue una especie de revelación.
¿Qué edad tenía entonces?
G: Doce años.
¿Qué música le inspiró más?
G: La de Black Sabbath, Led Zeppelin, Sex Pistols, Iggy Pop, Nick Cave,
Velvet Underground, Bauhaus, Joy Division, The Clash, The Ramones… Pero
la primera música que oí fueron canciones populares, incluyendo los
boleros, que mi mamá me cantaba a menudo.
¿Son conocidos entre los jóvenes cubanos esos grupos que mencionó?
G: Los más viejos conocen los grupos de generaciones más viejas, pero
sólo un círculo muy limitado conoce a The Clash o Ramones, por ejemplo.
¿Cómo se las arregla para conseguir esos discos? Porque no puede
comprarlos aquí, ¿no es así?
G: No, no se pueden comprar. Los traen aquellos cubanos a los que les es
permitido viajar, o a veces algunos turistas.
¿Cómo es el público que tienen ustedes?
G: Tenemos el mismo público que otros grupos de rock. En Cuba no existe
un movimiento punk como tal, así que cualquiera que oye y le gusta la
música rock viene a nuestros conciertos. Como no hay un espacio aparte
para el punk aquí, la gente viene a todos los conciertos.
¿Cuándo fue la última actuación del grupo?
G: La última vez que tocamos fue hace un mes [esta entrevista fue
realizada en el mes de mayo]. Pero tocamos anónimamente —otro grupo que
nos invitó a actuar sin decir ni una palabra sobre quiénes éramos o
nuestro nombre. No estamos autorizados a tocar de ningún modo, así que
hemos estado tratando de encontrar alguna alternativa que nos permita
hacerlo fuera de la escena oficial.
¿Es que tampoco pueden tocar en fiestas privadas, bodas, etc.?
G: Tocar en fiestas privadas y demás, como sugieres, es muy difícil y
complicado. Aunque le gustamos a mucha gente, hay una atmósfera de miedo
y a la gente le da pánico invitarnos a tocar o venir aquí y hablar con
nosotros. Si tocáramos en una casa particular, eso pudiera meter en
problemas y destruir a sus dueños. Aquí mucha gente que le gusta nuestra
música y se comportaría de una manera normal si no fuera por todo eso,
se hace la que no lo ve a uno en la calle, como si uno fuera un leproso
o algo peor.
¿Tienen contacto con algunos de los intelectuales extraoficiales o
disidentes? ¿Saben ellos de la existencia del grupo?
G: No tenemos ningún tipo de contacto con ellos, y en realidad nos
gustaría contactar a algunos, porque los sentimientos más constantes que
uno tiene aquí en Cuba son la soledad y el aislamiento. Uno se encuentra
haciendo en solitario lo que hace, incluso estando rodeado de los
amigos, que por otro lado son buenos. Pero también a veces uno se
tropieza con gente que conoce al grupo aunque nunca haya ido a los
conciertos, y que de alguna manera les han llegado nuestros cassetes a
sus manos.
¿Cuál es el background social del que provienen ustedes?
G: Como casi todo el mundo en Cuba, venimos de un ambiente de mucha
pobreza. El sistema comunista le ha donado la pobreza a las masas. Aquí
a cada cual se le reparte lo mismo de una manera muy justa. Todos somos
iguales en nuestra miseria.
¿Tuvieron problemas todos ustedes por causa de la música o el pelo largo
cuando iban a la escuela?
G: Cuando estaba en el preuniversitario me molestaban, sin parar, porque
me vestía como un rockero y algunas veces hasta me botaron literalmente
fuera de la escuela. Me echaron a perder mi vida y el único efecto que
tuvo todo eso fue que dejé la escuela definitivamente.
Guitarrista: Yo estudié matemáticas y luego me quedé enseñando otros dos
años. Al final acordaron en una reunión de los jóvenes comunistas que me
iban a botar por haberme metido en el grupo, a pesar de que tenían muy
buenas referencias en la escuela de mí.
Baterista: Yo me gradué de la universidad, pero tampoco conocía al grupo
en esa época.
G: Él es nuevo en el grupo, porque el baterista anterior se quiso
apartar de este ambiente cuando empezó a recibir llamadas de la policía
amenazándolo, y su familia entonces lo empezó a presionar y hasta la
rubia que era novia de él lo chantajeó para que se fuera del grupo.
¿Cómo se formó el grupo?
G: Yo decidí hacer un grupo en 1998. Como me encantaba el rock'n'roll
pensé que debía hacer algo para poder decirle a mis nietos que no sólo
me dedicaba a escuchar pasivamente esa música. Entonces fue que encontré
al baterista anterior. Este amigo mío que ves aquí tocaba antes el bajo,
él es el mejor músico de entre todos nosotros, pero de pronto nos dijo
no hace mucho que iba a empezar a tocar la guitarra. Así que éramos un
trío: bajo, guitarra y batería, lo que estaba muy bien, porque mientras
menos gente haya en el grupo, mejor se puede trabajar juntos. Ahora sólo
nos hace falta encontrar un bajista.
Guitarrista: Nuestro último bajista dejó el grupo, igual que el
baterista. Este fue el cuarto o quinto miembro del grupo que lo dejó por
el miedo a seguir con nosotros.
G: Hasta hemos escrito una canción dedicada a todos los bajistas que han
traicionado a nuestro grupo.
¿Tuvieron que servir en el ejército?
Baterista y guitarrista: Sí, tuvimos que hacerlo. Un año después de la
escuela.
G: Yo no. Yo me busqué la manera de conseguir un certificado de un
psiquiatra que me daba la baja del ejército. Pero si eso no hubiera
funcionado, mi plan era ir al comité de reclutamiento militar vestido
como una mujer y hacerme pasar por homosexual, para que no me aceptaran.
¿Cuál fue el diagnóstico del psiquiatra?
G: No sé muy bien, pero era algo así como síntomas de esquizofrenia.
¿Qué piensan hacer a partir de ahora?
G: Bueno, antes de que llegara, decidimos que vamos a dejar de ensayar
por algún tiempo y en vez de eso vamos solamente a grabar.
En 1976 hubo una violenta operación contra la música underground en
Checoslovaquia, y eso provocó que surgiera un grupo opositor al gobierno
llamado Charter 77…
G: ¡Eso está buenísimo! Hemos estado pensando cambiarnos el nombre para
poder volver a tocar en conciertos más adelante. Pudiéramos llamarnos
así mismo, Charter 77.
A mí me parece que esa no es una buena idea, si ustedes quieren
mantenerse tocando sin llamar la atención de la Seguridad del Estado y
la policía…
G: No seas bobo, la inteligencia y los conocimientos culturales de los
agentes locales son extremadamente bajos.
Coda
Al final de la entrevista, que transcurrió en una habitación sin techo,
le pedimos al grupo que posara con sus guitarras para una foto. Un rato
antes, estaban hablando de la necesidad de parar de dar conciertos
durante un tiempo. Pero en cuanto tuvieron los instrumentos en las manos
otra vez, sus ojos adquirieron un extraño brillo. Encendieron los
equipos de sonido, y la música de los amplificadores y bafles recorrió
el vecindario con un estremecedor rugido, acompañado por la voz de
Gorki: "Comandante…".
URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro_en_la_red/entrevistas/articulos/llego-la-hora-de-llamar-las-cosas-por-su-nombre/(gnews)/1156824000
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