EDUCACION
Detrás del pizarrón escolar
Lucas Garve
LA HABANA, Cuba - Septiembre (www.cubanet.org) - Abiertas las puertas de
las escuelas cubanas, las voces estudiantiles invaden los claustros
escolares. Según las autoridades del ramo, durante este curso unos tres
millones de alumnos ocuparán asientos en las aulas de enseñanza general,
y la cifra de 620 mil trasciende como la más alta ofrecida para la
enseñanza superior.
En Cuba, sin lugar a dudas, ocurre un fenómeno que asombra a muchos en
el mundo. La educación gratuita llega a todos, pero detrás del regocijo
y las flamantes cifras se esconde otra realidad.
En ella se constata que junto con la masividad hay un descenso del nivel
de calidad en la enseñanza, pero de eso únicamente se habla en los
pasillos, entre viejos maestros. A pesar de los esfuerzos por ocultarla
tras el discurso oficial, conspiran en contra de la calidad el bajo
nivel de los llamados "profesores emergentes" y, en consecuencia, los
deficientes resultados de los educandos, además de la hemorragia de
deserciones laborales docentes.
¿Quién podrá discutir que un estudiante con un grado 12 puede hacerse
cargo de la enseñanza en un aula de secundaria sin que los alumnos
sufran las consecuencias de sus conocimientos y experiencias mínimas? A
la salida de clases, la diferencia entre alumnos y profesores es
ofrecida exclusivamente por el color de los uniformes de ambos.
Se podrá argumentar que la necesidad de cubrir la demanda de maestros en
un país donde la deserción laboral de los docentes no hay quien la
detenga, empujó al magisterio a miles de jóvenes dispuestos a ocupar una
plaza en un aula. Sin embargo, la preparación mínima, para tarea tan
importante dentro de la sociedad, no es la adecuada.
El problema se acentúa porque durante varias generaciones el nivel
magisterial fue descendiendo a fuerza de satisfacer las necesidades
escolares, y además, las políticas. Entonces, se preguntará usted, ¿cómo
es posible que Cuba emprenda campañas de alfabetización internacionales?
Podrá explicarse lo anterior si observa que existe una reserva de
profesores veteranos bien calificados que están detrás de bambalinas
dirigiendo a aprendices casi imberbes. Mas, la transmisión de la
experiencia no es tan completa como parece, pues simplemente el terreno
en el cual la semilla germinará no está preparado.
Se repite así lo ocurrido décadas atrás, cuando miles de jóvenes se
convertían en maestros sin tener una verdadera vocación, y una
preparación somera era suficiente para desempeñarse como tal.
¿Y los maestros experimentados? La mayoría, cansados de bregar con la
instrucción de las "nuevas generaciones", sólo esperan alcanzar la edad
de la jubilación para ocuparse de otras actividades. Si no,
sencillamente, abandonan la enseñanza a pesar de los aumentos de salario
recientes, porque la falta de incentivos reales y la aplastante carga
docente unida a los interminables controles de la burocracia que rigen
el Ministerio de Educación, disuaden a esos veteranos a prolongar por
más tiempo su vida laboral docente.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/sep06/13a8.htm
No comments:
Post a Comment