Wednesday, June 21, 2006

Una cuenta regresiva para Cuba

Una cuenta regresiva para Cuba

Jaime Mario Trobo*

El próximo 19 de junio, cuando se instale el novel Consejo de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, sobre el que tantas
expectativas se han creado, sus integrantes estarán sometidos no solo al
escrupuloso cumplimiento de las normas internacionales sobre Derechos
Humanos, sino, además, a todos los compromisos que asumieron cuando se
postularon, en un documento que, obligatoriamente, acompañaba a su
candidatura. Cuba, pues, deberá cumplir lo que suscribió o, de lo
contrario seguirá violando los DDHH y sorprenderá a los 135 países que
votaron su nominación en la Asamblea.
El Canciller cubano tituló la elección de su país como miembro en este
nuevo Consejo como el “triunfo más importante de la política exterior de
la Isla”; “una rotunda victoria”. Si tras casi 50 años del unicato de
Castro, expresado mediante la represión más feroz a la opinión ajena y a
la más mínima crítica, a la par que sustentado en una política de
propaganda de saturación para distraer de la atención la verdadera
realidad que se vive en la Isla, este es el triunfo más importante de la
política exterior castrista, entonces pueden ocurrir dos cosas. O es
resultado de la vanidad del Canciller, o el reconocimiento de que aún
son capaces de birlar la buena fe y lograr que la estupidez de muchas
cancillerías trafiquen en su interés –o “miedo” político– el que Cuba
siga tan campante.

Pero esa “rotunda victoria” podría convertirse en una rotunda derrota,
porque la resolución que crea el Consejo recientemente designado, 60/251
de fecha 15 de marzo de 2006, compromete a los Estados que se postulen
para integrarlo a presentar un documento que incluya “promesas y
compromisos voluntarios” para la promoción y protección de los derechos
humanos. Se dice, asimismo que: “…los miembros elegidos del Consejo
deberán aplicar las normas más estrictas en la promoción y protección de
los derechos humanos, cooperar plenamente con el Consejo y estarán
sujetos al mecanismo de examen periódico universal durante el período
que sean miembros”.

En el documento con que se postuló, el gobierno de Castro no menciona en
ningún párrafo de propósitos la palabra Libertad. Resulta curioso que
haya recibido 135 votos eludiendo deliberadamente incluir este término.
Ha escrito: “Cuba reafirma su voluntad de continuar trabajando sin
descanso en la consecución de la meta común del disfrute de todos los
derechos humanos por toda las personas y todos los pueblos del mundo
sobre la base del respeto a la Carta de las Naciones Unidas ...” .

Y también escribió: “…Si fuera electa al Consejo de los Derechos
Humanos, Cuba trabajará porque se abran paso la verdad, la justicia, el
diálogo genuino y la tan necesaria cooperación internacional a favor de
la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos los
pueblos y todas las personas”.
Es de esperar que entre sus funciones este nuevo Consejo de la ONU mire
hacia los más de 300 presos políticos que todavía existen en Cuba; que
contemple a las miles de familias desgarradas por el dolor que la
separación y la represión derraman desde hace casi medio siglo. Una
realidad sobre la cual el nuevo Consejo puede y debe influir. Por eso,
comienza una cuenta regresiva. *Miembro del Parlamento de Uruguay.

http://www.elperiodico.com.gt/look/article.tpl?IdLanguage=13&IdPublication=1&NrIssue=705&NrSection=5&NrArticle=24789

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