Posted on Sat, Jun. 17, 2006
Los hijos de castristas se quedan en España
G.HEDGECOE/Especial para TMH
MADRID
Son los hijos y las hijas de la clase dirigente de Cuba, viven en
España, pero mantienen una vida discreta para que el gobierno de Fidel
Castro los deje regresar y visitar a sus familiares.
Se les conoce como quedaditos, es decir que su vida se de-
sarrolla en la sombra para evitar comprometerse con una posición de
disidencia que podría afectar su decisión de vivir fuera del sistema
comunista.
''Si uno dice algo aquí, en Cuba lo sabrán y nunca más uno verá a la
familia'', dijo una abogada cubana de treinta y tantos años que reside
en Madrid. 'Por ejemplo, si usted publica mi nombre en el periódico y
cita que yo dije `Cuba es un país de porquería', me llaman y me dicen:
'Después de haber declarado eso, no volverás más a Cuba' ''.
De modo que los quedaditos tratan de vivir una vida tranquila, y
permanecer bajo el anonimato, fuera de los otros cubanos que se
encuentran en su misma situación.
Algunos critican al gobernante cubano Fidel Castro. A otros lo único que
les interesa es alejarse de la intensidad de la vida política de la
isla. Otros, quieren hacer negocios, sin tener que sufir los controles
draconianos cubanos. Sin embargo, para todos, a diferencia de Miami,
vivir en España no significa adoptar de inmediato una actitud de
disidente, y por lo tanto enfrentarse a la posibilidad de no visitar más
la isla.
Uno de ellos es Agustín Valdés, hijo de Ramiro Valdés, ex ministro del
Interior y famoso dirigente de línea dura. Valdés ha vivido en Madrid
durante los últimos ocho años, y aquí sigue su carrera de pintor.
Está también el hijo de Eusebio Leal Spengler, el historiador de la
Ciudad de La Habana. Javier Leal tiene una agencia de viajes y una
galería de arte en Barcelona.
Emma Alvarez-Tabío, la hija de Pedro Alvarez-Tabío, director de la
Oficina de Asuntos Históricos de Cuba, está casada con un diplomático
español y trabaja en Madrid como consultora de inversiones en Cuba.
Enrique Alvarez Cambra, hijo de Rodrigo Alvarez Cambra, un médico que es
uno de los hombres de más confianza de Castro, y que en una ocasión
operó al ex presidente iraquí Saddam Hussein. Enrique es director de una
clínica médica en Santander.
También está Antonio Enrique Luzón, hijo del ex ministro de Transportes
cubano del mismo nombre. El hijo vive en Madrid y tiene un negocio de
importación y exportación.
En el 2002, El Nuevo Herald publicó un reportaje sobre la presencia en
España de tres nietos y de la ex nuera del propio Fidel Castro, dos
nietos de su hermano mayor Ramón, y un hijo del Juan Almeida, uno de los
hombres más cercanos a Castro.
Durante décadas, los cubanos arribaron a España con el fin de comenzar
una nueva vida. Algunos llegaron como exiliados del regimen de Castro,
otros se casaron con españoles, y otros obtuvieron pasaportes españoles
bajo el argumento de la ciudadanía española de sus padres.
No obstante, luego del desmoronamiento de la Unión Soviética y sus
enormes subsidios a Cuba, este nuevo tipo de inmigrante empezó a llegar,
un grupo privilegiado que con frecuencia estaba conectado a los círculos
más altos del gobierno cubano.
Entre las personas que no conocen ni confían en ellas, este grupo suele
defender el regimen de Castro o simplemente no hablar de nada, según
afirman otros cubanos que viven en España, pero entre amigos revelan
niveles diferentes de insatisfacción.
''No creo que ninguno esté a favor del regimen'', dijo la abogada, que
pidió no se revelara su nombre para evitar así ser identificada y tal
vez castigada por las autoridades de La Habana. Sin embargo, agregó
``muchos de nosotros no queremos enredarnos en asuntos de política por
temor a nuestras familias''.
Después de la caída del Muro de Berlín y del colapso de la economía
cubana, el gobierno de la isla aflojó un poco su política de
inmigración, toda vez que los envíos de dinero que los que viven en el
extranjero mandan a sus familiares representan una importante fuente de
ingreso.
''Desde que la economía empezó a tener serios problemas, el regimen ha
sido más flexible en este campo'', dijo Carlos Cabrera, ex periodista de
La Habana que se mudó a Madrid en 1991. 'Todavía más, quieren
despolitizar el fenómenos de la emigración, de manera que están muy
contentos de llamarlo `emigración económica' ''.
De cualquier modo, es muy difícil catalogar a muchos de los quedaditos
como emigrantes económicos. Muchos son profesionales, hijos de padres a
favor de Castro a quienes la revolución les ha dado vidas con un
bienestar relativo.
Este tipo de cosas ocurre porque todos los cubanos que viven en el
extranjero que quieren visitar su país primero deben obtener del
gobierno cubano el llamado Permiso de Residencia en el Extranjero (PRE),
una licencia muy difícil de conseguir que les da la posibilidad de
regresar a menudo de vacaciones.
''La persona solicita el permiso y el gobierno se lo entrega o no'',
dijo Julián Mateos, abogado español que representa a los cubanos en
España y a firmas españolas en Cuba. ``El proceso lleva una larga
investigación; analiza el barrio donde vive, si tiene antecedentes
penales y cosas así''.
Según Mateos, hasta 200,000 cubanos viven en España, y de ellos
alrededor de 60,000 han obtenido la nacionalidad española. El gobierno
español y la embajada cubana en Madrid no quisieron ofrecer cifras ni
tampoco comentar sobre este informe.
Waldo Díaz-Balart, que en 1959 se fue de Cuba y nunca ha regresado,
admite que la situación es muy delicada para los quedaditos. Tras haber
vivido aquí durante muchos años, conoce bien a la comunidad exiliada de
Madrid, y a Castro de primera mano, pues estuvo casado con su hermana
Mirta. Sus sobrinos Lincoln y Mario Diaz-Balart representan al sur de la
Florida en el Congreso norteamericano.
''La vida para esta gente es tremendamente difícil'', dijo Díaz-Balart.
``Muchos están muy confundidos. Este asunto de ir a Cuba y luego
regresar a España es algo muy delicado, ya que el control del régimen va
más allá de sus propias fronteras''.
Otros exiliados, sin embargo, critican a quienes califican como
``exilados de terciopelo''.
''Desde un punto de vista político, me parece algo obsceno'', dijo
Orlando Fondevila, quien se fue de Cuba en 1997 y trabaja en la revista
trimestral Revista Hispano Cubana, que se edita en Madrid. 'Viven aquí,
que se supone es el lado `malo', el lado capitalista, y al mismo tiempo
(públicamente) defienden al régimen de Cuba. Es vergonzoso. Si de verdad
piensan que Cuba es un paraíso, deberían vivir allí''.
Por su parte, otros piensan que los quedaditos están, de hecho, haciendo
una declaración política simplemente por vivir fuera de Cuba.
''El que ellos vivan aquí refleja un cierto alejamiento del sistema'',
expresó Pío Serrano, escritor cubano exilado que dirige una casa
editorial en Madrid.
''Para algunos, uno tiene que estar completamente en contra de Castro y
no hay nada más que decir, pero no puede decirse que todo el mundo está
en la misma situación'', dijo Serrano, observando que algunos de los
quedaditos que conoce no se esconden en privado para expresar todo lo
que detestan al gobierno de Castro.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/14838903.htm
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