Laritza Diversent Cámbara
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - En Cuba se esperan cambios
desde hace décadas. Esta palabra inunda el escenario cubano. ¿Cuales son
los que más necesitamos? Son muchos los que nuestra realidad reclama.
¿En qué tiempo han de realizarse? Esa pregunta no se puede contestar.
Sin embargo, la respuesta a los asuntos planteados puede predeterminarse
con el análisis de los acontecimientos ocurridos en nuestro país
recientemente. El más relevante fue la celebración del VI pleno del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el pasado 28 de abril.
Lo inesperado de su celebración nos da la idea de la difícil
circunstancia a la se enfrenta la dirigencia política. Raúl Castro,
durante su intervención en el pleno. anunció para 2009 la celebración
del VI Congreso del PCC. La historia de los mismos nos da la idea de lo
que debemos esperar para el futuro.
Después de cada congreso, los gobernantes acostumbran a realizar
transformaciones, con el propósito de consolidar su hegemonía.
Tradicionalmente, cada etapa que precedía la celebración de los
congresos, exigía la realización de cambios. Conviene aclarar que
ninguno de los efectuados se refirió a la estructura y atribuciones
políticas de la clase gobernante.
En 1965, en sustitución del Partido Unido de la Revolución Socialista,
se constituyó el Partido Comunista de Cuba, de carácter
marxista-leninista, con Fidel Castro como secretario general. Diez años
después, realiza su primer congreso (del 12 al 22 de diciembre de 1975).
Al siguiente año se aprobó la Constitución de la Republica de Cuba. Esta
había sido redactada por la Comisión de Estudios Jurídicos del Comité
Central del PCC, la que estuvo enteramente subordinada a los designios
del Partido, de quien recibió mandatos en cuanto a los contenidos
constitucionales a regular. Resultó entonces una ley que le daba el
poder absoluto a la oligarquía burocrática y legitimizaba su estancia
indefinida en el poder.
Del 17 al 20 de diciembre de 1980 se celebró el II Congreso del PCC. Se
le antepuso el "éxodo del Mariel". El gobierno decide militarizar la
sociedad cubana mediante la doctrina de "la guerra de todo el pueblo" y
la creación de las Milicias de Tropas Territoriales (MTT).
El III Congreso se efectúa del 4 al 7 de febrero de 1986. Se inicia la
histórica etapa de "rectificación de errores y tendencias negativas". Se
referían a eliminar la predisposición a imitar el modelo soviético.
Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas
políticas y económicas que Gorbachov había establecido en la URSS, mas
conocidas como perestroika.
Castro es intolerante con los criterios que conceden a los factores
económicos primacía sobre los políticos. El espíritu mercantil, para él,
se estaba aplicando a cosas que no debían ser objeto de comercio, como
por ejemplo, mantener el poder absoluto en su mano. Abogó en aquel
momento por mantener el régimen marxista-leninista que había instaurado
a principios de la década de 1960.
En la Unión Soviética estas reformas trajeron consecuencias lógicas.
Cambios estructurales, tanto económicos como políticos, hasta llegar a
la democratización que el país necesitaba. Esos eran los que la clase
dirigente cubana no estaba dispuesta a realizar en aquel entonces.
No obstante, la perestroika ganó adeptos dentro de la militancia
comunista. Comenzaron las contradicciones en el seno del Partido, que
finalizó en julio de 1989 con el fusilamiento y encarcelamiento de
varios militares, algunos de alto, todos acusados de contrabando y
tráfico de drogas. El peor escándalo que ha protagonizado el régimen
hasta hoy.
http://www.cubanet.org/CNews/y08/may08/29cronica4.html
¿Habrá cambios en Cuba? (final)
Laritza Diversent Cámbara
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Con el colapso de la URSS a
principios de la década de 1990, la manutención del bloque soviético a
Cuba llegó a su fin. El país cayó en una aguda crisis económica de la
que no hemos salido. Esto obligó a recurrir a técnicas neoliberales que
permitieran reactivar la economía y evitar una explosión social que
pusiera fin al régimen.
Con este panorama, en el primer semestre de 1991, se realiza el IV
Congreso. Al año siguiente, la reforma constitucional. El único
propósito de la misma era legalizar y dar seguridad jurídica a los
negocios y propiedades de los inversionistas extranjeros. En esta etapa
continua el proceso de rectificación, el que según la burocracia
comunista no se debía a cambios políticos.
En 1993, en un intento por alcanzar una economía mixta, Castro aprobó
reformas económicas limitadas que permitieron la legalización de algunas
empresas privadas y la dolarización. Durante 1994 se produjo la
denominada "crisis de los balseros" o maleconazo: miles de cubanos
cruzaron el estrecho de Florida hacia los Estados Unidos.
La Ley No. 77 de Inversión Extranjera aprobada en 1995 consolidaba parte
de las reformas emprendidas en 1992, a la par que troncha la iniciativa
económica a los cubanos. En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó la
ley Helms-Burton, que agravó el embargo económico, al pretender
penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con
otras (filiales o no) radicadas en la isla.
En estas condiciones llega el V Congreso del Partido Comunista de Cuba,
que se celebra en octubre de 1997. Castro reafirmó que Cuba no volvería
al capitalismo. Lamentó las aperturas que su gobierno permitió debido a
la caída de los principales regímenes comunistas. Comenzó a frenar todas
las reformas emprendidas a principios de los 90.
Esto provocó un progresivo aislamiento internacional. A partir de
2002, recibió una serie de sanciones de la ONU por la situación de los
derechos humanos en Cuba. Se vio envuelto en varias crisis diplomáticas
con gobiernos de Latinoamérica (México y Uruguay).
La Asamblea Nacional del Poder Popular aprobó una reforma de la
Constitución, cuyo principal objetivo era establecer el carácter
"irrevocable" del régimen socialista y reafirmar rotundamente que Cuba
"no volverá más al capitalismo". Un mes antes, los opositores pacíficos
habían presentado 11 mil 20 firmas al parlamento cubano para pedir un
referéndum que permitiera la instauración de la democracia (Proyecto
Varela).
En la primavera de 2003 el régimen cubano encarceló a 75 disidentes y
ordenó fusilar a tres secuestradores de una embarcación. La consecuente
crisis diplomática tuvo trascendencia internacional. Únicamente
Venezuela rompía el aislamiento cubano. La población cubana no tuvo
plena conciencia de esta situación.
La dolarización llegó a su fin en noviembre de 2004, cuando se suspendió
la circulación del dólar estadounidense en todos los establecimientos
comerciales de la isla. El peso convertible sustituía a la moneda
norteamericana.
El 31 de julio de 2006, Castro, tras sufrir una hemorragia intestinal,
delegó provisionalmente el poder en su hermano Raúl, quien le sustituyó,
en funciones, como primer secretario del Partido Comunista de Cuba, como
presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, y como
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
Como puede evidenciarse, a cada celebración de un congreso del partido
le antecede una época de cambios. En cada congreso la militancia
comunista, hoy anciana, proyecta las estrategias que le permitan
mantenerse en el poder.
En medio de la caótica situación internacional, casi 11 años después,
inesperadamente se anuncia para el 2009 el VI Congreso. ¿Que debemos
esperarse para el futuro? ¿Habrá transformaciones importantes o
simplemente se reafirmarán las mismas políticas?
La incertidumbre nos asalta. No debemos confiar demasiado. Después de
medio siglo de totalitarismo aprendimos algo. Lo cierto es que ellos se
las arreglan para invertir la situación a su favor, cuando todo parece
acabarse. De todas formas hay que esperar hasta el próximo año para que
se decida el futuro inmediato del país.
No comments:
Post a Comment