Saturday, May 03, 2008

CUBA ¿POR QUÉ LOS CAMBIOS?

CUBA ¿POR QUÉ LOS CAMBIOS?
2008-05-02.
Huber Matos Araluce

San José, Costa Rica, abril 24 de 2008.- Antes de julio del 2006, mes en
que Fidel Castro fue internado con urgencia por supuestos problemas
gastrointestinales, la cúpula del poder en Cuba ya estaba al tanto que
Castro había entrado en una etapa irrecuperable. El diagnóstico médico
previo era preocupante, el Comandante en Jefe estaba perdiendo su
capacidad mental, había sufrido más de una isquemia y las consecuencias
de la próxima podían ser devastadoras.

El romance mediático mundial con el castrismo estaba concluyendo. Los
"logros" de la Revolución se habían ido evaporando y los medios de
comunicación internacional ya no los disimulaban como antes. La
producción de azúcar había sido reducida a una mínima fracción de los
buenos tiempos y los demás sectores agrícolas estaban en iguales o
peores condiciones. Tampoco podían esconderse los problemas en el campo
educativo y el deterioro de la salud pública. La ausencia de Fidel
Castro crearía expectativas, presiones y curiosidad sobre las verdaderas
condiciones del pueblo cubano.

La pérdida de la subvención venezolana daría inicio a una crisis en Cuba
muy difícil de controlar. Chávez podía perder el poder, en consecuencia
el flujo de petróleo desde Venezuela no está garantizado. Ese petróleo
evita la paralización del transporte y la generación de electricidad en
Cuba, además una parte se vende para pagar las importaciones del 64% de
los alimentos que representan la canasta básica de la población. El
fracaso de Chávez en el referendo de diciembre del 2007 fue una señal
adicional de peligro.

Aunque Washington había repetido públicamente una y otra vez que no
aceptaría como sucesor a Raúl Castro, la administración del Presidente
Bush haría lo posible por no estimular una crisis en Cuba. Su gobierno
estaba demasiado preocupado por una eventual inmigración ilegal masiva
desde la isla. Además, entre Iraq, Afganistán, Al Qaeda, Irán y la
impopularidad mundial, la Casa Blanca estaba bien enredada. Un triunfo
del Partido Demócrata en Noviembre del 2008 era esperanzador para la
cúpula castrista.

En Europa el gobierno español seguiría defendiendo los intereses de sus
empresarios en Cuba. Estos controlan una buena parte de la industria
turística de la isla. Por esta razón y para explotar el sentimiento anti
norteamericano entre los españoles, el gobierno socialista continuará
insistiendo en el seno de la Unión Europea en que hacia Cuba, una
política de acercamiento es más efectiva que una de enfrentamiento y
presión. El grupo que heredaba la sucesión podía convencer a España de
que harían una apertura en Cuba. Mientras ésta no pusiera en peligro su
casi monopolio del turismo en la isla, los españoles continuarían
colaborando.

La situación interna era bastante más complicada. Aun manteniéndose el
suministro de petróleo venezolano la economía de la isla seguiría
deteriorándose, o en el mejor de los casos su crecimiento sería inferior
a las necesidades de la población. La nueva generación de cubanos está
frustrada y el sueño de los jóvenes es huir de Cuba hacia los Estados
Unidos. No puede descartarse que en determinadas circunstancias ese
descontento se convierta en exigencias y eventualmente en retos al gobierno.

La mayoría de las personas vinculadas directamente al gobierno o sus a
organizaciones, incluyendo los militares, están descontentos. La
sucesión estaba convencida que no podía contar con el apoyo
incondicional de estos cubanos. Aunque el nivel de vida de este grupo es
superior a la de la mayoría de la población, ellos saben que es inferior
al que podrían disfrutar si el sistema permitiese ciertas libertades. La
ausencia del Fidel Castro haría cada vez más difícil justificar los
errores y excesos de sus decisiones.

Una y otra vez la disidencia ha sobrevivido la represión. Aunque estos
grupos de oposición han sido aislados de la población por el acoso
permanente y la falta de acceso a los medios de comunicación, los mismos
siguen siendo objeto de interés en el exterior. La desaparición de Fidel
les daría energía y protagonismo. No podía descartarse que a pesar de
los esfuerzos por mantenerlos divididos, estos se pudieran unir y
convertirse en una opción política para la población.

Ante todas estas circunstancias, el grupo sucesor decretó que la salud
de Fidel Castro era un secreto de Estado. Aunque lo tienen aislado, se
insiste en su recuperación y no han dejado de aparecer artículos
supuestamente escritos por él. Se apoyó a Raúl Castro como "el
cancerbero de la Revolución"* y se comenzaron a crear expectativas de
cambios con el fin de ganar tiempo y espacio dentro y fuera de Cuba.

*Declaración del comandante Ramiro Valdés, el 30 de noviembre de 2006 en
Santiago de Cuba.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15143

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