Saturday, May 26, 2007

RAZONES PARA DUDAR

RAZONES PARA DUDAR
2007-05-26.
Heriberto Portales Rodríguez, Presidente del Partido del Pueblo Cubano
Ortodoxo

Algunos en la actualidad, con la añoranza a flor de piel, aún se
preguntan el por qué y cómo el fracaso del modelo socialista. Al
parecer, la respuesta no la han podido encontrar en los manuales de
economía política o en la literatura marxista, y por ello cifran sus
esperanzas en que retorne con el llamado "socialismo del siglo XXI".
Aunque la posibilidad de ese tan esperado evento es cercana a cero, eso
no indica que la probabilidad de su retorno haya desaparecido por
completo. Ya hay gobiernos (sobre todo en Latinoamérica) que están
moviendo mecanismos para su reinsertación en sus respectivos países.

El socialismo del siglo XXI, al igual que su antecesor, el socialismo
real de corte marxista, presenta un lado bueno y otro malo, como el
encontrado en la archiconocida novela de Robert L. Stevenson cuando
trató el binomio Hyde-Jekill. Es por ello que para lograr que el
socialismo resurja como ave Fénix, los arquitectos del mismo deben
eliminar su parte negativa.

Hay tres aspectos que se destacan en esta nueva ideología (o ideología
clonada), como continuidad del socialismo real: el voluntarismo, el
clientelismo y el dogmatismo ideológico, que aunque se encuentran unidos
por lazos indisolubles, es necesario, como ejercicio académico,
tratarlos por separados.

En primer lugar el voluntarismo es algo innato a los sistemas
autoritarios y totalitaristas. Se podría definir, si así se quisiera,
como la subordinación absoluta y la incondicionalidad permanente a la
voluntad de un individuo o grupo. Todos los poderes (humanos y divinos)
en las manos de una minoría que se autolegitima, para hacer y deshacer
acorde a su voluntad, y no a lo que la realidad exige. El voluntarismo
trae consigo el establecimiento de un estado policial y el surgimiento
de órganos supranacionales que deprimen todo proceso de
institucionalización propio (por naturaleza) de todo estado, eliminando
así su carácter público.

El clientelismo (conocido también como sociolismo) es la máxima
expresión del tráfico de influencias, es la negación completa del "quién
soy" que se sustituye por el "quién me proteje". A partir del mismo
surge la distribución de los principales cargos atendiéndose a los lazos
de afinidad, consanguíneos o comprometimiento. La seriedad, competencia
y aptitudes no se tienen en cuenta, desaparecen por completo en este
escenario dando inicio al surgimiento de una corrupción estructural y en
ocasiones al nepotismo.

Por último, el dogmatismo ideológico (con sus rasgos distintivos como
son, la repetición continua del mismo mensaje, la aceptación de
presupuestos como verdades absolutas y la negación del carácter
cambiante que tiene la sociedad humana en su proceso de transformación)
sustituye valores de desarrollo en el ser humano, por valores de
supervivencia. Asume posiciones de culpar a otros por los fracasos
propios, y se cae en posiciones populistas de promesas con difícil
cumplimiento práctico. Mediante el dogmatismo se puede lograr que dos
por dos dejen de ser cuatro para dar un resultado de conveniencia (claro
para el dogmático). En definitiva, se robotiza al ser humano,
obligándolo a vivir en un mundo virtual separado de todo y de todos.

Si el socialismo del siglo XXI se lograra instaurar sin la presencia de
estas secuelas heredadas del socialismo real, entonces surgiría una
nueva interrogante. ¿Se estaría en presencia del socialismo?

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10260

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