Caña de azúcar, la primera fuente renovable
Por Patricia Grogg
LA HABANA, 30 may (IPS) - Cuba apuesta por el desarrollo de fuentes
renovables de energía dentro de una estrategia en la cual quedó
descartada la producción de combustible a partir de la caña de azúcar,
cultivo que otrora lideró la economía de este país.
Sin embargo, expertos e investigadores de esta isla caribeña siguen
mirando a la industria azucarera como un sector estratégico capaz de
producir alimentos para el consumo humano y animal, generar energía
eléctrica a partir del bagazo o fabricar alcoholes de diverso tipo y
hasta medicamentos, entre otros derivados.
En épocas de bonanza, con zafras de hasta ocho millones de toneladas,
esa industria producía alrededor de 10 por ciento de la electricidad que
se generaba en el país. Pero con el descenso de la producción en la
última década, esa participación en el total de electricidad disponible
cayó de 10 a 5,6 por ciento entre 1990 y 2002.
La industria azucarera fue sometida en 2002 a una reestructuración que
cerró definitivamente alrededor de la mitad de sus 156 ingenios, con el
objetivo declarado de ajustar su producción a los precios
internacionales, que llegaron a situarse por esa época a seis centavos
la libra.
"La primera fuente renovable sigue siendo la biomasa cañera y, si la
estrategia hacia el futuro es producir energía de manera descentralizada
y con una matriz diversificada, ese portador deberá estar presente",
comentó a IPS el investigador cubano Julio Torres, especializado en el tema.
Buena parte de los ingenios que sobrevivieron a la reestructuración y se
mantienen activos remozaron sus instalaciones para la cogeneración de
electricidad y se autoabastecen, pero aún no disponen de energía
sobrante para vender a la red nacional.
"Se requieren inversiones para el cambio tecnológico que haga eficiente
la industria de generación de energía eléctrica. El problema no está en
la cantidad de ingenios trabajando, sino en la calidad de cada uno",
indicó Torres, para quien "la biomasa cañera puede ser el comienzo del
tránsito hacia una energética sustentable en el país".
El experto comentó que hay planes para sembrar más caña, pero los
investigadores "debemos comenzar a estudiar la mejor manera de sortear
los cambios y variaciones del clima, que impactan con fuerza en el
sector agrícola".
Este año, las lluvias fuera de temporada impidieron el desarrollo normal
de la cosecha azucarera, que terminó a mediados de este mes con una
producción no superior a la lograda en 2006, de 1,2 millones de
toneladas, según estimados extraoficiales.
Se calcula que la biomasa es una de las fuentes de energía que no hace
aumentar el dióxido de carbono en la atmósfera, principal responsables
del recalentamiento global. El costo de cada kilovatio es inferior unas
cuatro veces al obtenido del combustible fósil, además de que no contamina.
Si bien los residuos de la industria alcoholera son altamente nocivos
para el ambiente, el uso de la tecnología adecuada permite aprovecharlos
en la producción de biogás, que pasaría a reemplazar el fuel oil usado
en la propia destilería.
Ese biocombustible se obtiene de la descomposición en un ambiente
anaeróbico (sin oxígeno) y es considerado un carburante económico y
renovable que puede usarse en la cocción de alimentos y producción de
electricidad, a la vez que genera un subproducto muy bueno como
fertilizante y para alimentar peces y aves.
"El biogás tiene varios usos, pero lo más importante es su impacto en la
descontaminación ambiental en las fábricas de azúcar y café del país",
comentó a IPS Luis Bérriz, presidente de Cubasolar, la Sociedad para la
Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental.
En su opinión, es necesario "un mayor desarrollo de esa forma de obtener
energía alternativa en el país", que ya explota la hidroeléctrica y la
solar fotovoltaica y aspira a desarrollar también la fuerza de los
vientos en la producción de electricidad.
Directivos del sector azucarero anunciaron en junio del año pasado,
durante una reunión internacional realizada en La Habana, un ambicioso
programa de expansión de la industria alcoholera, que incluía la
modernización de 11 destilerías y la instalación de siete nuevas, en las
cuales se contemplaría diferentes soluciones para los residuales.
El proyecto se encaminaba a aumentar la producción de alcoholes e
incluía la fabricación de alcohol deshidratado para mezclas con gasolina
y la exportación, según declaró a IPS, en esa ocasión, Luis Gálvez,
director del gubernamental Instituto Cubano de Investigaciones de los
Derivados de la Caña de Azúcar.
Pero el sector desechó sus planes de fabricar etanol carburante, un tema
en torno al cual el convaleciente líder cubano Fidel Castro promueve un
fuerte debate, centrado en el peligro que encierra para la seguridad
alimentaria la producción de biocombustibles en gran escala.
Durante un congreso sobre energía renovable que finalizó el viernes,
Conrado Moreno, miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, afirmó que
el remozamiento de 11 destilerías permitirá llevar la producción de
alcoholes hasta 150 millones de litros por año, destinados básicamente a
la industria de bebidas (rones) y farmacéutica.
"Ese etanol no va a ser para combustible", comentó Moreno, quien aseguró
además que "nunca hubo una producción grande en Cuba que apuntara a un
trabajo en esa línea".
El gobierno cubano firmó en febrero un acuerdo con Venezuela para la
construcción de once plantas destinadas a la producción de etanol y al
desarrollo de la producción cañera con este fin en el país sudamericano.
Según explicó posteriormente el embajador de Caracas en La Habana, Alí
Rodríguez, ese combustible responderá a una demanda ya existente de
Venezuela, pues va proveer el 15 por ciento que requiere la mezcla de
gasolina con etanol para la exportación y también para sustituir la
gasolina con plomo que ya no se produce en su país.(FIN/2007)
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