Thursday, May 31, 2007

Úteros remisos

Sociedad
Úteros remisos

La Habana no tiene respuestas ni 'plan b' para el bajón de natalidad.
Cada vez nacen menos y la crisis demográfica se avecina.

Federico Fornés, La Habana

jueves 31 de mayo de 2007 6:00:00
Mujeres con hijos pequeños, una imagen cada vez menos frecuente

Mujeres con hijos pequeños, una imagen cada vez menos frecuente. (AP)

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Los demógrafos tendrán mejores explicaciones, pero para el cubano común
es así de simple: la gente no pare porque la cosa está difícil.

Por primera vez en un cuarto de siglo, la población de la Isla decreció
en términos absolutos. El pasado año se registró una disminución
poblacional de 4.300 personas con respecto a 2005. ¿Números rojos?

Juan Carlos Alfonso, director del Centro de Estudios de Población y
Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, no tuvo más remedio
que ir más allá de la puntualidad de los dígitos si quería explicar la
noticia.

Factores como el cambio "favorable" registrado en la condición de la
mujer cubana, dentro de la sociedad, y otros de naturaleza material
asociados a las limitaciones económicas (crisis recesiva de los
noventa), inciden en el mantenimiento de esta situación, explicó el
funcionario.

"Mi hijo duerme con su prima en el único dormitorio que tenemos, la
abuela de los dos en la sala, y mi marido y yo en un cuartito hecho a
machetazos en el patio, y mira, no soy palestina" (emigrada del oriente
de la Isla). Así habla Genoveva, una tecnóloga que durante años
planificó una familia de tres hijos.

"Ya no tengo edad ni ganas para tener el segundo. En este cucurucho es
imposible, pero aparte, ¿cuánto cuesta tener un niño ahora?", alega
mientras se abanica en un viejo sillón de madera. El calor es tal que el
barniz de los muebles se vuelve pegajoso.

"A vox pópuli, ellas expresan su deseo de tener un poco más de
condiciones materiales, como una casa independiente a su familia, en la
que hoy viven varias generaciones a consecuencia de la situación
económica del país", escribió recientemente Yurién Portelles, de la
agencia oficialista Prensa Latina.

Aritméticas obstinadas

En la promisoria década de los años sesenta nacieron como promedio unos
250.000 niños cada año. En 2006 sólo poco más de 110 mil bebés.

Hace cuarenta años la población cubana no rebasaba los siete millones.
Con poco más de once millones en 2006 se registran menos nacimientos que
entonces, con cuatro millones de personas más. Las aritméticas suelen
ser obstinadas.

Cuando los barbudos tomaron el poder en 1959, la familia cubana
procreaba entre cinco y seis hijos por cada matrimonio.

"Pero eso es historia antigua", ataja Juan Carlos Alfonso.

Desde hace más de treinta años el índice de fecundidad en Cuba está por
debajo del nivel de reemplazo generacional, al quedar menos de una hija
por mujer en edad reproductiva. Un temible 0,7 parece anclado a
perpetuidad en los anuarios.

Las estadísticas, dadas a conocer en un taller por el Día Internacional
de la Familia, igualmente disparan otras alarmas: el número de
nacimientos también se redujo de manera significativa, pues si en 2005
ocurrieron 120.716 alumbramientos, un año después la cifra bajó a sólo
111.084.

"Hay muchos abortos hoy en día", afirma un anciano que esperaba para
llamar por teléfono en un estanquillo de periódicos ubicado frente a una
maternidad habanera.

"Las veo todos los días salir dando pasitos, con el brazo doblado para
que no se les caiga el algodón de la anestesia", dice en tono melodramático.

A la espera del milagro

Otra de las preguntas entrega más inquietud a los expertos. ¿Los números
de 2006 serán remitidos en 2007, o ya comenzó a obrar una implosión
demográfica que estaba prevista para 18 años después?

Una respuesta no la tiene el director del Centro de Estudios de
Población y Desarrollo, y si la tiene, no la dijo.

Hace dos años, el propio Alfonso reconoció que "es un cuadro muy
singular" el hecho de que la sociedad cubana se encarrile hacia el
envejecimiento, un fenómeno ajeno al Tercer Mundo, donde el boom
demográfico es una renovada bomba de relojería.

Actualmente más del 15% de los cubanos tiene más de 60 años. Para 2025,
el porcentaje de personas con edad superior a la mencionada ascenderá al
25%, de modo que un cuarto de la población estará en condiciones de ser
pensionada o ayudada por el Estado.

Si tal contexto no configura una crisis, entonces es que debe ocurrir un
milagro. Actualmente las mayores pensiones, luego de un aumento general
decretado hace un par de años, no sobrepasan los 15 pesos convertibles
al mes. Las mínimas rozan los 8 convertibles.

Un cuarto de la población recibiendo honorarios por no hacer nada,
parece un escenario tan oneroso como increíble en una Cuba de futuro
incierto.

"Los años pasan corriendo. De cualquier manera no es un problema que
resolverá este actual gobierno. Dentro de 18 años sabrá Dios qué pase
con nosotros", reflexiona un estudiante de Derecho ganado por el
escepticismo. "A lo mejor fuimos a caer a Marte", dice enarcando las cejas.

Otro factor en el envejecimiento de la población es la emigración, un
grifo más o menos abierto, pero siempre goteante.

Un documento elaborado hace un par de años, titulado Cuba, diez años
después de la Conferencia Internacional sobre Desarrollo y Población,
así lo hace notar.

'El futuro está fuera'

La diáspora de cubanos hace que poco más del diez por ciento de su
población viva en el exterior, principalmente en Estados Unidos, donde
están radicados alrededor de millón y medio de cubanos y sus
descendientes directos, gracias a las facilidades otorgadas por
Washington durante décadas para proteger a los que escapan de la Isla y
potenciar una oposición fuerte.

Anualmente las autoridades migratorias estadounidenses conceden unas
20.000 visas para cubanos que serán asimilados en la Unión Americana. No
se dispone de datos fidedignos de la emigración ilegal, pero se estima
que por cada uno que logra llegar a territorio norteamericano, tres
mueren en el intento. Toda una tragedia.

Para el sacerdote José Conrado Rodríguez, de la parroquia del barrio
Santa Teresita, en Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia de
la Isla, "la economía crece en la televisión, pero no se refleja en los
bolsillos".

"La gente aquí pasa mucho trabajo para sobrevivir mal. No pueden cambiar
las cosas y quieren irse. El futuro, dicen, está fuera", manifestó el
religioso.

En diciembre pasado, las autoridades admitieron que la meta de las
150.000 viviendas planificadas para 2006 no fue cumplida. "Muchas de las
que se cuentan son hechas por la gente con su dinero y su esfuerzo",
dice Rogelio, albañil cincuentón que reconstruye una covacha en la
Habana Vieja "con cosas que busco poraquíporallá".

Juan Carlos Alfonso, quien en la Isla debe dar al gobierno las claves de
cómo manejar el envejecimiento poblacional, insiste en que la salvación
está en cambiar los patrones reproductivos actuales a un mínimo de dos
hijos por pareja.

"Ahí estaría la sustitución o el reemplazo poblacional, ya que cada
pareja deja a dos personas en su lugar", asegura el experto.

¿Cómo hacerlo realidad? Nada dijo al respecto. Sus palabras sólo
apuntalan un ideal.

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