Yosvani Anzardo Hernández
27 de mayo de 2007
Holguín, Cuba – Bitacoracubana - Mi superstición es algo extraña, pues
aunque es una creencia excesiva, no es contraria a la razón.
Una espiritista en una ocasión, le dijo a uno de mis amigos, que el
señor mayor que lo acompañaba, sino encontraba alivio a sus penas
acumuladas, un día iba a explotar, y que cuando eso ocurriera sería
mejor estar lejos de él.
En aquel momento nos reímos y burlamos de la señora que todo lo sabe,
pues quien acompañaba a mi amigo, era yo, y sólo contaba con veinte años
de edad, sin embargo ella aseguró que yo tenía ochenta.
Diez años después regresé al mismo lugar buscando alivio para la úlcera
de la pierna de Concha, otra de mis amistades.
Nuevamente esta buceadora de verdades probables se refirió a mí como si
fuese un anciano, y aseguró que mi vida sería larga porque era un
múltiplo de la intensidad conque se vive y sufre, que mi tiempo se
multiplicaba por valores variables, dependientes del incremento que
sufra al entender los problemas de mi gente.
De cierta forma es un privilegio, aunque no podré vivir más que
Matusalén, no sé ustedes, pero con sus 969 creo tener más de la cuenta.
Ella, sin embargo, aclaró que al ritmo actual, al cumplir los 53 años
con ocho meses y tres días mi tiempo se multiplicará por dieciocho y
habré llegado al límite. No me preocupa, pues aún falta muchísimo, toda
una vida, y además no es seguro. También aclaró, que los males del
cuerpo podrían hacer mi existencia más miserable, pero no necesariamente
más corta.
Le reclamé a la muy bruja el por qué de su maldición y me contestó: –
entonces lo crees, y era ese el elemento que faltaba. La maldición no te
la hice yo, nació contigo. Además la mejor forma de comenzar a acabar
con ella es no considerarla como tal, regresa dentro de otros diez años
y sabrás si acabaste con ella volviéndola a tu favor. ¡Ah! y por favor,
cuando regreses, tráeme un lápiz en sustitución del que sin querer te
llevaste la última vez…
Mi amigo de aquel tiempo tiene tan mal genio, que un día se mordió,
luego corrió a vacunarse para evitar contraer rabia. No es locura, es
que pensó que sus ataques eran esporádicos y con la mordía que se dio,
tal vez sus berrinches se convertirían en algo crónico, y es tan
autosuficiente que sólo se equivoca cuando quiere, y a pesar de todo lo
quiero, no sé por qué, creo que porque me da la gana. A pesar de que
murió hace dos años, nos entendemos perfectamente.
¡Ustedes creerán que ahora el loco soy yo!, y tal vez tengan razón, pero
antes de cuestionarme, prueben ustedes a recordar las experiencias de
personas que ya no están, intenten establecer cómo actuarían en
determinadas situaciones y hasta qué dirían, y entenderán a qué me
refiero y por qué me son tan queridas y útiles mis amistades.
Por desgracia he visto marchar a algunos de ellos. De cualquier forma
nunca es fácil y siempre se siente una gran tristeza cuando sucede.
Resignación no es la palabra adecuada, con el tiempo sólo se consigue
quererlos más y llenar tu tiempo de vida inexistente pero real, que te
conforta y orienta. En fin, la vida a veces pasa a ser no más que un
estado mental, que nos recuerda que tenemos cuerpo sólo para darle
dignidad y humillar con su deterioro a los cobardes que dignifican a
otros humillándose ellos por medio de la sumisión, la alevosía y el
servilismo infantil.
Que sean los años que Dios quiera, pero eso sí, no quiera el señor que
me encuentre allá, a los mismos berracos que se cortan las venas a la
hora de comer y se viran de nalga el resto del día, porque es más digno
esperar por otros que intentarlo por ti mismo, obligación que tengo con
mi gente, pues me defienden de lo ignoto y a veces hasta de mí mismo.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4829
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