Posted on Thu, Nov. 17, 2005
Chávez exporta su revolución con el petróleo
STEVEN DUDLEY
The Miami Herald
El gobernante cubano Fidel Castro trató de exportar su revolución a Latinoamérica en los años 60 con fusiles AK-47, pero el presidente venezolano Hugo Chávez intenta expandir su ''socialismo del siglo XXI'' con barriles de petróleo.
Con enormes ganancias gracias al elevado precio del crudo, Chávez ha ofrecido petróleo barato y refinerías a sus vecinos, ha comprado algunos de sus bonos de deuda y ha ofrecido ayuda en efectivo para programas de desarrollo, con el intento de unificar a la región alrededor de su ideología.
''Creo que los caribeños y los latinoamericanos debemos pensar en lo que nos sucederá cuando el imperio norteamericano se desplome'', dijo Chávez a delegados de países del Caribe durante la inauguración en octubre de PetroCaribe, un acuerdo para enviar petróleo venezolano a las naciones de la cuenca caribeña.
Chávez quizá subestima el futuro del ''imperio'', y no todo el mundo parece suscribir su revolución. El presidente mexicano Vicente Fox retiró esta semana a su embajador en Venezuela, en respuesta al retiro del embajador venezolano en México, después que las discrepancias entre Fox y Chávez sobre política económica en la Cumbre de las Américas, realizada este mes, condujeron a una crisis entre ambos gobiernos. Ahora, Fox y el presidente colombiano Alvaro Uribe figuran como los aliados más firmes de Estados Unidos.
La influencia que Chávez pueda ganar y conservar en los países que acepten su generosidad dependerá también de que se mantenga en el poder, del precio futuro del petróleo y de las políticas norteamericanas.
Pero esas consideraciones no han detenido las ofertas de ayuda del presidente venezolano, mientras se empeña en revivir el sueño de su héroe Simón Bolívar, quien en el siglo XIX consiguió independizar de España a gran parte de Sudamérica, pero no logró unificar a los territorios liberados en una sola nación.
''Estamos preparados para avanzar poco a poco hacia la integración, para que seamos más fuertes y avancemos, como decía Bolívar, hacia la prosperidad de nuestro pueblo'', dijo Chávez a los líderes del Caribe.
Los esfuerzos del mandatario por exportar su ideología recuerdan las campañas de Castro, el mentor político de Chávez, con el propósito de exportar su revolución mediante grupos armados en América Latina en los años 60 y 70 del siglo pasado. Pero aunque informes de la inteligencia ecuatoriana sin confirmar han indicado que unos 20 latinoamericanos recibieron entrenamiento en guerra de guerrillas este año en Venezuela, Chávez usa más abiertamente su riqueza petrolera para ganar influencia en la región.
PetroCaribe, un pacto entre Venezuela y 14 países caribeños, ofrecerá un financiamiento barato para comprar petróleo, que se reembolsará en un plazo de 25 años. Venezuela también ha prometido $50 millones para programas sociales en el Caribe, similares a los programas de salud y alfabetización que ha lanzado en su país.
Además, Chávez impulsa la formación de PetroAmérica, un convenio latinoamericano que contemplaría el intercambio de recursos humanos, como médicos, por recursos naturales, como petróleo y gas natural. Como parte del acuerdo, el líder venezolano dice que invertirá $2,000 millones para ampliar la capacidad de refinación en Jamaica, Cuba y Uruguay, y ha hablado de empresas conjuntas para construir refinerías en Brasil y Ecuador.
PetroSur, que abarca a Brasil, Uruguay, Argentina y Venezuela, y PetroAndina, que comprende a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, deben redondear la familia de PetroAmérica, pero todavía no están tan definidas como PetroCaribe.
Chávez también está buscando convenios entre países, la mayor parte en torno a petróleo o a dinero del petróleo, como acuerdos para comprar bonos y préstamos, y hasta intenta sellar pactos con líderes municipales de ideología similar a la suya. En Nicaragua, por ejemplo, el hombre que ha prometido establecer el ''socialismo del siglo XXI'' en Venezuela ha propuesto vender petróleo por debajo del precio del mercado a una asociación de alcaldes controlada por los sandinistas.
''Lo que Chávez está haciendo no es distinto a lo que [John] Kennedy trató de hacer [en la década de 1960] y lo que la Agencia para el Desarrollo Internacional, de Estados Unidos, hace todo el tiempo: está tratando de comprar influencia'', dijo Larry Birns, director del Consejo de Asuntos Hemisféricos, un centro analítico de Washington que con frecuencia critica la política norteamericana en América Latina.
El plan de Chávez de conseguir la unidad regional alrededor de su ideología choca con la política conservadora del gobierno de Bush. Varios funcionarios norteamericanos han afirmado que el presidente venezolano es una influencia desestabilizadora en la región, pero Chávez sigue teniendo una gran popularidad en el continente.
''Lo que ha sucedido es que el gobierno de Bush está enfrascado en una gran ofensiva para desacreditar a Chávez'', agregó Birns. ``Pero en realidad es la política de Bush, y no Chávez, la que sufre un aislamiento''.
Chávez ha respondido a los ataques y constantemente acusa a Estados Unidos de ''imperialista'', pero algunos críticos ven una ambición similar en sus designios. ''Quiere hacer lo mismo de lo que acusa a Estados Unidos. Creo que es un fabricante de imperios'', dijo Stephen Johnson, analista de la conservadora Heritage Foundation.
El intento de Chávez de ganar influencia regional ya ha tenido cierto efecto, y los funcionarios norteamericanos se quejan de sus relaciones con los 14 países caribeños le han ganado algunos votos en la Organización de los Estados Americanos (OEA), que tiene 34 integrantes.
Los miembros del Caribe, por ejemplo, se unieron a Chávez en su oposición al candidato conservador respaldado por Estados Unidos para el puesto de secretario general de la OEA, el ex presidente salvadoreño Francisco Flores, quien al final retiró su candidatura. El chileno José Miguel Insulza, un socialista moderado, salió electo.
''Lo que está haciendo es castrar a la OEA'', comentó el embajador norteamericano retirado Myles Frechette, un especialista en asuntos latinoamericanos que actualmente trabaja como consultor privado. ``Ese es su objetivo. Y lo conseguirá. Pueden estar seguros''.
Pero Frechette y otros analistas dicen que a Chávez quizá no le resulte tan fácil mantener sus nuevas alianzas, sobre todo si una caída del precio del crudo afecta sus planes de ayuda exterior, e incluso perjudica sus posibilidades de conservar el poder en su país.
Más aún, Frechette dice que Chávez, con su agresiva postura antinorteamericana y su peculiar versión de socialismo, tal vez no sea tan atractivo para sus vecinos como él cree, y como algunos funcionarios del gobierno norteamericano temen.
''Los países están usando a Chávez para criticar a Estados Unidos. Es una forma de expresar su disgusto y su decepción con Washington'', apuntó Frechette.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/13186092.htm
Chávez exporta su revolución con el petróleo
STEVEN DUDLEY
The Miami Herald
El gobernante cubano Fidel Castro trató de exportar su revolución a Latinoamérica en los años 60 con fusiles AK-47, pero el presidente venezolano Hugo Chávez intenta expandir su ''socialismo del siglo XXI'' con barriles de petróleo.
Con enormes ganancias gracias al elevado precio del crudo, Chávez ha ofrecido petróleo barato y refinerías a sus vecinos, ha comprado algunos de sus bonos de deuda y ha ofrecido ayuda en efectivo para programas de desarrollo, con el intento de unificar a la región alrededor de su ideología.
''Creo que los caribeños y los latinoamericanos debemos pensar en lo que nos sucederá cuando el imperio norteamericano se desplome'', dijo Chávez a delegados de países del Caribe durante la inauguración en octubre de PetroCaribe, un acuerdo para enviar petróleo venezolano a las naciones de la cuenca caribeña.
Chávez quizá subestima el futuro del ''imperio'', y no todo el mundo parece suscribir su revolución. El presidente mexicano Vicente Fox retiró esta semana a su embajador en Venezuela, en respuesta al retiro del embajador venezolano en México, después que las discrepancias entre Fox y Chávez sobre política económica en la Cumbre de las Américas, realizada este mes, condujeron a una crisis entre ambos gobiernos. Ahora, Fox y el presidente colombiano Alvaro Uribe figuran como los aliados más firmes de Estados Unidos.
La influencia que Chávez pueda ganar y conservar en los países que acepten su generosidad dependerá también de que se mantenga en el poder, del precio futuro del petróleo y de las políticas norteamericanas.
Pero esas consideraciones no han detenido las ofertas de ayuda del presidente venezolano, mientras se empeña en revivir el sueño de su héroe Simón Bolívar, quien en el siglo XIX consiguió independizar de España a gran parte de Sudamérica, pero no logró unificar a los territorios liberados en una sola nación.
''Estamos preparados para avanzar poco a poco hacia la integración, para que seamos más fuertes y avancemos, como decía Bolívar, hacia la prosperidad de nuestro pueblo'', dijo Chávez a los líderes del Caribe.
Los esfuerzos del mandatario por exportar su ideología recuerdan las campañas de Castro, el mentor político de Chávez, con el propósito de exportar su revolución mediante grupos armados en América Latina en los años 60 y 70 del siglo pasado. Pero aunque informes de la inteligencia ecuatoriana sin confirmar han indicado que unos 20 latinoamericanos recibieron entrenamiento en guerra de guerrillas este año en Venezuela, Chávez usa más abiertamente su riqueza petrolera para ganar influencia en la región.
PetroCaribe, un pacto entre Venezuela y 14 países caribeños, ofrecerá un financiamiento barato para comprar petróleo, que se reembolsará en un plazo de 25 años. Venezuela también ha prometido $50 millones para programas sociales en el Caribe, similares a los programas de salud y alfabetización que ha lanzado en su país.
Además, Chávez impulsa la formación de PetroAmérica, un convenio latinoamericano que contemplaría el intercambio de recursos humanos, como médicos, por recursos naturales, como petróleo y gas natural. Como parte del acuerdo, el líder venezolano dice que invertirá $2,000 millones para ampliar la capacidad de refinación en Jamaica, Cuba y Uruguay, y ha hablado de empresas conjuntas para construir refinerías en Brasil y Ecuador.
PetroSur, que abarca a Brasil, Uruguay, Argentina y Venezuela, y PetroAndina, que comprende a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, deben redondear la familia de PetroAmérica, pero todavía no están tan definidas como PetroCaribe.
Chávez también está buscando convenios entre países, la mayor parte en torno a petróleo o a dinero del petróleo, como acuerdos para comprar bonos y préstamos, y hasta intenta sellar pactos con líderes municipales de ideología similar a la suya. En Nicaragua, por ejemplo, el hombre que ha prometido establecer el ''socialismo del siglo XXI'' en Venezuela ha propuesto vender petróleo por debajo del precio del mercado a una asociación de alcaldes controlada por los sandinistas.
''Lo que Chávez está haciendo no es distinto a lo que [John] Kennedy trató de hacer [en la década de 1960] y lo que la Agencia para el Desarrollo Internacional, de Estados Unidos, hace todo el tiempo: está tratando de comprar influencia'', dijo Larry Birns, director del Consejo de Asuntos Hemisféricos, un centro analítico de Washington que con frecuencia critica la política norteamericana en América Latina.
El plan de Chávez de conseguir la unidad regional alrededor de su ideología choca con la política conservadora del gobierno de Bush. Varios funcionarios norteamericanos han afirmado que el presidente venezolano es una influencia desestabilizadora en la región, pero Chávez sigue teniendo una gran popularidad en el continente.
''Lo que ha sucedido es que el gobierno de Bush está enfrascado en una gran ofensiva para desacreditar a Chávez'', agregó Birns. ``Pero en realidad es la política de Bush, y no Chávez, la que sufre un aislamiento''.
Chávez ha respondido a los ataques y constantemente acusa a Estados Unidos de ''imperialista'', pero algunos críticos ven una ambición similar en sus designios. ''Quiere hacer lo mismo de lo que acusa a Estados Unidos. Creo que es un fabricante de imperios'', dijo Stephen Johnson, analista de la conservadora Heritage Foundation.
El intento de Chávez de ganar influencia regional ya ha tenido cierto efecto, y los funcionarios norteamericanos se quejan de sus relaciones con los 14 países caribeños le han ganado algunos votos en la Organización de los Estados Americanos (OEA), que tiene 34 integrantes.
Los miembros del Caribe, por ejemplo, se unieron a Chávez en su oposición al candidato conservador respaldado por Estados Unidos para el puesto de secretario general de la OEA, el ex presidente salvadoreño Francisco Flores, quien al final retiró su candidatura. El chileno José Miguel Insulza, un socialista moderado, salió electo.
''Lo que está haciendo es castrar a la OEA'', comentó el embajador norteamericano retirado Myles Frechette, un especialista en asuntos latinoamericanos que actualmente trabaja como consultor privado. ``Ese es su objetivo. Y lo conseguirá. Pueden estar seguros''.
Pero Frechette y otros analistas dicen que a Chávez quizá no le resulte tan fácil mantener sus nuevas alianzas, sobre todo si una caída del precio del crudo afecta sus planes de ayuda exterior, e incluso perjudica sus posibilidades de conservar el poder en su país.
Más aún, Frechette dice que Chávez, con su agresiva postura antinorteamericana y su peculiar versión de socialismo, tal vez no sea tan atractivo para sus vecinos como él cree, y como algunos funcionarios del gobierno norteamericano temen.
''Los países están usando a Chávez para criticar a Estados Unidos. Es una forma de expresar su disgusto y su decepción con Washington'', apuntó Frechette.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/13186092.htm
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