Wednesday, March 01, 2017

Luis Almagro desnuda a la dictadura cubana

Luis Almagro desnuda a la dictadura cubana
1 Marzo, 2017 3:11 am por Guillermo López Rayneri

El secretario general de la OEA escandaliza a políticos, diplomáticos e
intelectuales latinoamericanos por llamar 'dictadorzuelo' a los
'dictadorzuelos'

Miami, USA, Guillermo López, (PD) Al anunciar que viajaría a La Habana a
recibir un premio de manos de disidentes que piden democracia en Cuba,
el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha forzado al régimen de
Raúl Castro a prohibirle el ingreso con argumentos bastante ridículos.
Almagro ha aprovechado la oportunidad para aleccionar a la dictadura con
una clase sobre democracia: le ha explicado que quería "honrar la
memoria de Oswaldo Payá", un activista prodemocracia probablemente
asesinado por el régimen, y le ha pedido no criminalizar al grupo Cuba
Decide (fundado por la hija de Payá) pues los mecanismos
constitucionales de democracia directa que proclaman la necesidad de un
plebiscito en Cuba son "un instrumento esencial para la expresión de los
pueblos".

Con esta y otras acciones por el estilo, el secretario general de la OEA
continúa recibiendo elogios en público y privado, pero también viene
escandalizando a un buen número de políticos, diplomáticos e
intelectuales latinoamericanos, a quienes les preocupa que el
excanciller de Mujica ande llamando dictadorzuelo a los dictadorzuelos y
tendiendo la mano a grupos de la sociedad civil en países gobernados por
regímenes autoritarios, incluso sin el permiso de estos.

Los escandalizados vienen en dos tipos, los que son públicos en su
rechazo a Almagro, o sea, los funcionarios y partidarios de la dictadura
de Cuba y de los regímenes autoritarios-competitivos de Venezuela,
Bolivia, Ecuador yNicaragua, y los que lo hacen en secreto,
"diplomáticamente", porque son funcionarios "de carrera" de cuanta
cancillería latinoamericana les formó en las artes ascéticas de mantener
la misma etiqueta y protocolo —eficaz, gentil y obsecuente— bajo el
presidente electo de hoy, el caudillo anticomunista de mañana, y el
dictador de izquierdas de pasado mañana.

Los críticos de Almagro esgrimen dos argumentos importantes. Uno es que,
según ellos, la OEA no es diferente de la ONU en que se trata
simplemente de una organización intergubernamental encargada de proveer
una plataforma a los representantes de países, y, por tanto, debe acoger
en su seno con el mismo derecho a voz y voto, y con los mismos honores
debidos a cualquier jefe de Estado, a Allende igual que a Pinochet, a
Videla como a Alfonsín, a Carlos Andrés Pérez como a Nicolás Maduro. El
segundo argumento es que lo que hace Almagro al criticar al régimen
venezolano es contrario a la tradición de la OEA, ya que, si bien desde
su creación en 1948 tendría en teoría que haberse interesado en promover
valores de la democracia representativa, en la práctica desde su púlpito
se criticó solamente a la dictadura de Castro en Cuba, que fue
suspendida en 1962, y se guardó un silencio cómplice ante las dictaduras
anticomunistas de todo el continente a lo largo de la Guerra Fría.

Los críticos de Almagro se equivocan por partida doble. A diferencia de
la ONU que ha tenido a dos dictaduras (China y Rusia) en su Consejo de
Seguridad desde sus inicios, la OEA es una organización creada por
democracias y dedicada a la democracia. Desde sus inicios, con la
adopción de la Carta de la OEA en 1948, con mayor fuerza desde la
reforma de dicha Carta en 1992, y culminando con la aprobación de la
Carta Democrática Interamericana (CDI) en 2001, la OEA tiene el deber de
promover los elementos esenciales de la democracia: libertad de prensa,
independencia del poder judicial, elecciones libres y justas, y
alternancia en el poder.

Es más, mientras en la ONU las dictaduras de Arabia Saudita, China,
Cuba, Egipto y Ruanda integran el Consejo de Derechos Humanos, el
Secretario General de la OEA tiene la obligación de procurar la
"suspensión de toda participación en los órganos de la OEA" de cualquier
régimen antidemocrático que hubiera tomado control del gobierno de un
estado miembro, ya sea porque llegó al poder a través de un golpe
perpetrado contra un presidente democrático, o porque, habiendo sido
electo en elecciones libres y justas, haya erosionado la democracia de
manera gradual, sostenida y sistemática hasta el punto de tornarse un
régimen autoritario o dictatorial, como es el caso de Venezuela, donde
ni siquiera hay garantía ya de elecciones futuras.

No es cierto que la OEA no haya dicho nada durante la Guerra Fría.
Aunque guardó silencio ante las dictaduras de Videla y Pinochet, la OEA
fue en ese entonces capaz de condenar a los regímenes tiránicos de
Trujillo en 1960, de Castro en 1962, de Somoza en 1979, y de Noriega en
1989, aún sin herramientas como la Carta Democrática.

Las primeras dos condenas, contra Trujillo y Castro, fueron posibles
gracias al expresidente venezolano Rómulo Betancourt, un líder
socialdemócrata de principios que creía en una OEA sin dictaduras y que
recuerda mucho a Almagro.

Los hispanoamericanos que tenemos la suerte de no vivir en dictadura,
debemos abandonar la indiferencia porque esta le deja el micrófono a los
escandalizados con las acciones de Almagro. En vez de eso, debemos
apoyar en voz alta a los millones de venezolanos y cubanos que hoy
arriesgan la vida para pedir democracia en sus países. Debemos apoyar a
Almagro.
g.lopezrayneri@gmail.com, Guillermo López Rayneri

Source: Luis Almagro desnuda a la dictadura cubana | Primavera Digital -
https://primaveradigital.org/cubaprimaveradigital/luis-almagro-desnuda-a-la-dictadura-cubana/

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