Monday, April 25, 2011

Los dilemas del Primer Secretario

Los dilemas del Primer Secretario
Monday, April 25, 2011 | Por Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org – El presidente Raúl Castro en
el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuado del 16 al 19 de
abril, debió modificar la poderosa organización rectora del destino de
Cuba y sus ciudadanos sin inculpar a Fidel Castro por el voluntarismo
ejercido durante 46 años -que él apoyó resueltamente-, para consolidar
su mando, iniciado 5 años atrás, al heredar la crisis económica,
política y social que no remite, y sin la aureola mística del "líder
histórico".

Si bien el Congreso centró la atención en la economía, la composición de
las instancias dirigentes del Partido fue primordial, ya que confirmó el
alejamiento de la alta burocracia anquilosada en torno a Fidel Castro y
la toma del poder efectivo por quienes han sido el soporte del régimen y
se prepararon para ejercerlo durante cinco décadas. Ya Raúl Castro los
había posicionado, pero se requería la confirmación. Indudablemente
surge la incógnita sobre la capacidad de los militares acostumbrados al
ordeno y mando para asumir la complicada actividad civil, en un país
donde la disciplina, la organización, el trabajo y hasta los valores
cívicos se han perdido y destruido, como casi todo en Cuba. Además, con
una población agotada de esperar tiempos mejores, y desencantada de las
promesas incumplidas, puede ser incontenible la tentación de imponerse
mediante la fuerza a las expresiones de quejas o criterios distintos.

En el Buró Político de 15 miembros, además de Raúl Castro y Ramiro
Valdés, hay 5 generales iniciados en la guerrilla del hoy Primer
Secretario antes de 1959, y dos altos oficiales retirados para regir la
"actualización del modelo económico". El Comité Central de 115
integrantes, incluye 21 generales y otros oficiales. Pero no puede
soslayarse que dentro de las fuerzas armadas se ha desarrollado un
sistema empresarial novedoso en Cuba y sus cuadros fueron los
empresarios que iniciaron la apertura del turismo, las tiendas de venta
en divisas, planes de desarrollo agropecuario y otras actividades con
progresos inalcanzados por las entidades partidistas y gubernamentales.
Muchos se han preparado en sus escuelas desde el nivel medio y han
realizado estudios de postgrado en el extranjero. Han incursionado en
la administración y el trabajo agrícola mediante la Columna Juvenil del
Trabajo con jóvenes del servicio militar obligatorio fundamentalmente.

Sin mencionar esas circunstancias, pero como evidente contraposición,
Raúl Castro planteó en el Informe Central del Congreso que "los
dirigentes no surgen de escuelas ni del amiguismo favorecedor…la
dirección del partido, a todos los niveles, debe hacerse una severa
autocrítica y adoptar las medidas necesarias…Ello, a su vez es aplicable
a la insuficiente sistematicidad y voluntad política para asegurar la
promoción a cargos decisorios de mujeres, negros, mestizos y jóvenes,
sobre la base del mérito y las condiciones personales. No haber
resuelto este último problema en más de medio siglo es una verdadera
vergüenza, que cargaremos en nuestras conciencias durante muchos años…".

El único partido político que por el Artículo 5 de la Constitución "es
la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", y no permite
diversidad de ideas refrendado en la reforma constitucional de 2002 al
dictaminar que "el carácter socialista y el sistema político y social
contenido en ella sean declarados irrevocables", impone la promoción de
cuadros según los intereses de la jerarquía. La presunta carencia
resulta inexplicable porque los dirigentes actuales desde hace cinco
décadas han pretendido "formar al hombre nuevo" a través de la Unión de
Pioneros de Cuba desde el primer grado de la escuela primaria y la Unión
de Jóvenes Comunistas con más de 600 000 miembros.

También el General manifestó que "a pesar de que no dejamos de hacer
varios intentos para promover jóvenes a cargos principales, la vida
demostró que no siempre las selecciones fueron acertadas. Hoy
afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos
debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir
las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el
Gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente, a lo largo del
quinquenio…". Posiblemente tuviera en mente a Hasan y Felipe Pérez
Roque, cuyas vertiginosas carreras parecieron responder a la
incontinencia verbal de barricada y la adulación oportunista,
aparentemente alejados de la preferencia del actual presidente.

En todo caso es muy difícil entender que el partido carezca de cuadros
aptos para servir y defender sus intereses, cuando más del 70% de los
cubanos nacieron después de 1959, de ellos 34% son mujeres. ¿Cómo
pretender continuar determinado la vida de los cubanos hasta el detalle,
cuando quienes todos los días juraron: "Pioneros por el comunismo,
seremos como el Che" son considerados incapacidad y no confiables? Los
cubanos no pueden seguir mirando a los lados y hacia atrás para
adivinar quién escucha, esperar orden para opinar, decidir y mandar, y
no poder conformar el tejido de sociedad civil consciente de sus
derechos y deberes democráticos.

El Primer Secretario, al dictar la limitación del ejercicio de los
cargos a dos mandatos de 5 años a partir del VI Congreso, se garantizó
el poder prácticamente vitalicio, pues ya cuenta 79 años. Sienta un buen
precedente contra el inmovilismo totalitario, pero los cubanos se
preguntan por qué antes no era correcto.

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