Monday, April 25, 2011 | Por Miguel Iturria Savón
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -Empiezan a apagarse los ecos de
la demencial propaganda en torno al desafío entre los exiliados que
desembarcaron por Bahía de Cochinos, el 17 de abril de 1961, y los
policías y milicianos que contraatacaron en nombre del gobierno
revolucionario, sin saber que los Castro entretejían la dictadura
apoyados por la Unión Soviética, cuyos tanques y ametralladoras
influyeron en la derrota de la Brigada 2506, hecho que marca un antes y
un después en la ruina de la nación.
Ni la abultada bibliografía oficial ni los pocos testimonios de los
vencidos sacuden el hastío de la mayoría de los cubanos; de ahí la
necesidad de retomar el tema desde el ángulo de los perdedores, esos
héroes satanizados que como los mambises del siglo XIX y los enemigos de
Machado o Batista, pidieron ayuda a las autoridades estadounidenses para
derrotar a los Castro, quienes en los días previos ejecutaron a decenas
de opositores y apresaron a miles de posibles conspiradores.
La Brigada 2506 fue el brazo armado de los grupos exiliados, liderados
entonces por José Miró Cardona, ex primer ministro del Gobierno de Cuba
en 1959. La misma contó con 1,500 hombres entrenados en campamentos de
Centroamérica, Puerto Rico, Louisiana y Florida.
El pequeño ejército controló la carretera de San Blas y avanzó decenas
de kilómetros en tres días de combate desigual, pues los Castro
movilizaron a más de 40,000 efectivos bien armados. La misión consistía
en establecer una "cabeza de playa" de 40 millas de ancho en la orilla
este de Bahía de Cochinos, desde Playa Larga en el norte hasta Playa
Girón en el centro, y Caleta Verde al sur. Si lograban la franja de
tierra instituirían allí al gobierno provisional, el cual pediría ayuda
internacional.
La ausencia de municiones y otros suministros ante la contraofensiva
área del régimen y la intervención de la artillería y los tanques
soviéticos marcaron el desenlace a favor de la dictadura. Los
brigadistas perdieron 69 hombres en combate, 10 fueron fusilados, 9
murieron asfixiados al ser trasladados a La Habana, 10 agonizaron en una
embarcación de regreso y 1,174 fueron capturados y enjuiciados en abril
de 1962. El gobierno de Castro reportó 1,250 muertos y 3,000 heridos.
Pese a ser condenados a muerte en juicio público y televisado, la pena
fue cambiada por 30 años de trabajo forzado o el pago de una
indemnización que ascendía a casi 53 millones de dólares, a razón de 500
mil por José Pérez San Román, Jefe de la Brigada 2506, y por cada uno de
sus dos comandantes, así como de 50 a 20 mil por cada combatiente. A
excepción de 9 que continuaron tras las rejas hasta 1986, el resto
recobró la libertad en diciembre de 1962, cuando el Comité de Familias
creado en el exilio depositó el rescate en las cuentas del gobierno,
previa donaciones privadas.
La acción de Bahía de Cochinos constituye el hecho más significativo
dentro de la guerra cívica desatada en Cuba durante la instauración del
totalitarismo, cuya dictadura aún padecemos. La lucha guerrillera en las
montañas del Escambray, Oriente y Pinar del Río, más la crisis de los
misiles en octubre de 1962 son sucesos del mismo conflicto nacional que
involucraron a terceros a favor de los demócratas o los comunistas.
Dos décadas después, la maquinaria de propaganda sigue satanizando a
aquellos combatientes derrotados, mientras exalta al puñado de jerarcas
que lograron la victoria, como si estos no fueran responsables del
desastre socioeconómico de la isla.
Entre los expedicionarios de aquella primavera que enfrentaron a la
dictadura que florecía en nuestra nación, trascienden en estos días
desde La Florida, los nombres de Ernelio Oliva, segundo jefe militar; el
capitán Luis Morse, Eduardo Zayas Bazán, Mario Martínez Malo, Santiago
Jont, Esteban Bovo, Julio González Rebull, Juan E. Pou, Arturo Cobo, Eli
César, Juan Clark y otros que merecen el homenaje de la patria cuando la
libertad deje de ser un sueño.
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