LA HABANA, Cuba, 26 de agosto (Tania Maceda Guerra / www.cubanet.org) -
Las autoridades del Ministerio del Interior amplían la pesquisa a toda
la población penal y gastan recursos en tratamientos médicos ante el
alarmante contagio masivo de tuberculosis en la prisión de Quivicán, en
provincia La Habana.
José Miguel Martínez Hernández, prisionero de conciencia del Grupo de
los 75 y fuente de esta nota, afirmó: "Nada hacen las autoridades por
crear condiciones higiénicas adecuadas. Las aguas de beber salen
altamente contaminadas. Los techos se filtran y la humedad es constante.
Esto sin contar el hacinamiento, perfecto caldo de cultivo para la
enfermedad. El brote comenzó en el mes de abril y cada día va en aumento".
José Miguel Martínez Hernández, de 45 años de edad, es miembro del
Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, y cumple una condena
de 13 años en la prisión de Quivicán.
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