2008-06-20.
Juan Carlos Linares Balmaseda, Periodista Independiente
Si bien es cierto que en los últimos meses en Ciudad de la Habana el
servicio de ómnibus urbano ha mejorado relativamente, cabe preguntar
¿por cuánto tiempo se mantendrá tal dicha?
Su territorio alargado y estrecho hace a la isla de Cuba poseedora de
una ventajosa geografía en cuanto a planificación de un eficiente
sistema de transportación desde una punta a otra del territorio
nacional. Teniendo muy presente que un moderno sistema ferroviario y
automotor será ficha clave del progreso cubano.
Desde hace más de tres décadas los remedios para aliviar las crisis del
transporte son temporales: importar nuevos equipos automovilísticos y
ferroviarios, que al paso de un relativo período se deterioran, victimas
de una ineficaz explotación estatal. Así vuelve la crisis del transporte
a cerrar un nuevo ciclo.
En la década del treinta del pasado siglo la transportación terrestre
(ferroviaria y automovilística) emprendió un paulatino desarrollo,
comparativo con los niveles de otras naciones punteras en esta
imprescindible rama de la económica mundial, sin menoscabar el
tradicional transporte naval de cabotaje. Innegablemente la Vía Férrea
Nacional y la Carretera Central cumplieron el rol de columna vertebral
del progreso económico de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.
Con el ascenso del gobierno "revolucionario" en 1959 dos novedosos
proyectos quedarían truncaron hasta hoy. Uno lo sería la incorporación
de otro carril a la Vía Férrea Nacional, contando entonces con un carril
de ida y otro de regreso entre el oriente y occidente.
El otro proyecto sería la agregación de una tercera vía para el
adelantamiento automovilístico a la Carretera Central. Por su parte el
gobierno "revolucionario" se enfrascaría años mas tarde en una autopista
con fines secretos militaristas, de ocho vías, que a treinta años de
comenzada su pavimentación no se ha concluido aún, y que el deterioro la
devora. El objetivo secreto de Las Ocho Vías, en una supuesta invasión
norteamericana, era el de transformarse en la mayor pista de aeropuerto
del mundo.
Otro proyecto tronchado por grupos políticos que a mediados de la década
del cincuenta y en franco desafío al gobierno de Fulgencio Batista fue
la construcción del Canal Vía Cuba. Esta vía fluvial conectaría la costa
norte de Matanzas con la Península de Zapatas en la costa sur,
ahorrándole cientos de millas náuticas al transporte de cabotaje en
bordear la isla.
Además previsto que transitasen por este canal, entre otras mercancías,
los buques tanques con combustible venezolano hacia los Estados Unidos
de América. Una fuente de recursos considerable, sin presuponer que
posiblemente no habría tenido cabida un régimen totalitario con la misma
fuerza que se experimentó apenas un quinquenio después de la cancelación
de dicho proyecto.
Muy poca información maneja la población respecto al costo de los
ómnibus nuevos que ruedan por las calles capitalinas o de los modernos
autos, camiones y rastras que transitan por las carreteras, y menos
información hay sobre el tipo de trueque financiero por sus
adquisiciones. No es un augurio de profeta que las novedosas Yutong irán
por la ruta que tomaron las otrora ómnibus Ikaros de Hungría, las
Japonesas Hino o las Leylan.
Cada vez más naciones apuestan por novedosas tecnologías para la
transportación de personas en zonas metropolitanas. Ciudad de la Habana
ya es una urbe significativa. Refugia una cifra superior a los dos
millones de habitantes, razón suficiente para mirar con sentido de
perspectiva real y actual la construcción de ferrocarriles subterráneos
y voladizos, avenidas, cruces superiores e inferiores para automóviles,
amplios espacios de aparcamientos…Temas esos que tristemente nuestra
vegete dirección del Consejo de Estado y de Ministros y del Partido
Comunista ven como cuentos de Hadas Madrinas, Unicornios o Cantos de
Sirenas.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15881
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