Sunday, June 29, 2008

Una bloguera cubana cautiva al mundo

Una bloguera cubana cautiva al mundo
(Radio Continental) (hace 8 horas)

Yoani Sánchez ha hecho de su desahogo personal un hito. La revista
"Time" la incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del
mundo, y ella apenas tiene los medios para comer en Cuba. En esta
entrevista, cuenta su infancia en un barrio céntrico en La Habana, y qué
la impulsó a relatar su vida en internet, sin perder la alegría de
vivir. Estos relatos que, más allá de hablar de ella misma, dibujan la
situación cubana, le dieron a su trabajo -hace un mes- el Premio "Ortega
y Gasset" de Periodismo Digital, otorgado por el diario El País de
España. Son las nueve de la mañana de un jueves y Yoani tiene unos
minutos para dar esta entrevista. Se disculpa por no haber respondido
los correos enviados explicando que el servicio de Internet en Cuba es
precario y caro. Que sólo hay dos cafés que cuentan con red en toda La
Habana. Que está absolutamente prohibido que las viviendas particulares
tengan acceso a este servicio. Y que es una odisea para ella intentar
actualizar su blog a diario. "Conectarse una hora a internet puede
llevarte casi la mitad del salario (...) Entonces no me dedico a mirar
las connotaciones de mi vida virtual porque no tengo tiempo para eso".
Nacida y criada en Cuba, su infancia la pasó en un barrio del centro. Un
vecindario bastante popular. "Creo que es un compactado de toda La
Habana donde ves gente muy humilde. Yo vengo de una familia obrera; mi
padre es maquinista de trenes, se llama Willy; mi mamá se llama María.
Son personas muy sencillas. Él trabajó siempre en el ferrocarril hasta
la crisis económica, cuando los trenes en Cuba colapsaron. Y ahora
repara bicicletas; y mi mamá, siempre ha trabajado en el tema de los
taxis. Pero no maneja, sino que trabaja en las oficinas", relata con
orgullo. Sus abuelos eran emigrantes de España, venían de Asturias e
Islas Canarias. Yoani creció junto a su hermana, un año mayor. Se llama
Yulia, o sea, también es de la generación "Y": gente con nombres que
comienzan o contienen una y griega, nacidos en la Cuba de los años ?70 y
?80. Son las personas a las cuales está dedicado el blog donde Yoani
escribe sus columnas desde hace poco más de un año. Y es, justamente,
gracias a esa página que ella se ha convertido en un ícono mundial con
millones de lectores y visitas que deboran sus escritos. Incluso en las
calles de Cuba la detienen para comentarle sus últimas ideas. Así, sin
proponérselo, esta cubana encabeza hoy una tendencia que crece con
fuerza en el cibersespacio, que está jugando un rol fundamental en
formar opinión y donde han sido especialmente las mujeres las que se han
destacado. A Yoani también la censuró el gobierno cubano en marzo
pasado. "Está claro que no me apoyan", dice ella con humor. Desde esa
fecha su blog es inaccesible desde los sitios públicos de Cuba. Y sólo
puede actualizarlo a través de amigos extranjeros a los cuales les envía
por e-mail los textos. Y ellos los suben al blog. El gobierno tampoco le
dio autorización para viajar a España a recibir el premio Ortega y
Gasset, del diario El País, que ganó en la categoría de Periodismo
Digital en abril pasado. "Por un lado estuve triste por no estar ahí, en
una ceremonia que me merecía; haber perdido esa noche que nadie me la va
a devolver nunca. Pero, por otro lado, lo celebré con mis amigos y
familiares en el mismo momento en que en Madrid se estaban dando los
premios". Todos los contenidos de su blog los genera en su casa. Los
tipea, los guarda en un disquet, y cuando puede tener acceso a Internet
los sube. Esa astucia para difundir sus escritos a pesar de los
obstáculos, y los contenidos de los mismos, le significaron recibir ese
reconocimiento. "No me lo esperaba para nada. Pasé del estupor de no es
posible, ¿cómo es eso?, a un profundo sentimiento de responsabilidad, de
decir ¡ay Dios mío, en qué me he metido! De alguna manera esto implica
también un reto y una responsabilidad. Yo sólo era una ciudadana que
escribía su día a día y sin embargo he recibido un premio. La opinión
del ente anónimo está causando mucha importancia en el mundo y, de
alguna manera, está removiendo todos los connimo está causando mucha
importancia en el mundo y está removiendo los conceptos del periodismo
tradicional y serio". Yoani ¿De dónde, por qué surge la idea de su blog?
Llegué a un punto de saturación de preguntas, frustraciones, crónicas de
cada día que no se veían reflejadas en los medios. Creo que nació de ese
abismo que hay entre lo que nos pasa, lo que nos quiere hacer creer la
prensa que somos, y lo que realmente somos. Fue precisamente el conocer
la existencia de los blogs, el saber de esa infraestructura tan personal
que permite hablar en primera persona, que permite arranques
emocionales, que permite que uno no tenga que ser un especialista en
comunicación, ni un analista político para atreverse a crear un blog, lo
que me llevó a publicarlo. Pero eso tuvo sus costos para usted, ¿no
habría sido más fácil no hacerlo? Esa es una elección de vida, las
personas eligen vivir al margen de todo y encerrarse en su burbuja o
mantenerse conectadas con la realidad. Yo personalmente ya he probado la
burbuja, el ostracismo y la evasión. Y, en mi caso, que soy una persona
a la que le duelen las cosas que siente y lamenta las cosas que le
pasan, no funciona ese tema de la evasión. Ya lo he probado todo: he
hecho yoga, tai chi, he ido al gimnasio para evitar conectarme demasiado
con los problemas de cada día. Pero en mi caso no funciona. Necesito que
me expliquen, exijo información y leer la prensa cubana es un magnífico
ejercicio. Sobre todo para darme cuenta de lo que no se dice. Además, no
me gusta hablar de lo que no sé. Normalmente escribo sobre cosas que me
pasan, me gusta tener al menos la lectura de la prensa para decir: yo lo
he leído, yo lo vi, no es algo que me han contado ni he especulado. Lo
conozco. Y eso me da la base para poder hablar de las cosas que pasan en
mi país y contárselas al mundo. MATRIMONIO EN CUBA Cuando terminó el
preuniversitario, algo así como la enseñanza media, quiso estudiar
periodismo. Le gustaba mucho esa carrera, pero no fue posible porque no
tenía las calificaciones necesarias. "Son esas ironías que tiene la
vida: nunca estudié periodismo, pero bueno, ahora soy conocida como
periodista", remarca. Decidió ingresar al pedagógico, a un instituto que
tiene Cuba para ser profesora de español y literatura. "Pero después de
dos años comprendí que no me interesaba la pedagogía, sino la
literatura. Después de muchas complicaciones, me cambié a la Facultad de
Artes y Letras de la Universidad de La Habana a estudiar filología
hispánica". Justo en ese momento nació su hijo Teo, que ahora tiene 12
años. Para Yoani, que recién había cumplido los 20, fue muy complicado
llevar la universidad al mismo tiempo que la maternidad. "Era realmente
difícil. Eran los años de crisis económica en Cuba y tuvimos que hacer
maromas mi esposo, mi hijo y yo para poder sobrevivir". No se ha casado.
Su marido y ella están juntos sin papeles hace quince años, lo cual es
muy típico en Cuba. "Eso se llama una unión consensual por amor y no por
papeles. En Cuba la diferencia entre estar casado con papeles o sin
papeles es prácticamente ninguna. El matrimonio con papeles en el mundo
en general es importante por el tema de la división de bienes, pero como
en Cuba la mayoría de las personas de mi edad no tienen patrimonio,
entonces no hay nada que dividir. El matrimonio pierde importancia".
Yoani vive con su marido varios años mayor que ella. Se llama Reinaldo
Escobar, es periodista y también tiene un blog que se llama "Desde
aquí". A él le fue prohibido ejercer su profesión en la etapa de la
Perestroika y la Glasnost. "Él trabajaba en el periódico ?Juventud
Rebelde?, que es el segundo diario más importante del país. Empezó a
publicar una serie de artículos críticos y fue expulsado de su
profesión". Ha tenido que desempeñarse como mecánico de ascensores.
"Vivimos en un apartamento que él construyó en los años ?80 cuando en
Cuba existía un concepto que era la microbrigada. Eso permitía a
personas que no tenían casa, agruparse, recibir asesorías, materiales y
construir. Durante cuatro años él trabajó haciendo este bloque estilo
yugoslavo donde vivimos, y después durante veinte años pagó una
mensualidad para poder llegar a la propiedad de la casa que ya tiene".
Ése es su refugio. Yoani está agradecida de tenerlo porque sabe de
antemano, y así lo ha expresado en su blog, que el tema de la vivienda
en La Habana es realmente muy complicado. Ella describe su casa: "Es un
edificio de concreto de 14 pisos, yo vivo en el último, muy feo por
fuera. Sin embargo, precisamente nuestro apartamento por estar arriba,
tiene mucha luz y aire fresco que con las temperaturas de La Habana es
muy importante. Lo hemos llenado de plantas, de libros", dice. Le gusta
mucho su casa. Dice que se parece a las personas que viven en su
interior. "Para el entorno de mis cosas o mis atuendos personales me
gusta seguir una premisa que decía mi abuela: Pobre, pero limpia. O sea,
la limpieza y la higiene sí son importantes. Yo como mujer, por ejemplo,
nunca me he maquillado. Amo las cosas naturales, que no esconden algo
debajo. Y me encantaría llevar mis canas y mis arrugas con mucha
dignidad toda mi vida. No me pongo ropa de marca. Hago mucha de la ropa
que me pongo, me la coso o me la ajusto, me la arreglo, reciclo mucho. Y
gracias a que no uso maquillaje ni me pinto las uñas ni me saco las
cejas, todo ese tiempo que podría ocupar en eso, lo dedico a leer, a
escribir y a conocer mi realidad". De hecho, cuenta que tiene varios
textos sobre su velador: poesía, teoría, novelas. Autores cubanos,
brasileños, hispanos. "Soy una devoradora de libros desde pequeña. Pasé
muchas horas en mi infancia leyendo gracias a que mi papá, pese a que
tenía una formación educativa muy baja, siempre nos inculcó la lectura".
Yoani dice que una de las cosas que marcan la vida en Cuba es que muchas
veces no hay una rutina para seguir. No es posible planificar un día.
"Siempre aparece un imprevisto", explica. Sus jornadas parten a las 6:30
de la mañana para levantar a su hijo para la escuela secundaria.
"Tenemos que organizar todas las cosas que él necesita: llevar el
desayuno, planchar el uniforme. El niño sale para la escuela a las 7:30
y a partir de ese momento, nos dedicamos a un montón de tareas que cada
día son diversas: desde hacer una cola para comprar el pan, salir a
buscar el periódico, organizar un turno médico, algún trámite
burocrático. La mañana la dedicamos a los temas domésticos". ¿Cuánto
suele durar una fila para comprar el pan? Pueden ser cinco minutos o una
hora, depende de si ese día la panadería produjo lo suficiente, si ha
habido un corte eléctrico, en fin. En Cuba, los días van con los
problemas y dificultades que tiene cada uno. A las 12:30 tenemos que
llevarle el almuerzo al niño, porque en las escuelas secundarias en Cuba
ellos sólo reciben un poco de yogur y un pedazo de pan. Y bueno, nuestro
niño está muy flaquito. ¿De qué manera la ha afectado la dificultad del
alimento para criar a su hijo? Todas las mujeres en Cuba, que sigue
siendo machista, son las que se encargan del tema de la cocina. En mi
casa es diferente porque mi marido es feminista y compartimos las
tareas. La mayoría de las mujeres en Cuba somos magas para poder
inventar lo que hay que llevarse a la boca. Los precios de los alimentos
están elevándose cada vez más, la variedad es muy escasa, y de veras, es
una verdadera segunda jornada laboral crear la comida. Yo me preocupo
porque viví los años más duros del período especial y arrastro ciertas
secuelas físicas de eso. De alguna manera mi hijo también nació en medio
de una crisis económica, y tiene una talla y un peso por debajo de la
media de lo que debería ser para su edad. Eso me crea cierta angustia.
Pero, por otra parte, le damos prioridad al tema de la alimentación del
niño. Lo vivo con estrés como la mayoría de las madres cubanas, con
cierta desazón y con alivio cada vez que termina un día cuando digo:
bueno, hoy pude ponerle dos platos de comida al día. Uno al mediodía y
uno en la noche. Pero ha dejado de angustiarme el mañana, porque si vivo
así todos los días, termino con una úlcera gástrica muy rápidamente.
Para tener dinero, Yoani hace traducciones del alemán al español, le
muestra la ciudad a algunos turistas, enseña español a extranjeros, pero
es un trabajo inestable. "Como tenemos un techo podemos soportar esos
meses sin trabajo; nos quedamos en casa leyendo y escribiendo". El
Mercurio/Fuentes en Internet "Conectarse una hora a Internet puede
llevarte casi la mitad del salario (...) Entonces no me dedico a mirar
las connotaciones de mi vida virtual". yoani sánchez datos Internet ?
Conozca el blog de Yoani Sánchez en www.desdecuba.com/generacióny

Generación Y ? "Está inspirado en gente como yo, con nombres que
comienzan o contienen una "y griega". Nacidos en la Cuba de los años 70s
y 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las
salidas ilegales y la frustración. Invito especialmente a Yanisleidi,
Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus ?y griegas? a que me
lean y me escriban"

http://www.deargentinos.com/cables/details.aspx?cblid=20080629033900072

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